Capítulo tres

288 22 13
                                    

"Ver películas es lo que más amo"

Tom y Maddie estaban relajados en el sofá de su casa, se encontraban tranquilos. Discutían sobre que película podría ver hoy, mientras comían de sus palomitas. Con nuestro pequeño erizo en su ventana, esperando que fuera la que el tenía en su mente.

—Por favor, por favor, por favor—Sonic tenía sus ojos cerrados, cruzaba los dedos esperan que fuera esa película.

Abrió uno de sus ojos y miró la televisión de los Wachowski. En la pantalla se veía reflejado el título de la entrega y Sonic sonrió satisfecho.

S  P E  E  D, Máxima velocidad

¡Si!, ¡Keazu!, Eres un tesoro nacional—dijo emocionado Sonic.

Sonic veía la película calmado, su mirada se suavizó bastante. Estaba contento, repetía frases que me gustaban. Se sentía en calma, protegido.

—Un exámen, sabelotodo—imitó al personaje y besó la puntas de sus dedos, como amaba está película—Ese es un clásico—su mirada intrépida volvió a su rostro.

Tom y Maddie disfrutaban de su tiempo a solas, les caía bien sentarse un día a pasarla juntos.

"Básicamente somos como una familia"

La pareja rio y Sonic de inmediato cayó en su realidad. Su mirada bajó y un el sentimiento de soledad le volvió a invadir.

¿Por qué dolía tanto?, la presión en su pecho no desaparece. Y sus ojos se sienten algo húmedos. Él no quiere llorar, porque él está bien.

¿Él de verdad estaba bien?, ¿era suficiente para él verlos desde lejos?.

No, jamás sería suficiente. Ese sentimiento de tristeza no desaparecía de su corazón. ¿Cuándo será el momento de poder tener una familia?, ¿Cuánto pasará para que alguien lo vuelva a cuidar?

¿Cuánto será el momento de encontrar el amor?

Sonic se acomodó en la mesa y su mirada se apagó un poco.

"Aunque no nos conozcamos"

La puerta de madera de alzaba por los pasillos, el espacio era tranquilo. Ni un ruido, ni una sola persona. En la entrada de la oficina se podía observar el cartel pequeño que indicaba privacidad.

P  S  I  Q  U  I  A  T  R  A,  Dr. A. Burdett
En sesión, no haga disturbios

El psiquiatra Sonic le preguntaba con un tono algo raro, tratando de imitar a un Ruso del cómo se encuentra su paciente Sonic, anotaba cualquier indicio de posibles señales de ayuda.

—¿No le parece que su tan prolongado aislamiento podría estarlo enloqueciendo un poco?—preguntó el psiquiatra Sonic, mirando a través de sus lentes. Sentando en la inmensa silla examinando a su paciente. Y con sus manos sostenía la libreta que usaba para anotar la conducta de su paciente Sonic.

Acostado en el diván, Sonic rio nervioso y tratando de calmar su voz. El ambiente estaba calmado, la mente de Sonic no.

—¡¿Enloqueciendo?!—rió divertido—¿Perdón?, para nada Doc, se equivocó conmigo—movió un poco sus pies para tratar de calmarse.

El psiquiatra Sonic sacó la pluma de boca, aún no miraba a su paciente. Leía las notas sobre su posible diagnóstico. Miró al paciente y comenzó hablar.

—Y pese a tener tanto supuestos amigos en el fondo...—su tono dejó de ser fingido y paso a ser más triste—¿Aún se sigue sintiendo solo?

Soledad, claro. Él no tenía amigos, Sonic estaba solo. Y eso le dolía.

Pequeño erizo Where stories live. Discover now