Ámame tanto como puedas - Adaptación γιzнαи

🍃09🍂

Wang Yibo y Xiao Zhan, no tuvieron mucha química al principio. Yibo era bueno en los deportes, pero fue admitido como estudiante de bellas artes. No le gustaba estudiar. Además de dormir, estaba pintando todo el tiempo y también, lucia perdido la mayoría de las veces. Xiao Zhan era un erudito muy estandarizado. No dice más que las palabras necesarias, escribe sobre cosas preciosas y les sonríe siempre a todos con demasiada sinceridad.
Siempre se veía bien. Siempre olía bien. Las personas así naturalmente no son malas.

Una tarde, el maestro que estaba trabajando como un simple sustituto, puso a Wang Yibo y a Xiao Zhan juntos en la misma mesa de trabajo. La primera frase que dijeron Wang y Xiao al mismo tiempo fue: «Hueles muy dulce»

El abuelo de Zhan sembró un árbol de jazmín en el patio de su casa. Cuando se abrieron las flores, las habitaciones estaban llenas de esa fragancia y entonces pensó, que debido a eso su cuerpo también estaba repleto de ese dulce aroma. En el segundo día, Xiao recogió un pequeño ramillete de jazmines para Yibo. Estaba pensando que podía lograr que él oliera de la misma manera.

Wang Yibo se rio con ganas, le mostró sus dientes blancos y después le dijo en un susurro: -Gracias. –

Wang Yibo no es un sujeto molesto. Sabe que a Xiao no le gusta que le interrumpa durante las clases, tampoco le agrada del todo que pinte cuadros sobre él y prefiere las tardes silenciosas que salir con los otros chicos a jugar los fines de semana.

A las chicas de la clase les gustan los muchachos iguales a Yibo, y hablan sobre él prácticamente todos los días.

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Wang Yibo le teme al profesor de la clase. A veces, durante la primera hora, copia rápidamente las tareas de inglés sin que él se dé cuenta. Otros días no lo necesita, a veces finge olvidar su cuaderno y entonces murmura:

-Pequeño Xiao, dame una copia de tu ensayo. -

«Pequeño Xiao»

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La relación entre los dos parecía no estar destinada a nada más profundo... Hasta que un día, cuando Xiao Zhan subió a ver a Wang Yibo al enrejado de la azotea, se tropezó en las escaleras y se lastimó. Perdió el equilibrio, se estrelló contra un muro y cayó sobre sus rodillas con tanta fuerza, que pronto pareció estar hundido en un pequeño charquillo compuesto por su propia sangre. Xiao Zhan estaba ya lo suficientemente asustado para cuando Wang corrió a su lado y le ayudó.

Yibo estaba sujetando los hombros del más bajo. Este se encontraba soportando el dolor y suspirando con tristeza entre las oleadas de aire frío para cuando le escuchó decir:

-Hoy estás tan fragante. Estaba pensando en las flores de jazmín, cuando te vi llegar. -

Zhan se sorprendió de repente.

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La relación entre los dos es mucho más cercana que antes. Wang a menudo invita a Xiao para que vaya a verlo jugar al baloncesto. Todos se ríen y dicen que cada vez que Zhan está observando a Yibo, es tan feroz como una enorme peonía.

No hay nadie que se atreva a pasarle la botella de agua una vez que han terminado de entrenar... Porque Wang Yibo solo quiere que Xiao Zhan sea el único tocando sus cosas. Encargándose de él.

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Más tarde, un día, Xiao descubrió que Yibo, que siempre había odiado leer, estaba mirando un poema extranjero. Su mirada ceñuda y ansiosa era inexplicablemente linda.

- ¿Estás intentando hacer crecer tus habilidades literarias? -

Xiao Zhan se rio de él.

-Mencionaste este libro con el comité estudiantil ayer. ¿Está mal que me interese en lo que te interesa? -

Yibo levantó las cejas, los ojos que le observaron en ese momento, eran profundos y sensualmente juveniles.

Zhan se río otra vez:

-En realidad no es interesante, no me gusta. Al comité de estudio le gusta y yo quería ser popular. Me gusta como escribe Ji-yang

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A principios de junio, el jazmín del abuelo llegó a su fin. Xiao Zhan sabía que a Yibo le gustaban las flores, y especialmente, lo llevó a verlas. Caminaron juntos durante más de una hora antes de llegar a la casa del abuelo. El jazmín del patio estaba lleno de incienso, de lámparas de aceite. Wang repentinamente abrazó a Xiao y olfateó como un gran perro sobre su cuello. Sus ojos eran amables, su boca estaba llena de sonrisas profundas:

-Es el mismo tipo de aroma. Eres tan dulce. -

Zhan se sintió inexplicablemente sonrojado.

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Era el examen final en el tercer año de la escuela secundaria. Yibo sabe que Xiao está a punto de regresar a casa, así que lo retiene en las profundidades del callejón más cercano. Luego, estaba allí, sosteniéndolo gentilmente entre sus brazos:

-Escuché a otros decir que te gusta Ji-yang. Te compré su libro. Espero que puedas disfrutar de esto y, por cierto... ¡Tienes que disfrutar de mí también! -

Han pasado catorce años. Wang Yibo tiene 31 y Xiao Zhan acaba de cumplir los 30.