Prólogo.

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Pocos capítulos, mínimo 3 y máximo 5. Inspirado en la canción 'necio' de Romeo Santos.

Intento de comedia, probablemente existan actitudes cuestionables (ojalá no), pero habrá final feliz. No prometo smut porque no sé escribirlo, tal vez me anime, pero lo dudo mucho.
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Yoongi no podía dejar de pensar en Hoseok, sus labios figuraban en su mente cada vez que cerraba los ojos, su voz tan tranquila le hacía delirar al recordarla.

Su problema inició cuando Seokjin no paraba de hablar de su primo Jungkook, del excelente contador que era y de lo mucho que le serviría a Yoongi para sus negocios. Por supuesto que, Min era un empresario precavido y antes de realizar una entrevista, le pidió a su amigo citarlo en una pequeña reunión que acostumbraban a hacer cada fin de mes con posibles socios.

La noche en la que conoció a Jungkook quedó deslumbrado, principalmente por la belleza que lo acompañaba más que por los conocimientos y destreza del contador.

Piel bronceada, alto, delgado, con piernas firmes y una sonrisa en forma de corazón. Yoongi que no creía en el amor podría jurar que se había enamorado a primera vista. Tal vez era la confianza que emanaba el más alto, pero tenía algo especial que logró cautivar al pálido.
Un garraspeo lo hizo salir de sus pensamientos.

—Min Yoongi, este es Jeon Jungkook, un excelente contador y su novio, Jung Hoseok—Habló seokjin con una sonrisa, viendo estrechar las manos de los primeros dos nombrados y finalmente Yoongi y Hoseok tuvieron una apretón fugaz, pero que para el más bajo se sintió como el inicio de una gran historia.

De un momento a otro y para sorpresa de los presentes, Yoongi le dio la bienvenida a Jungkook para trabajar con él después de conversar un rato, lo citó el lunes por la mañana para mostrarle el lugar en donde iba a instalarse y las obligaciones con las que tenía que cumplir. Se ahorró la palabrería e invitó a la pareja a disfrutar de la velada, con un solo objetivo en mente: conocer a Hoseok.

Yoongi en ese momento no pensaba en lo que estaba haciendo, o tal vez sí, por eso se arriesgaba tanto. Sentía a un pequeño diablito susurrándole que debía acercarse a aquél hombre tan precioso, impulsado por la voz en su interior, aprovechó cuando Hoseok se quedó solo para llevarle una rosa que encontró en uno de los jarrones del salón.

—Si la belleza fuera delito, tú estarías libre—dijo Yoongi, sonriendo de forma coqueta y extendiendo la flor al contrario, sin prestarle atención a sus palabras.

Hoseok la tomó y soltó una leve carcajada.

—Gracias, nunca me habían dicho que estaba feo de una forma tan amable—respondió aún con una enorme sonrisa.

Yoongi se metió un manotazo mental, pensando mejor en lo que iba a mencionar y en seguida se corrigió.

—No me hagas caso Hoseok, soy un pendejo—tomó una silla y se sentó al lado—. Lo que quería decir es que te ves muy bonito.

Lo vio sonrojarse y soltar una risita nerviosa. Definitivamente, dios le había mandado al amor de su vida, que tenía pareja y no recodaba quién era, pero el amor de su vida al final.

—Gracias señor Min-sonrió y volteó al otro lado—, ¿buscaba a Jungkook? Debe volver en un rato, se fue a hablar por teléfono.

<<¿Quién carajos era Jungkook y por qué lo estaría buscando?>> Pensó Yoongi.

—Ah sí, Jungkook, ese Jungkook. El Jungkook que es...—hizo una pausa, ¿acaso Hoseok le acaba de decir "señor"? ¿tan viejo se veía?— un momento, ¿me dijiste "señor"?—hizo comillas en el aire—.

—¿S-sí?—contestó con duda.

—Puedes decirme Yoongi, Hoseok, no creo ser tan viejo—analizó lo que iba a decir, pero una vez más, su cerebro no conectó con su lengua—. Es decir, nací hace varios años, pero no tantos, todavía estoy en onda con los jóvenes, me sé toda la jerga que utilizan.

Hoseok estaba riendo bajito, muy divertido por la situación. Se había dado cuenta que lo que Yoongi intentaba hacer con él era coquetearle y para ser sinceros, lo hacía de una forma peculiar, resultando atractivo. No había nada más satisfactorio que ver a un hombre poderoso poniéndose nervioso al decirle cumplidos. Era adorable.

—Está bien Yoongi, ya entendí que perre vergue lo dicen mucho gracias a tiktok—la voz de Hoseok sacó a Min de sus argumentos para comprobar que todavía era joven.

—Me estoy comportando como un baboso, ¿verdad?—habló apenado—, sí, lo sabía.

—No, para nada. Me hace gracia, todos aquí se ven tan serios pero alegra tenerte como compañía—dijo amable y sincero.

Yoongi no podía creer que alguien tan amable como Hoseok existiera, con la sonrisa más tierna del mundo, era cálido. Demasiado, su corazón en ese momento sentía paz.

—Disculpe señor Min, no sabía que estaba hablando con mi prometido, Hobi y yo tendremos que marcharnos, encantado de conocerlo y nos vemos el lunes—Jungkook salió apresurado, Hoseok por el contrario sonrió apenado e hizo una reverencia hacia Yoongi, como disculpa.

Yoongi se quedó observando a la pareja dirigirse hacia la salida, perdiéndose en la multitud.

Comprometido. El hombre que lo hizo suspirar estaba comprometido, tenía dueño, era prohibido y no había pensado en ello.

Lo mejor era olvidarlo... O al menos eso intentó los primeros dos días, después ideó un plan para seguir los deseos de su necio corazón que le dictaba que no se diera por vencido con Hoseok.

Necio ||| YOONSEOKWhere stories live. Discover now