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Karma y Carlos comparten un pasado juntos en el que las malas decisiones, miedos, inseguridades y baja autoestima fueron los causantes de que su -inexistente- relación terminara. Y aunque huir de tus sentimientos y de la per...
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I. Salidas y malas jugadas
📅 📍 Barcelona, España 14 de mayo de 2017
Karma no sabia que responder a su familia cuando le preguntaban como le estaba yendo en España, era un cambio de 180° para su vida y aunque estaba feliz la mayor parte del tiempo, cuando la noche llegaba se sentía demasiado sola.
Extrañaba demasiado a su familia y aunque no quisiera admitirlo, estando lejos era más fácil fingir que todo estaba bien, sumándolo a la diferencia horaria que complicaba más la comunicación entre ellos.
Hacia unos meses que había llegado a España para la lectura del guion de Élite y gracias a sus compañeros que la llevaron a conocer Madrid, estaba enamorándose de su estancia.
No sabía si los cambios eran para bien o para mal.
Venir a un país que no conoces no es la mejor solución para huir de tus problemas, menos de los que tienen nombre y apellido, pero Karma necesitaba un respiro y estando en casa solo sentía como las paredes se cerraban.
¿Desde cuándo su hogar dejo de serlo, para convertirse en su propia prisión?
Amaba la libertad que tenía aquí, el que nadie la conociera o no demasiado, poder disfrutar sin temer a los paparazzi, que constantemente la acechaban en su país natal, y conocer personas con las que se sentía segura, era un ambiente desconocido y emocionante a la vez.
Y aunque Karma pudo disminuir todas las consecuencias de ser quien es al llegar a España siempre quedan consecuencias.
Odiaba la forma en que los medios habían logrado influir en ella, como las palabras de cada noticia sobre ella fueron la gota que derramo el vaso para que su autoestima cayera en picada.
Y una prueba de ello era cuanto costaba verse al espejo cada mañana, como las noches pasaron de ser maratones de sus películas favoritas a abrazar la almohada porque era lo único a lo que Karma podía aferrarse estando lejos de casa.
Las múltiples veces que tuvo que huir en alguna cena, descanso o en alguna filmación por algún ataque de pánico o ansiedad.
Detestaba aparentar, era más desgastante que admitir lo que de verdad sentía, pero no quería poner su peso en hombros ajenos aún si ellos estaban dispuestos, no merecían cargar con sus preocupaciones.
Si su madre estuviera aquí le diría que no dijera tonterías que ella nunca sería una carga, y Karma lo intentaba, pero cada vez que intentaba contarlo una voz le dijera que no valía la pena, que ella lo resolvería sola y que no molestara a los demás con sus problemas.
Solo quería que llegara la noche, abrir una botella de vino y poder escuchar música a un volumen alto.
No podía quejarse, el poder mejorar como artista en el ámbito de la actuación era una oportunidad que Karma no podía rechazar.
