"Que los Shadows paguen con el
mayor de los castigos, que los condenes y unas las dos vidas más importantes para ellos, que el heredero de la Luna se enamoré tan perdidamente del tuyo tanto asi que mueva el universo para encontrarlo y en su búsqued...
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Corre por el bosque, las ramas rasgan su capa, su respiración es irregular, el sentimiento de preocupación y nerviosismo dominando sus sentidos. Aunque todo eso no le importa; solo deseaba llegar a tiempo.
Su preocupación aumentó más cuando lo vió, aquel castillo siendo consumido por las llamas, con cientos de humanos rodeándolo, coreando y gritando como en plena guerra, sus antorchas siendo la única luz en medio de la oscuridad. Se escondió entre la maleza, su rapidez le permitía ser apenas notada entre los demás.
Entró por dónde multiples veces solía hacerlo, el humo apenas le dejaba ver algo pero de nuevo sus dotes le hacían ver claro entre los pasillos. Llegó a la habitación, notando que ahí las llamas ya estaban consumiendo todo.
Salió tosiendo pues aún así el fuego podría quemarla, oía gritos, lamentos, pero nada de quein verdaderamente le importaba.
"¡Ayuda por favor, la reina está atrapada!"
Giró en dirección a donde se escuchaban los gritos, caminó entre los pasillos y pronto estuvo a lo que era la sala de los reyes.
Empujó la puerta y está se abrió rápido a sus ojos. Vió como había dos personas intentando romper el armario.
"¡A un lado!" Gritó.
"Por favor ayudamos, la reina está encerrada con el principe"
Y diciendo unas palabras la cerradura explotó logrando que los demás jadearan en asombro.
"¡Mina!" Llamó a la mujer que parecía estar ya inconsciente cubriendo con una manta al bebé que hacía en llanto.
"Vamos Mina, tienes que salir de aquí"
Pero Mina parecía ya muerta.
"¡No,no no!, ¡no me puedes dejar!, vamos Mina"
La movió pero nada parecía hacerla reaccionar, fue así que al querer sacarla noto como en su costado tenía una herida enorme, su sangre haciendo charco logrando que llorará porque no podía ser cierto.
"No Mina, ¿cómo?"
Escuchó gritos que provenían de afuera, seguro el fuego empezaba a llegar hasta ellos, debía salir de ahí si quería al menos salvar el bebé.
"Te amo Mina, te vengare mi amor" Cubrió el cuerpo completo y tomó al bebé en brazos, salió de la sala y caminó de nuevo entre los pasillos, el humo le hacía casi imposible ver pero girando sus manos hizo que la neblina se esparciera y le dejara el camino libre.
En cuanto salió de nuevo al bosque vió como aquel castillo construido hace siglos era derribado por el llamas ardientes, como aquellos que fueron reyes, sirvientes, ciudadanos y niños morían calcinados.
