Capítulo 23: El pasado siempre presente.

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Como todas las mañanas, Bakugo salió a correr. Esta vez mucho más calmado que cualquier otro día, sobre todo, porque ahora que sabía todo el tema de la misión que Shoto había planeado, ya no tenía que perseguir a su vecino, ni vigilarle a todas horas.

Bakugo desaceleró el paso y observó a Deku llegar a poca distancia de él. Era la primera mañana que había decidido salir con él a correr. Deku era más de salir por las tardes, pero hoy, hizo una excepción. Le estaba costando un poco seguirle el ritmo pero no era por su falta de forma, porque Izuku estaba en muy buena forma, sino por lo somnoliento que estaba todavía. Parecía no poder terminar de abrir los ojos todavía.

— ¿Aún no has abierto los ojos, churri? – preguntó Bakugo con un tono entre burlón y bromista. Izuku sonrió al ver a su novio de tan buen humor.

— Cómo te ha gustado esa maldita palabra – se quejó Izuku –. No entiendo cómo puede gustarte tanto salir a correr tan de mañana. Yo creo que va el coche delante poniendo las calles todavía para que podamos salir a correr.

Bakugo sonrió ante su ocurrencia.

— Por las mañanas estoy fresco y lleno de vitalidad, necesito empezar a quemar energía. Por las tardes ya estoy cansado y sólo estoy deseando meterme a la ducha e irme a dormir.

— Eres un idiota – se quejó Izuku antes de empujar a Bakugo golpeando ligeramente su hombro con el puño.

Tan despistado estaba Bakugo que, incluso aquel leve empujón, le desequilibró de alguna forma y su cuerpo cayó hacia atrás. Con una sonrisa en su rostro, Bakugo quedó semi recostado en el césped.

En momentos como ése, Izuku veía el cambio. No podía negar que estaba enamorado de ese héroe de difícil temperamento. Le gustaba verle sonreír, verle tan a gusto a su lado. Por un acto instintivo, Izuku se encorvó hacia él y le tendió la mano para ayudarle a levantarse con una sonrisa en su rostro.

¡Atónito! Así se quedó Izuku cuando Bakugo apoyó las palmas de sus manos en el césped y se levantó por su propio pie sin siquiera haberse percatado de que él le ofrecía su ayuda. La sonrisa se borró de su rostro en ese instante. El pasado regresaba a su mente. Esta vez Bakugo no había empujado su mano de mala manera ni se había cabreado, pero le ignoró completamente.

De pie, Bakugo sacudió sus ropas quitándose la suciedad de su ropa por la caída. Todavía sonreía ignorando que a Izuku se le había borrado la sonrisa hacía unos segundos. Izuku se incorporó y su mente regresó al pasado. ¿Realmente Bakugo era capaz de cambiar? En esas ocasiones tenía sus dudas.

— ¿Estás bien? – preguntó Bakugo al ver que su chico se había puesto extrañamente serio.

— No, no demasiado – susurró Izuku sorprendiendo a Bakugo.

— ¿Quieres que hablemos del tema que te preocupa? – preguntó Bakugo creyendo que eso que él jamás hacía sería lo que Izuku necesitaba para desahogarse un poco.

— Lo que me preocupa eres tú – dijo Izuku – tú, tus costumbres, tus rutinas... me preocupa que vuelvas a ser el de antes, tienes ciertas actitudes todavía que me recuerdan demasiado al Bakugo de mi niñez, a ese chico egocéntrico que le encantaba humillarme con cualquier cosa.

Bakugo resopló. Esa sombra siempre estaría allí en su relación y ya no sabía cómo arreglar ese tema. La conversación que tuvo con Shoto la recordaba perfectamente en ese instante. Había personas que perdonaban cosas con facilidad y otras que no, gente que podría mantener esa relación y otras que no, Izuku no era una de ellas.

— Lo entiendo – dijo Bakugo algo frustrado – te hice mucho daño y no puedo ahora pretender que no pasó nada.

— No es como piensas. Te admiro, te quiero, estoy enamorado de ti pero... no puedo dejar de pensar en nuestro pasado y cuando eso ocurre...

Redescubriendo el amor (Boku no hero: Baku-Deku-Baku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora