11: Connor.

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11: Connor.



Había intentado de todo. Lo juro.
Después de que los chicos desaparecieran y que mi familia terminara su interrogatorio policiaco había dedicado el resto de la tarde a encerrarme en mi habitación de hotel y pedir un revoltijo de comida con la esperanza de que pudiese enfermarme del estómago para excusarme y no tener que ir a esa dichosa feria con los chicos y... Ellas.
Sin embargo, nada parecía funcionar por lo que tuve que pasar al plan B: fingir mi enfermedad. Desgraciadamente Bryan tuvo la idea de llamar un médico que me delató diciendo que no tenía nada en lo absoluto y que posiblemente solo era por el cansancio.
Nadie aceptó dejarme tirada por lo que tuvieron que arrastrarme hasta el auto.

—¡Hay que subir a este!—grita Angie, pasando su brazo por la cintura de Alonso.

Durante la ultima hora y media en la que llevaban de conocerse los chicos y mi familia (al menos dos de ellas) ya habían tomado la confianza suficiente que estoy segura que yo no había alcanzado todavía. Los chicos incluso parecieron haber olvidado el propósito de esta salida: conquistar a Alonso, supongo que de todos modos no habría oportunidad al ver como mi prima (literalmente mi hermana) se le colgaba del brazo a quien parecía fascinado con ellas al igual que el resto de los chicos.
Suelto un suspiro, vaya estupidez creer que tendría una oportunidad aun cuando ellas se atravesaron en mis planes amorosos.

—¡Vamos!-gritó el resto,emocionados.

Montaña rusa. Yo le tenía fobia a las montañas rusas. O a cualquier juego extremo.
Los chicos corrieron a hacer fila mientras yo esperaba a que no voltearan. Síp, nunca lo hicieron.
Esa era mi oportunidad, me escabullí entre la gente en dirección contraria, no quería más juegos. Hablaba en serio cuando dije lo de la fobia. Hecho un vistazo sólo para darme cuenta de que los chicos están enfrascados en una animada conversación sin haberse dado cuenta de mi ausencia (tal vez ni siquiera lo noten el resto de la noche).
La feria era inmensa lo cual me sorprendió, comencé a vagar en busca de algo que me fuese de mucha ayuda en estos momentos para distraerme de mi mala suerte pero no había nada ahí.

—¡Cuidado!—oigo gritar a alguien tras de mí.

En cuanto me giro ya es muy tarde, alguien choca conmigo haciéndonos caer a ambos.

—¡En verdad lo siento!—me tiende su mano—, déjame ayudarte.

Tomo su mano que tira de mí para ponerme en pie. Levanto la vista y veo al chico frente a mí. Era alto y de piel blanca con bonitos ojos azules y cabello rubio. Todo un galán.

—¿Te encuentras bien?—pregunta. ¿Me habla a mí? asiento—. Lo lamento, esto de las ferias me tiene mareado y solo quería escapar lo más rápido posible así que tome mi patineta..., pero al parecer no fue mi mejor opción ¿cierto?—me encojo de hombros—. Me llamo Connor, ¿cuál es tu nombre?

Me tiende la mano una vez más y yo la tomo apretando ligeramente su palma.

—____________ Smith—respondo y suelto su mano.

De pronto, la mirada del chico parece cautelosa y en su rostro aparece una sonrisa impecable que me deja sin aliento en cuanto la veo.

—¿No eres tú la autora del libro de «Querido ojos azules»?

Entorno los ojos.

—¿Lo conoces?

—Sí, bueno—Connor pasa la mano por su cabeza soltando un largo suspiro a la vez que acaricia su cabello—. Se podría decir que soy un "chico literario", una amiga me a prestado el libro hace no más de un mes y lo he terminado encantado. Me va a matar si no le consigo tú autógrafo..., aunque no traigo conmigo papel en estos momentos, lo cual es una desventaja enorme.

-Ya lo creo muchacho.

Hubo un gran silencio incomodo en el que tanto Connor como yo solo nos miramos fijamente. Cuando me encuentro a punto de despedirme, Connor se me adelanta.

—¿Al menos podría invitarte un refresco?—pregunta, su sonrisa se ensancha aun más de forma arrogantemente linda—. No todos los días te encuentras a una autora maravillosa por las calles.

Lo considero por un momento, ¿qué tan malo podía ser después de todo? Mis "amigos" me han olvidado y si no fuese por este chico ahora estaría de camino a casa con la vista en el suelo intentando preguntarme porque no soy tan "llamativa" como las otras chicas.

—Claro—digo finalmente.

Connor me toma del brazo y juntos comenzamos a buscar algo bueno que hacer.




Connor era un chico realmente interesante y divertido ademas de que era declarado Gay abiertamente desde los catorce años. Me ha contado que en realidad él viene de Nueva Jersey, Estados Unidos pero que se ha cambiado desde hace ya dos años por el trabajo de su padre. Estudia en el Instituto de Arte de la ciudad practicando el Violín y el Chelo al mismo tiempo, solo tiene tres mejores amigos. Andrew, Katie y Alice además de su ardiente novio Sebastián con quien lleva año y medio de relación.

—Vaya que tú vida es asombrosa Connor—digo, sorbiendo de mi vaso una vez más mirando a mi alrededor.

—Ni que lo digas cariño, aunque no se compara tu vida de princesa con ese libro multimillonario y la próxima película que está por salir. Además de ese bombón al que planeas conquistar.

Connor sabía mi historia después de que insistió en saber un poco más sobre mi vida personal, no podía mentir. Después de todo, el chico confió en mi abiertamente incluso sin conocernos.

—Si bueno, no estoy tan segura con eso del "bombón", después de todo, no parezco ser su tipo. Ni el de él ni el de nadie en especifico.

—No digas tonterías cariño—Connor posa su brazo en mi hombro—. Si no fuese porque juego para el equipo contrario, ahora mismo me encontraría ligando contigo. Así que basta de compadeserte, porque esa es la primera imagen que das, si te ves hermosa y confiada a ti misma, ellos te verán de esa manera pero si lo que ves es a una solterona con siete gatos y hablando sola, ellos te verán de esa otra manera.

—Tratar de creer eso cuando vives con dos chicas asombrosas no...

—¡Deja de hacer eso!—interrumpe—. ¿Es que no me escuchas corazón? La manera en que te menosprecias a ti misma es la razón por la que ellas toman la confianza para hacerte sentir mal y ocupar tu lugar dentro de tus amistades. Escucha, realmente necesitas una lección de vida y este bombón se tiene que ir, «but, don't worry babe» mañana mismo tú y yo tendremos una charla larga y un cambio de look, tal vez eso lo espanta también. Como sea, te llamo más tarde para organizarnos en todo, mi querubín me espera cariño—besa mi mejilla de una manera ruidosa—, ten confianza y las cosas saldrán bien—camina alejándose de mí, se gira y a la distancia me grita—: ¡recuerda que Connor te ama cariñito!, ¡ten confianza!

Suelto un suspiro, me giro y voy en busca de mis amigos, ojala y todavía no desaparezcan o tendré que irme sola y sólo Dios sabe a donde iré a parar.

Alcanzar una estrella. (A.V)Where stories live. Discover now