-Si cooperas todo acabará rápido lo prometo solo recuerda que el dolor te hace más fuerte, siempre mas fuerte-
Esas última frase, esas simples pero poderosas palabras quedaron gravadas en la mente de Yelena para siempre pues lo que sucedió después...
Narrador omnisciente : Una pelinegra de diez años golpeaba un saco de sementó en una sala vacía, muy concentrada en su entrenamiento, tanto que estuvo a punto de arrojar el saco al otro lado de la sala si no hubiera sido interrumpida por Romlow, uno de los agentes infiltrados en SHIELD más conocidos en la base.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
— Mocosa, Strucker quiere verte — la pelinegra detuvo los golpes y se dio vuelta cuando el hombre terminó de hablar.
Narra Yelena:
Pase por su lado ignorándolo completamente no me gustaba estar cerca de ese sujeto sus pensamientos hacia mi eran repulsivos y cada que los escuchaba me daban ganas de romperle la cara a golpes. Al igual que a los dos idiotas que lo acompañaban la mayoría del tiempo ese trío me saca de mis casillas como nadie.
Cuando llegue a la oficina de Strucker me pidió entrar enseguida, me plante frente al escritorio como era usual a esperar órdenes.
— Quiero que elimines a este hombre — dijo mostrándome la imagen de un hombre de mediana edad completamente calvo vestido con un traje negro.
— Es el jefe del parlamento de sokovia en unas horas será transportado por una carretera privada entre Belgrado y Novi Sad cuando lo elimines un jet te recogerá para llevarte a sokovia ahí tu misión sera desaserte de todo el parlamento restante tienes quince minutos para prepararte y apareces en el hangar — concluyó con sus indicaciones.
Salí de la oficina rumbo a mi celda cuando entre encontré a Steve jugando con un ajedrez de energía que le había dejado antes de irme a entrenar.
— Como vas — le pregunto mientras saco el maletín con mi traje debajo de la cama.
— Creo que .. para la próxima deberías dejarme una pelota- me contestó dándose por vencido y cubriendo sus ojos para darse la vuelta y dejar que me cambiara. — ¿Tienes otra misión? — me pregunto.
— Si, en Bulgaria y luego Sokovia- le conteste terminando de ponerme el cinturón del traje.
— Ya son más de diez este mes, sin sumar los entrenamientos de horas ¿creen que eres una máquina o que? — dijo molesto por mis obligaciones en la base.
— Si, de hecho eso es lo que piensan de mi- le conteste y era cierto no me consideraban otra cosa, el volteó a verme sin gracia y resopló.
— Podrías entrenarme y así podría ayudarte para que no hagas todo el trabajo sola, se supone que soy el mayor yo debo protegerte — ya me lo había propuesto varías veces y mi respuesta siempre era la misma y puedo asegurar que no cambiaría jamás.
— Ya hablamos de esto no quiero que te involucres, lo que hago y lo que haré probablemente por el resto de mi vida no es algo que alguien como tú tenga o quiera que soporte- le dije mientras apretaba sus hombros.
