1.3 DEM.

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Cada vez que pienso que fui demasiado imprudente y demasiado impulsivo, pienso que es muy cierto, no me imaginaba que DEM supiera de mi llegada a Londres, tampoco me imaginaba lo avanzadas que estaban allí las armas y armaduras, pero lo que menos me imaginaba era que sería inmovilizado en menos de 6 minutos por mi propia impulsividad; cuando llegué a Londres, hice lo mismo que en Tokio, me instalé en una casa previamente alquilada y monté mi armadura y armas; me fui a explorar la ciudad y al haber muchas cosas nuevas decidí visitar todos los lugares que estuvieran a mi alcance haciéndome pasar como un turista, como no habían pasado muchos días desde que un gran grupo de turistas venidos de Oriente, pude viajar y recorrer la ciudad sin llamar apenas la atención de las personas. Los días pasaron y al principio me dejé llevar por mi curiosidad por lo nuevo y use toda mi primera semana para visitar por puro gusto, al séptimo día me encontró una "coordinadora" llamada Ellen y tras preguntarme si era del grupo que vino de oriente, y tras mentirle, me indicó que no debía alejarme del grupo mientras enseñaban la ciudad, en aquel momento no me podía negar ya que mi aparente coartada era que era un turista más de aquel grupo y para no causar una escena llamativa decidí seguirle el juego y contárselo más tarde.

Al terminar una pequeña ruta que quedaba de camino hacia el grupo Ellen sugirió que pasásemos por una calle para llegar antes, pese a mis quejas iniciales ya que no era una de las importantes, además de ser bastante claustrofóbica, pero no me pude negar ante las cada vez más ruidosas exigencias de la coordinadora; entramos en la calle y más o menos a mitad de ella un mareo comenzó a afectarme, cada vez se hacia más intenso hasta que note los rastros de energía espiritual provenientes de Ellen, entonces empecé a canalizar energía en todo mi cuerpo para resistir y materialicé mi espadón para atacar; pero cuando casi había impactado, un aumento de la presión y la aparición de una espada que casi me atravesó el pecho me desestabilizaron y acabé cediendo una apertura que permitió que se me hiciera un profundo tajo en la pierna, al levantar la mirada pude ver a Ellen con una armadura del tipo anti-espíritu y a algunas personas más a mis costados; me di la vuelta para tratar de escapar, pero también me habían bloqueado la salida. Casi después de girarme fui atacado por aquellas personas y a duras penas pude esquivar, hasta que de repente comencé a toser sangre, inconscientemente incrementaba mi energía para hacer frente a aquella presión y antes de poder hacer nada estaba agotado y mientras Ellen se acercaba yo me terminé por desmayar.

Me desperté amarrado e inmovilizado mientras unos hombres y mujeres con bata blanca hacían cosas variadas, algunos miraban pantallas, otros tomaban muestras de mi cuerpo y otros llevaban armas y sus armaduras; traté de imbuir mi cuerpo en la poca energía espiritual que me quedaba, pero me sentía raro cuando lo intentaba, como si me estuvieran drenando lo poco que tenía. Tras unas horas se fueron y entonces entro un hombre pelicenizo y una mujer rubia a donde me encontraba yo; Westcott y Ellen que gran pareja de monstruos, se me quedaron viendo cuando una mujer y un hombre entraron en la habitación, la mujer tenía el pelo castaño, una expresión tranquila y un cuerpo bonito y el hombre tenía el pelo blanco, una expresión maquiavélica y un cuerpo un poco musculoso. Se pusieron a hablar de algo y cuando terminaron el hombre y la mujer se giraron hacía donde yo estaba y me empezaron a hablar:

-"Hello Takamiya Shido, oh sorry. 'Cambio al japonés' Mucho mejor ahora, ¿verdad? Verás, mi nombre es Walter Beckett, también conocido como El médico de los huesos. Y esta mujer tan bella que tengo a mi lado es mi esposa, Alexandra Omicrón, o La reina de la anatomía y..."

-"Ya os conozco los famosos asesinos y torturadores de la guerra de Israel y Palestina que nunca fueron encontrados con vida."

-'Puñetazo' "Deberías respetar a tus mayores antes de hablar y no interrumpirles."

-"Si pudiera moverme te obligaría a pedir perdón de rodillas."

-'Puñetazo' "Debes hablarle con respeto a mi marido, monstruo; pero no te preocupes, te enseñaremos como debe respetarse la gente en una sociedad humana, pero para eso debemos adiestrarte adecuadamente; pero tranquilo... tu solo sufrirás para hacer de carnada. Bien cariño, porque no le enseñamos nuestros juguetes y como los utilizamos."

Takamiya Shido, El chico sin amor. (Pausada, lean descripción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora