Capitulo Cuatro

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Jung y Min se acomodaron en los asientos detrás del pequeño escritorio de madera y se dedicaron a observar al paciente. Jimin, en tanto, no parecía notar su presencia mientras sacaba a pellizcos los cueros alrededor de sus uñas. Se encontraba sentado en una de las esquinas de la habitación, murmurando sólo para él palabras y más palabras al parecer, sin sentido alguno.

—Jimin-ssi —Llamó Min luego de haber pasado unos quince minutos observando, no es que quisiera alterarlo, pero ninguno quería que el paciente siguiese haciéndose sangrar sin aparente dolor.

—Él no debió haberme hablado, todo hubiese estado tan bien... Yo todavía estaría observándolo, yo no estaría aquí... —susurró comenzando a esparcir la sangre de su dedo anular por toda su extensión y maravillándose con el color —Él no estaría allí y yo no estaría aquí —sonrió y alzó la vista hacia ambos hombres de bata —¿Quieren saber dónde es "allí"?

La pregunta sobraba, es lo que pensaron ambos, asintiendo. Jung se apoyó sobre el mueble y picoteó con sus dedos la madera mientras que, Min, desordenaba su cabello en frustración. Era obvio que no lo diría, al menos, no tan pronto.

—Era tan dulce conmigo y yo... Yo realmente quise devolverle esa dulzura —volvió su atención a sus dedos e hizo algunas muecas, luego agregó: —Silencio, no voy a aguantar que sigas diciéndolo —Min tragó saliva e hizo ademán de ponerse en pie, pero Jung lo sostuvo de un brazo con firmeza y negó suavemente con la cabeza indicándole en silencio que pusiese atención en Jimin. El paciente desvío sus ojos hacia la pared nuevamente y una lágrima resbaló por su mejilla antes de que aquella retorcida sonrisa se asomara por su rostro —Min-ssi, ¿Le gustaría visitarlo? Puedo asegurarle que va a poder pasar mucho tiempo con él, es hermoso, estoy seguro que le gustará tanto como a mí —Min se estremeció y se soltó del agarre de Jung para ponerse de pie y salir de la habitación, siendo inmediatamente seguido por el más alto.

—¿Qué quiso decirme? Dime, Jung. Quiero saber tu pronóstico

—Ya sabes, es lo que sabemos todos —se alzó de hombros mientras giraba la perilla de la puerta y se detuvo antes de abrir, mirando a su compañero con el ceño fruncido.

—¿Qué? —preguntó sin comprender el repentino cambio.

—Y sí... ¿Y si está hablando de un asesinato? —ambos se tensaron en el acto, claro que habían atendido a varios chicos y chicas internos con distintos problemas psiquiátricos, ese era su trabajo, pero ¿Un asesino?

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Worldwide Handsome 95

Secreto☔ {Vmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora