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𓏲 Tal vez el y el mundo fueron crueles pero a pesar de ello, siempre dejara en claro que lo ama como nadie en este mundo o universo lo hará.
Los meces pasaron y ellos siguieron armando su nuevo estilo de vida, sin tocar tanto los temas del pasado simplemente enfocándose en el futuro y el presente, Hajime y Seishu una pareja que claramente mostraba que eran polos opuestos y como estos podían ser una muy peculiar combinación. Los problemas podían resolverlos fácilmente y entre los dos sin necesidad de nadie más, siempre fue así y seguirá así, solo ellos dos contra el mundo.
Pero aún así, las cosas siempre fueron tal y como dijo Hajime, solo ellos dos solos sin nadie más estarán bien, solo necesitaban estar alejados un poco de la presión social y ser como siempre quisieron ser, viviendo en un mundo solo ellos eran felices y podían resolver las cosas a su manera, mostrar su amor sin ser juzgados por el simple echo de ser hombres.— ¡ Inuipi ! — llamo desde abajo Hajime quien vestía una camisa algo grande color blanca y unos pantalones negros
— ¿ Que pasa ? — respondió y lo miro desde las escaleras
— Báñate y cambiate, te quiero enseñar algo y quiero hablar contigo — sonrió levemente
— ¿ A donde y de que o que ? — dijo extrañado
— Tu solo hazme caso, no será nada malo — se dio la vuelta lo miro miro de reojo — Saldré rápido a comparar algunas cosas, cuando llegue espero estés listo — camino hacia la puerta donde inupi lo vio salir
— Hoy amaneció raro ... — susurro y se adentro a la habitación donde una vez dentro se aventó a la cama y comenzó a ver la tele por qué después de quejarse con KoKo este decidió también poner una tele en su habitación
Los minutos pasaban rápido y eso los convertía en horas, horas en la que inupi se quedó dormido y si no fuera cuando escucho la puerta cerrarse no se ubiera ido a hacer los que KoKo dijo.
El cuerpo de Seishu era recorrido por el agua caliente quitando los rastros de jabón de su cuerpo dejando un leve olor a vainilla . . . Su rubio cabello se lavaba con el agua hasta dejarlo totalmente limpio, el rubio al terminar de secar su cuerpo se vistió casi igual a Hajime y claro sus tacones no faltaban en su atuendo .
— ¿ Estás listo ? — pregunto el mayor que ya hacía en la puerta viendo como el rubio desenredaba a su pelo
—¿ Mh ? — lo volteo a ver
— ¿ Que si estás listo ? — repitió
— O si solo me terminó de peinar — sonrió levemente
— Te espero abajo — dijo y salió de la habitación
Al terminar de arreglarse inupi se perfumo un poco y bajo a la sala donde el mayor lo esperaba, se acerco a el y este lo tomo de la mano para llevarlo afuera de la casa.
— ¿ A dónde vamos ? — dijo algo nervioso
— Es una sorpresa — Siguió caminando sin destapar los ojos del rubio
Al llegar a aquel lugar justo el sol comenzaba a caer haciendo que las luces de la casa y su jardín se enciendan, Hajime soltó al rubio quien abrió los ojos poco a poco para no lastimar sus ojos y esos se acostumbren al ambiente . . . Las pequeñas luces en forma de esfera que había en aquel mirador se encendían una por una dejando una hermosa vista ante los ojos esmeralda de Seishu.
— Inupi — Llamo el mayor quien ya estaba viendo hacia la cuidad
— Dime — lo volteo a ver
— Desde que éramos niños siempre oculte mis sentimientos, estaba completamente confundido sobre mis sentimientos, siempre creí que amaba a Akane-san pero no era así — Comenzó a hablarán sin quitar su vista del paisaje
— Koko ... — presto atención a sus palabras
— Aquel día de la biblioteca después de la muerte de Akane-san yo te bese para saber a quién amaba en verdad, intentaba ver alguna comparación de ella en tu rostro pero no pude, simplemente fue imposible para mí, pero a comparación de cuando quise besar a Akane-san cuando era niño yo la compare contigo, recuerdo muy bien mis palabras — rio levemente — dije, Akane-san se parece a Inupi — intento hacer su voz más infantil
— ¿ A que quieres llegar ? — soltó directo
— A que siempre te ame a ti, nunca fue Akane-san, siempre fuiste tú, tu, tu y solo tú, siempre estube a tu lado y dejé cosas solo por ti — lo volteo a ver
Hajime se acercó al menor lo tomo de la mano con delicadeza, mientras que con su otra mano sacaba algo de su bolsillo del pantalón.
— Inui Seishu, ¿ Te quieres casar conmigo ? —
En aquel momento el tiempo se detuvo, los ojos de inuipi tenía un hermoso brillo mientras veía sorprendido a aquel chico que sin darse cuenta también fue su motivo de seguir adelante, que hizo cosas buenas y malas tan solo por estar con el, el chico que lo amaba tan locamente y sinceramente. Algo con lo que tal vez nunca creyó estar presente y mucho menos ser parte de esto.
“ Mi querida hermana si estuvieras aquí, estoy seguro que te alegrarías por mi ”
— ¿ Que dices ? — hablo sacando a rubio de sus pensamientos
— Acepto — dijo con una leve sonrisa y un color carmesí en sus mejillas, sin duda una imagen hermosa ante los ojos de kokonoi
♡
Paso un mes tan solo cuando Hajime y Seishu se unieron oficialmente en sagrado matrimonio, solo una boda donde ellos y el padre fueron los presentes.
— Sin más puede besar al novio — Dijo el padre
— Al fin eres oficialmente mío Inupi — sonrió alegré al ver al rubio vestido con un traje blanco
— Si — dijo sonrojado
Hajime se acercó al rubio y lo tomo por la cintura para pegarlo más a él, lo miro a los ojos nuevamente y lo beso.
Aquella extraña sensación tan adictiva para el se habia echo más fuerte, sus dulces labios eran un veneno para el . . . Así como el sol y la luna ellos querían unir sus labios, cuerpo y alma durante un largo tiempo.
Hajime se separó de inupi quien aún seguía sonrojado y volvió a hablar.
— Aún que siempre fue como yo dije desde un principio — se poso detrás de inupi y tapo sus ojos mientras el recargaba un poco su cabeza en su hombro
— ¿ A que te refieres ? — respondo curioso mientras dejaba al mayor cegar su mirada
— “ Me perteneces y siempre me perteneciste ” —
sonrió sacando la punta de su lengua.
« FIN »
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𝐌𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬 • ᴋᴏᴋᴏɴᴜɪ •
FanfictionDespues de prometerse jamás volver a buscarse, de jamás hablarse o acercarse al otro, aquellos dos tomaron caminos demaciado diferentes y comenzaron una nueva vida lejos del otro . . . Pero vaya sorpresa les tenía preparada el destino para ellos dos...