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Alicia se la pasaba pensando en que haría con su futuro, dentro de poco dejaría de ir a la U y comenzaría su vida laboral. Adiós fiestas a mitad de semana, adiós juntas a media noche con sus mejores amigas, adiós flechazos fugaces, adiós aventuras de solo una noche. Tantas cosas iba a dejar atrás en tan poco tiempo que no sabía realmente si aquel cambio sería lo mejor. De ahora en adelante debía ser una persona responsable y con un trabajo estable, era lo que sus padres esperaban para ella. Quizás el paso a la adultez era lo que necesitaba para sentar cabeza, para madurar un poco y dejar de lado esa vida tan relajada que llevaba. Era tiempo de decidir qué haría realmente. Varias veces había conversado sobre ese asunto con sus amigas, y Mary era la más seria de las tres con respecto a ese tema, tenía todo planeado y anotado en aquella agenda personal, sus más grandes anhelos y sus secretos estaban ahí. Muchas veces quiso darle una mirada a escondidas a aquella agenda, pero luego de pensarlo mucho prefirió dejar de lado la curiosidad y respetar la privacidad de su querida amiga. Mary había sido su mejor amiga desde la secundaría y por casualidades del destino ambas habían estudiado lo mismo, se vestían con estilos muy parecidos, ambas usaban el cabello largo y castaño claro, eran las dos de similar estatura, muchas veces sus amistades las habían confundido, y se la pasaban juntas de aquí para allá, en verdad que ella era una gran amiga, casi como una verdadera hermana, en cambio Leticia no, ella era más solitaria y esquiva, buena amiga eso sí, pero muy distante en cuanto a lo personal, pocas veces había confesado hacer cosas imprudentes, aun así se llevaban bien las tres y eran inseparables, o eso era lo que Alicia creía.

La noche que conocieron a Mike fue especial para las tres, todo había sido perfecto. Mike estaba con unos amigos riendo, el lugar estaba lleno como de costumbre, pero aun así ellas se las arreglaron para poder ingresar, gracias a la ayuda de Tomy, el amigo del dueño de la discoteque, era bueno tener conocidos y era bueno ser amigas de él pensaban las tres con una sonrisa de complicidad, mientras caminaban hacía una esquina donde Tomy las esperaba.

—Está muy buena la música.

—Sí, solo lo mejor para la mejor disco de la ciudad— respondió Tomy muy entusiasmado

Tomy siempre decía que ese lugar era fantástico, y era cierto, era el mejor lugar para ir a bailar y descargar las energías negativas.

—Van a tomar una de estas insinuó el chico con una mirada cómplice. Mientras extendía su mano con las pastillas.

Las tres amigas sonrieron y aceptaron la tentación nuevamente, tomar aquello las hacían volar por los cielos y olvidarse de los problemas, era casi costumbre probar una de esas cuando iban a bailar. Al principio las tres rechazaban hacer aquello, pero cuando la probaron por primera vez en el cumpleaños de Mary las tres supieron que lo volverían a hacer, y así iniciaron su pequeña adicción al Éxtasis.

La noche estaba muy prendida, las risas, las bromas, el baile, la música, todo era perfecto para las chicas que no dejaban de reír y bailar. 

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