UNOOOOO

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Fue un día cansado, Iida sentía que en cualquier momento se desmayaría, sus pies estaban pesados y parecía que había corrido durante horas (aunque su kosei y profesión literalmente consistía en eso) mas sin embargó, toda su jornada laboral paso entre estrés y papeles que firmar.

Lo que deseaba era llegar a casa y tumbarse en la cama o en consecuencia por su arduo labor, mimar a su dulce Omega, abrazarlo y decirle lo mucho que le ama.

Rayos, la gente de la calle lo observó extraño cuando sonrió por tal imagen mental.

No podían culparlo, una de las razones por las cuáles se esforzaba tanto era por qué sabía que al regresar, le esperaría con una sonrisa y en caso de que no estuviera en casa por su trabajo de héroe, con una llamada y una comida excepcional.

Sin prestar mucha atención al camino y haciéndose más ideas de lo que podría hacer cuando llegará, de un momento a otro ya se encontraba enfrente de la puerta de su hogar, su precioso hogar que compartía con Izuku.

Tocó la puerta un par de veces y al no recibir respuesta, supuso que no estaba... Que lastima, uno de sus escenarios era "hacerle el amor" ahora tendría que calmar sus hormonas con un baño.

Pero al abrir la puerta, prender la luz y colgar su saco en el perchero de la entrada, escucho una dulce voz.

—Bienvenido a caso, amo Iida.

Juro que sintió una corriente eléctrica desde su cabeza de arriba hasta la de abajo y aunque no quería decir algo inapropiado si lo pensó.

Dió la vuelta para verlo enfrente de él, la imagen que recibieron sus pupilas fue encantadora; Su querido esposo en un traje de maid que consistía desde una calcetas blancas que llegaban hasta la rodilla, unos zapatos negros escolares, una falda extremadamente corta que si se agachaba un poco podría verse más allá de la imaginación, con encaje blanco al rededor parecido a un mandil, la parte del pecho con un moño en el centro cercas del cuello en el cuál estaba a la vista descubierto, dejando ver su clavícula, glándula y hombros llenos de pecas, las mangas de aquel traje dejaban descubierta aquella zona y solo era un encaje transparente llegando al blanco y pomposo como un vestido de la edad media, termino su recorrido al ver su rostro, tan perfectamente precioso, sonrojado y sus ojos entre abiertos con un pequeño rastro de lágrimas y su cabello esponjoso adornado con una corona de maid tan característica.

Si antes Iida ya parecía excitado, ahora su gran erección lo confirmaba.

—¿Estás en celo, cierto? —preguntó Iida, aún sabiendo que por su aspecto era evidente.

No lo sabría por el aroma jamás, no tenía la capacidad de olerlo, en cambio desarrollo con el tiempo la habilidad de saberlo, no importaba si Izuku había tomado supresores o no tenía ningún síntoma, Iida lo sabría siempre.

—Lo siento mucho amo —dijo Izuku. Hizo una referencia fingiendo vergüenza, acto seguido Iida vio abajo de esa corta falda, notando que el Omega lo hizo a propósito. Y esa preciosa braga de encaje blanco chorreando lubricante puso tan mal a Iida que no podía pensar en otra cosa que no fuera "Follar."

—Solo mira el desastre que haces, dejando todo el suelo sucio con tu escencia ¿Acaso no eres un buen maid o quieres un castigo?—. Izuku no sabía que responder, si bien su plan era que Iida cediera jamás pensó que sería tan fácil, es decir ¡Su esposo era la persona más correcta que había conocido! No importaba cuántas veces hiciera cosas indecentes a propósito, en ninguna Iida correspondía, como la vez que compro juguetes sexuales o esa vez que actuó como secretario.

Ahora su amado Beta estaba dispuesto a follarlo, no más de sutileza y moralidad, Izuku solo quiere que lo joda y le dejé tan lleno como nunca.

—Lo correcto sería recibir un castigo mgh~ —gimio. —Haga lo que quiera conmigo, amo Iida —dijo entre jadeos, manchando aún más el suelo.

—Quien diría que tenía un pequeñito maid tan necesitado ¿No sabes comportarte? —respondió Iida. Se acercó al Omega con impotencia y tomo sus mejillas pecosas con una de sus grandes manos venosas, acercándolo para darle un beso, tan apasionado y fuerte.

Los gemidos del Omega no se hicieron esperar cuando Iida comenzó a usar su lengua, metiendo y sacando cada tanto para agarrar aire, lamiendo cada parte de sus labios y cada parte de su entrada bocal.

En cuanto los ruidos tan agudos del Omega se intensificaron, Tenya bajo a su cuello y hombros, besando poco a poco con delicadeza, dudoso, sin saber si continuar o hablar.

—Márcame Iida —susurro Izuku en su oído con la voz más excitante que Iida alguna vez pudo oír.

Se sintió tan mal con esa palabra, el "márcame" era algo que no se mencionaba en su matrimonio por qué eso conllevaba una relación de Alfa - Omega y saber que Izuku en sí, jamás podría ser su Omega por naturaleza, la marca era algo imposible... Tan alejado de la realidad y felicidad en la que se envolvían cada tanto.

No desistió, no quería herirse más y con la impotencia anterior, mordió aquella zona, aún sabiendo que no habría efecto alguno y escuchando el grito tan fuerte del Omega.

—¡Ten-tenya!— Izuku gritó su nombre. Jalo su cabello y por la acción repentina tiro sus gafas, fue involuntario pero aquellas se rompieron al caer al suelo y la mirada que le dirigió Iida era penetrante, con el ceño fruncido y su mandíbula marcando la molestia.

Una imagen para el deleite visual del Omega que lubrico más que antes.

—Soy tu amo, llámame como tal —dijo Iida, con un tono tan dominante y grave que comenzó a hacer más fuerte el celo de Izuku.

—Lo-lo siento amo Iida —respondió nervioso.

—Ve a la cama Omega inservible, más te vale que me hagas sentir bien está noche.

Joder, definitivamente mañana tendría que mapear bien el piso.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2022 ⏰

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𝙈𝙚𝙟𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙡𝙡𝙤𝙨//Iideku/R18(Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora