Hay diversos rumores sobre el duque Ragvingdir pero el mas famoso de ellos es que no ha salido de su mansion desde el día en que su padre murió, su servidumbre podría negar esto fácilmente, es exagerado pero no pueden negar que las veces ha salido a...
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Diluc siente como Aether se escurre de la cama esa mañana pero no se preocupa para nada y mantiene sus ojos cerrados tratando de volver al sueño, después de todo, él esta a salvo en la mansión, incluso si él no esta al lado de su ángel definitivamente será cuidado por el resto del personal. Adelinde casi había adoptado al chico y todos los demás no podía evitar ablandarse cuando intentaban tratarlo con el mismo respeto que al noble, era extraño que alguien en toda el área no supiera que dormían juntos todas las noches, incluso, algunos los han visto besarse tímidamente mientras se acurrucaban juntos, Aether ya se consideraba pareja del noble a sus ojos, y por lo tanto, del mismo rango, aunque Diluc ni siquiera haya mencionado nada al respecto, algunos sirvientes ya especulaban, y apostaban, por la posible fecha en que se anunciará su boda.
Aether regresa rápidamente y sacude al perezoso pelirrojo para despertarlo, la emoción se nota en su tono de voz al llamarlo por su nombre. Diluc se estira en la cama sin querer abandonar la calidez que lo envuelve pero, para él no tiene sentido quedarse mas tiempo si su ángel no está a su lado, si requiere su presencia en otra parte. Escucha los murmullos del chico pero apenas entiende, su vista esta borrosa mientras se deja guiar por él hasta llegar a la ventana, bosteza lentamente y luego frota sus ojos, el sol apenas está saliendo en el horizonte y anoche se acostaron muy tarde por lo que aún esta cansado.
El frio había estado disminuyendo haciendo más notable lo próxima que se encontraba la primavera, es fácil notar como apenas quedan vestigios de lo que fue la estación anterior al mirar por la ventana. El blanco puro de la nieve ya no es lo que cubre el paisaje, gran parte se ha derretido dando paso al verde de las plantas que comienzan a florecer nuevamente, el cielo ya no es gris, por fin, después de tantos meses se ve claridad, un color azul encantador adornado por la cálida luz de la mañana que intenta bañarlo de dorado radiante. Diluc siempre pensó que las vistas eran bonitas pero solo ahora, que puede ver el brillo en los ojos de Aether, puede decir que está agradecido de no haberse ido del lugar.
—No más nieve...
Murmuró casi hipnotizado por el paisaje y el cambió casi abrupto, hasta ayer todavía quedaba nieve cubriéndolo todo, aunque ya era mucho menor en cantidad.
—No más nieve, el invierno terminó.
Le respondió entonces, acariciando su cabeza, Diluc no podía evitar sonreír con diversión viendo el tipo de expresiones que el chico hacía ante cosas que para él eran tan ordinarias.
—¿¿Terminó?? ¿Entonces, p-puedo ir afuera?
La sorpresa absoluta en su reacción casi hace que Diluc se golpee a si mismo, cierto, debió decirle que las estaciones no duran para siempre, a veces, y con tantas cosas de las que hablar se le olvida decir lo que para él es obvio.
—Claro.
Aether no duda, sale corriendo con su ropa de cama por la puerta y hacia la salida, grita un "gracias" que queda flotando en el aire cuando ya no se encuentra en la habitación, deja a Diluc pensando en que él realmente tenía ganas de salir.
