Hi

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Un inicio estresante, titubeando ante la posibilidad de una falsa ilusión.

Mi deseo de un amor era tan ajeno a mis sentimientos haciendo eco en el vacío de mi corazón, ansiando ser amado sin poder dar amor.

Con miedo en mano y duda en mente, negué la idea de aceptar la sensación, las experiencias del pasado susurraban las razones, y mi ser negaba la idea de querer volver a sentir.

Carecía de amor, tanto ajeno como propio. Era obvio que lo que buscaba era mas haya de mi posibilidad, busca lo inexistente y la solución a la carencia que a la que yo mismo me sometía.

Negue por tanto tiempo, que hoy, al momento de darme cuenta que de nada sirvió. Lo siento como tiempo perdido,

Aquel día, que casi no fue mas que el sutil momento, en el que realmente te conocí. Cuando comprobé que la fracción de tu presencia causaba cierta dureza en mi mandíbula.

Que aquellas sonrisas cómplices a pesar de realmente no significar nada, mantenían mis pensamientos en un estado de dudosa cordura.

La gota que derramo el vaso, es curiosa, no había ninguna gota. Solo un vaso derramado, siempre derramado.

El tipo avanza, me retuve tanto tiempo que cuando acepte que podía caminar, intente volar, y caí. Sin embargo, la caída fue dulce.

Había sucedido nuevamente, me había enamorado sin rasgos aparentes o razones contundentes, despegue en un avión sin brújula, y mientras caía no podía dejar de cuestionarme.

¿Por qué?

¿Por qué hacia todo esto? ¿Por qué siempre me pasaba la misma situación? ¿Por qué no podía detenerme al denigrar mi alma constantemente?

Sin embargo, esta última caída demostró en mi la carencia del rasgo que siempre dude, amor.

¡Oh amor!
¿Qué será de mi si no te tengo?

Eh aquí la situación, nunca te tuve...

Después de despegar en ese avión sin brújula, tuve que aprender a orientarme en la soledad.

Comprendí que dicha situación nunca fue tan mala, la necesidad de correr es comparable a la de volar, y que de ser el día que consiguiera la respuesta positiva. Realmente sufriría mas de lo que sufro ahora.

Anhelé tanto tiempo la idea de ser amado, ignorando el hecho de mi incapacidad de amarme a mí mismo. Añorando la sensación de compañía, siendo consciente que luego la repudiaría, soñando con la felicidad, descubriendo en un acto desesperado y estúpido, que de esa forma no la conseguiría.

Comprendí mis carencias, mis dudas e incertidumbres, comprendí que, en realidad, nunca estuve listo, nunca pensé en lo que seria y en realidad, nunca me enamoré. Solo desee.

Deseando ser amado, para ser feliz.
Nunca amado, solo queriendo.

Las experiencias pasadas susurrantes, confirmaban el hecho, era como saltar para volar, caer... Y levantarme en busca de otro vuelo. Nunca sufrí el duelo, nunca palmé terreno... Ni ame en verdad, solo desee.

Y, aun así, sabiendo que por ende toda experiencia pasada se relacionaba a la actual, mi mandíbula sigue endurecida y mi corazón palpitante.

Cruzando miradas, impulsos dudosos del corazón, deseando olvidar aquella primera caída que, si dolió, y que hoy miro como el reflejo de un tropiezo en tu mirada.

Pero que, al mismo tiempo, guardo con sutileza, sabiendo que los errores que cometí no son pocos.

Décadas pasando, y apenas aprendo de mis errores, madurando cual fruto fuera de témpora, como un milagro dudoso careciendo de sucesos actuales, pero con colores vivos y endulzantes.

Hoy camino ligero, vuelo con piloto. Amo con amor, y sonrió con felicidad.

Rezando a dios, que la sutileza con la que envuelves mi alma, la pueda sentir algún día el resto de ella. Incluso habiendo caído ya una vez ahí

"Un rayo no cae en el mismo lugar dos veces"

Sin ser mas extenuante, rememoro unos párrafos antes, recordando el pasado amargo de los querer dudosos y experiencias aferradas que nunca llegaron a nada. Admitiendo, que nunca ame, solo desee.

Hoy me cuestiono la razón por la que te mantienes en mis pensamientos, la justificación de mi corazón para palpitar cuando estás ahí. Incluso después de haber aprendido contigo esta lección a las malas.

No la tengo, no la conozco. Solo se que por primera vez. Amo por amar, no hay algo en específico, solo eres tú, tu misma sutileza, fracción de risa y felicidad. Solamente eres tu y lo que eres, que no puedo despegarme.

Mi avión ya se estrello una vez. Pero mi corazón deambula buscando nuevamente otro vuelo.

Vivo tranquilo, sabiendo que aquella vez que en realidad dejé de desear, y empecé a amar. No fue producto de un sueño o una pesadilla. Fue algo que sentí, y algo que aprendí.

Y si de ser el día, que mi alma roce la tuya, que las miradas cómplices se conviertan en miradas nerviosas, el cruce de palabras sea armonioso y profundo. Y que los corazones palpiten a la par dejando de ser un vals individual.

Ese día, deseo estar listo.

Listo para dar amor, recibir.
Pero también para saber cuando caminar.