Recordarte cuánto te amo

209 19 14
                                    

El voleybol le había dado tantas cosas buenas a Kageyama, personas que quería mantener en su vida, momentos que nunca olvidaría, lugares que nunca creyó visitar.

Aún recuerda cuando apenas estaba en su segundo año de preparatoria, estaban en su segunda competencia a nivel nacional.

Al llegar a Tokio fueron recibidos por el característico ritmo de la ciudad, había recibido un mensaje de Korai, habían formado una bonita amistad después de haber estado en el campamento nacional en su primer año de preparatoria, había salido con el muchas veces, e incluso conocía bastante bien a su familia.

Cuando sus padres no estaban en la ciudad por trabajo que era la mayor parte del tiempo, y el no tenía clases prefería viajar y pasar tiempo con Korai que quedarse solo en casa.

La primera vez que lo visito fue porque su amigo no dejaba de decirle que sus papás querían conocerlo, había viajado ahí solo para no declinar la muy amable invitación de los padres del contrario, desde ese día muchas cosas cambiaron, para empezar los papás de peli blanco lo trataban como si fuera el novio o interés romántico de su hijo, estaba avergonzado el como se esforzaban en causarle una buena impresión pero también estaba feliz de sentir la calidez de lo que el definía como una hermosa familia, el nunca tuvo una relación así con sus padres o hermana por lo que le inquietaba y a la vez le gustaba mucho.

Desde entonces mentiria si no admitiera que usaba cualquier pretexto para ir a la casa de los Hoshiumi, siempre había una plática amena, y una bebida caliente esperando por el.

Otra de las cosas que amaba era pasar más tiempo con su amigo, jugar videojuegos, salir a comprar o distraerse al centro comercial cerca de su casa, ver películas hasta la madrugada mientras se acurrucaba junto a el, las amaba tanto que estaba seguro que no podría despedirse de ellas sin destruirse así mismo en el proceso.

Después de la primera vez que fue a su casa Korai había cambiado un poco en la forma en la que lo trataba, siempre le cedía el paso, le abría las puertas de su casa o de cualquier lugar en el que estuvieran, solía regalarle una cajita de leche cada que se veían, con una notita que venía pegada en ella

~Hoy te ves hermoso~

Su reacción siempre era la misma, tomaba la nota para leerla, como si no la hubiera observado desde que estaba pegada en la caja, lo miraba agradeciendo el regalo, guardaba la nota discretamente en su bolsillo para después tomar un sorbo de la leche.

Lo que Korai no tenía que saber era que el las guardaba, había creado un mini mural con todas las notas que le había dado, siempre que estaba triste, presionado o frustrado por algún examen, su familia o algún partido de voleibol iba y se paraba frente a ellas,  era muy reconfortante para el volver a leerlas, cosas como. Eres muy inteligente, el mejor setter de Japón, Tu sonrisa es hermosa, nunca dejes de querer ser el mejor, Tu puedes confío en ti. Etc.

También se había acostumbrado a recibir flores, chocolates, pastelillos, hasta cierto punto sintió que lo estaban cortejando, pero eso no era posible, el no era una chica, el quería que su amigo encontrara a una linda chica que lo hiciera feliz, que lo tratara como se merecía, siempre decía eso, que Korai merecía a la mejor persona del mundo para estar con el, y en el fondo de su corazón el quería ser esa persona.

Se dirigió a la sala de descanso después de su primer partido, había acordado verlo ahí, habían ganado su primer partido por lo que se sentía feliz, también Kamomedai había ganado su primer encuentro, estaba distraído pensado hasta que sintió algo obstruia su campo de visión.

Noto un ramo de rosas rojas, frente a el, Korai estaba ahí sonriéndole como siempre con ojos brillantes, tomo el ramo entre sus manos de forma temblorosa, se sentía sumamente nervioso aunque no era la primera vez que le regalaba flores.

Iba a agradecer el gesto pero repentinamente se quedó sin palabras, la mirada de Hoshiumi era tan intensa que le dejo sin palabras, lo miraba con ¿Amor? No sabía describirlo solo sabía que le transmitía demasiado y las palabras le parecieron poco para corresponder tal acto.

Sintió ganas de llorar, no sabía que había hecho para merecer esto pero sabía que nunca le alcanzaría el tiempo para agradecer.

-Yo, desde que te conocí, e sentido que encontré mi otra mitad, siento que nadie me entiende mejor que tú, solo quiero verte feliz, y saber que yo puedo ser la causa de tu felicidad me hace sentir pleno, si pudiera ver tu sonrisa toda mi vida sin duda no le faltaría nada a mi existencia.

-Yo, te elegí desde que te Vi, quiero que seas la persona que esté conmigo no solo como mi amigo.

Kageyama comenzó a llorar, asintiendo mientras se acercaba a él para abrazarlo.

Puede que ese año hayan perdido contra Inarizaki en los cuartos de final pero esa competencia es la que más recuerda ya que en ella fue cuando se hizo novio de su esposo.

Actualidad

Se había mudado a Italia debido a que ahí estaba ubicado su actual equipo, había tenido un largo entrenamiento por lo que solo quería llegar a su casa y descansar mientras se recostaba en el pecho de su amado.

Al llegar observo un camino de flores, lo siguió con curiosidad, lo primero que encontró fue una mesa con la cena dispuesta, frente a esta un oso de peluche con flores y un cojín con la palabra Te amo.

No importa cuan común fueran esas muestras de aprecio de su esposo, nunca dejaba de sorprenderse.
Sintió una brazos tomarlo de la cintura con cariño, se recargo contra el pecho de quién sabía era el amor de su vida.

-¿Celebramos algo que no recuerde?

-Todos los días celebramos el hecho de estar juntos, ese es mejor regalo que me puedes dar.

Kageyama se giro para ver a los ojos a su esposo, se sentía tan afortunado de tener a Korai consigo que no le alcanzaban las muestras de afecto para demostrarlo.

Pese a lo que todo el mundo le había dicho después de casarse Korai jamás dejo de tratarlo como si siguiera cortejandolo, las notas siguieron, incluso ocasionalmente se transformaron en poemas, canciones, cartas, etc.

A Korai siempre se le dió bien hacerlo sentir amado.

Se unieron en un beso cálido que demostraba cuan afortunados eran ambos de amarse.






Me salió lo soft. Desperté hoy con esta idea en la mente así que me puse a escribir, inicialmente iba a subir otra cosa hoy pero bueno si es Hoshikage me sirve. Gracias por leer espero les guste, escribí esto en el teléfono por lo que no corregí nada disculpen las faltas ortografícas.

One shots HoshikageWhere stories live. Discover now