Capítulo 12

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Cuando llegamos, MJ tardó en salir, estaba (de nuevo) peleando con la máquina de impresión.

—¡Espera sólo un momento, Wands! —gritaba desde atrás, mientras que yo no dejaba de reír. Pobre de ella, esa máquina siempre le sacaba canas verdes.

Peter permaneció tranquilo, observando las cosas en el local hasta que MJ apareció por fin detrás del mostrador.

—¡Listo! —me sonrió con esa sonrisa que pocas veces dejaba ver.

Cuando MJ desvió la vista de mí, la posó en la única otra persona que estaba conmigo. Peter la miraba embobado.

—Oh—musité— MJ, te presentó a un amigo. Peter, ella es MJ—la presente—. Ella es mi amiga de la que tanto te he hablado; MJ—. Y MJ, el es Peter, mi vecino.

La cara de Peter era de sorpresa, asombro y fascinación. En sus ojos existía un brillo que hace unos minutos no se encontraba allí.

—H-hola—balbuceó.

—Hola...—respondió ella.

Se sonrieron por un par de segundos más hasta que MJ me dedicó su atención a mí.

—¿Fotos nuevas? —me preguntó entusiasmada.

—Ya lo sabes—reí e hicimos lo de siempre.

Luego de unas horas (tras que Peter y MJ se conocieran más), decidimos el y yo que era de regresar al edificio. El sol ya se había puesto cuando caminábamos de regreso.

—Tu amiga es muy bonita—musitó ruborizado ligeramente—. Muy agradable, además.

Me solté a reír.

—Creo que lo pude haber adivinado—admití y él se enrojeció más, la pálida piel de sus mejillas se pintó de color rojo.

—¿Por qué dices eso? —preguntó avergonzado.

—Por tu cara y cómo la mirabas.

—¿Tan obvio era? —hizo un mohín.

—Algo...

Reímos.

—Enfer, bravo, Peter! —exclama en francés. ¿Por qué me rodean personas que hablan idiomas que yo no?

—¿Hablas francés? —pregunte asombrada.

—Sí... bueno, mi tío me hizo tomar cursos del idioma para ampliar mis horizontes—dice un poco tímido.

¡Oh, por Dios! ¡Peter puede decirme lo que dijo el chico de la heladería el otro día!

—¡Peter! —dije exasperadamente, quizá sacándole un susto por la forma en que me miró— ¡Tú sabes francés!

—Mm... sí—musitó con un tono que denotaba su obviedad.

—Dime que significa...—hice memoria para acomodar las palabras en orden y tratar de pronunciarlas correctamente— "Ils forment un très beau couple".

De seguro Natasha creía que ya se me había olvidado lo que nos dijo el chico de la heladería y que no me quiso traducir, pero para mala suerte de ella, yo tenía muy buena memoria.

—Que bella pareja hacen—dijo Peter.

—¿Disculpa?

Peter río.

—Eso significa.

Abrí los ojos ante lo poco evidente y ante la ilógica de que me emparejaran a mí con Natasha.

Luego me solté a reír de nuevo, no sabia si avergonzada o de verdad divertida.

—¿Por qué? —inquirió Peter.

El manual de lo prohibidoWhere stories live. Discover now