𝑇 𝐻 𝐸 𝑆 𝑈 𝑁 ║ 𝑏𝑎𝑐𝑘 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑦 𝑎𝑛𝑑 𝑜𝑡𝒉𝑒𝑟𝑠 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑒𝑠

𝑫𝒐𝒔 ║𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖

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La reina Janæ Axthys, también conocida como El Sol de Jæthana, La Dulcinea o La madre de las Estaciones, es la hija única de la reina Ixtris Axthys y su esposo Axémis Underhill. Vivió una infancia llena de expectativas por parte de su madre, lo que tendría ventajas y efectos contraproducentes en la adultez de la Jæthaniana.

La exigencia de la reina destruyó por completo la confianza que Janæ tenía en sí misma y en los que amaba. Una de esas personas era su padre, con él podía sentirse una niña y no una princesa. El amor fraternal se corrompió con la distancia que generaba la preparación de Janæ para quedarse con el trono. Abandonó el palacio Sur del rey cuando no alcanzaba ni los diez años y se estableció en el palacio Norte de la reina hasta su adolescencia.

Bajo el manto exclusivo de su madre hubo sufrimiento, sacrificio y migajas de amor; por fuera Janæ poseía el porte de una gobernante firme que extiende el alma al fuego por su pueblo. El objetivo de la reina Ixtris se cumplió, pero, ¿a qué costo? La futura reina suprimió en su coraza a una persona insegura, dependiente, inclinada a la ansiedad y con poca emotividad.

“El sacrificio trae consigo virtudes que fortalecen el alma y el poder”  decía a Janæ, palabras que marcaron con fuego la mente de la joven.

Las noticias sobre ella llegaron a Occidente, hizo eco principalmente en el reino de Arthia que consideró a Janæ una amenaza, sobretodo por la doctrina de su tutora. Sin embargo el Rey arthino guardaba algo de ventaja teniendo como hermano al rey de Jæthana, pero Ixtris tenía otros planes.

Hubo una amplia cifra de disputas y mucho humo de por medio de lo que en realidad sucedió.

En medio de tanta controversia a Janæ no le quedó de otra que encariñarse con su abusadora y creer que su amor era recíproco.

Un día cualquiera escuchó a su madre decir que el rey debía ser eliminado por la seguridad del reino. Amaba a su reino. Y tomó valor de las palabras que aprendió.

El sacrificio. El alma. El poder. La misma sangre se destruyó entre sí. A una tierna edad, la primogénita mató al rey Axémis en plena ceguera por el anhelo de agradar a su madre y quitar de su cara ese gesto de desaprobación infinita.

“Hay hermosura en tu bestia” decía esta vez a Janæ para consolarla.

El consuelo no sirvió de mucho. Después la guerra estalló y se extendió por más de un centenario, durante todos esos años la princesa estuvo en el exilio, privada de sus recuerdos más preciados y esclava de un dolor que, con el correr del tiempo, era inexplicable. En El Jardín siguió fortaleciendo sus habilidades para sobrevivir y aprendió nuevas técnicas que le fueron reveladas por espíritus de la tierra y de la luz.

No se sabe con exactitud qué cosas acontecieron en El Jardín, esa parte de la historia de la reina Janæ Axthys  sigue siendo un misterio hasta nuestros días.

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𝓘 𝔀𝓪𝓼 𝓰𝓲𝓿𝓮𝓷 𝓪 𝓱𝓮𝓪𝓻𝓽 𝓫𝓮𝓯𝓸𝓻𝓮 𝓘 𝔀𝓪𝓼 𝓰𝓲𝓿𝓮𝓷 𝓪 𝓶𝓲𝓷𝓭
𝓐 𝓽𝓱𝓲𝓻𝓼𝓽 𝓯𝓸𝓻 𝓹𝓵𝓮𝓪𝓼𝓾𝓻𝓮 𝓪𝓷𝓭 𝔀𝓪𝓻, 𝓪 𝓱𝓾𝓷𝓰𝓮𝓻 𝔀𝓮 𝓴𝓮𝓮𝓹 𝓲𝓷𝓼𝓲𝓭𝓮