XXXVIII: Aún.

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>> Reproduzcan la canción por favor.

La noche ahora le hacía compañía mientras se abría paso entre la multitud para llegar a la lar fila de su atracción preferida (y aquella que tenía un gran valor sentimental para ella) recordando que en una de esas ruedas ocurrió lo inesperado, fue...

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La noche ahora le hacía compañía mientras se abría paso entre la multitud para llegar a la lar fila de su atracción preferida (y aquella que tenía un gran valor sentimental para ella) recordando que en una de esas ruedas ocurrió lo inesperado, fue en una noche como esas cuando Shadow la invitó a subir y justo en lo alto, viendo el cielo estrellado, le había robado su primer beso, quedando grabado en su corazón para siempre, llenando sus ojos de pequeñas lágrimas cada que pasaba a lado de una instalación como esa.

La fila avanzaba lentamente mientras ella pensaba en el paradero de su chico, regularmente sus dudas llegaban en la madrugada cuando ella se dejaba consumir por la negatividad, pero ahora la atacaban en ese momento, preguntándose si esta vez había sido el final, si lo que sentía después de todo no era suficiente para lograr que él se quedara.

Al fin había llegado su turno, observó al encargado abrir la puerta y ayudar a bajar a las parejas de chicos para después dejar entrar a los demás, después tiraba de una palanca dándole paso a otro par de cabinas, siendo ella la segunda en abordar y tomar asiento, estaba sola, pero eso no le quitaba lo lindo al momento, teniendo después una sensación de paz al sentir el suave movimiento de la rueda dar marcha para continuar con su suave recorrido, era un trato justo, 10 minutos por 15 monedas, después de eso no necesitaría más.

La ciudad se veía hermosa desde el punto más alto, dejando ver las luces neón y amarillas de los edificios además de la enorme luna llena que se asomaba entre las nubes, acompañada de una dulce melodía de carrusel, el escenario perfecto.

Apenas iba subiendo para dar la segunda vuelta cuando un golpe la sacó de sus pensamientos e hizo que su cabina se sangoloteara un poco, asustandola un poco, pero luego se tranquilizó al ver de quien se trataba, ayudándolo a entrar por la puerta, abriéndole la puerta para que la acompañara en ese lugar.

Él le agradeció y luego volvió a asegurar la puerta para después sentarse frente a ella, viendo como desviaba la mirada y mantenía su mano izquierda en su pecho.

- Me asustaste, tienes que dejar de hacer eso. - le dijo rompiendo el silencio.

- Lo siento, es que no alcancé a meterme en la fila contigo.- respondió con calma buscando el reflejo de sus ojos en el cristal de la ventana. - has estado buscándome.

- ¿Me estabas viendo?.- preguntó volteando a verlo con indignación. - Agh, al menos podrías haberme dicho que estabas bien en lugar de solo verme deambular por la ciudad.

- No te vi, Rose, Scourge me lo dijo, me contó que te vio en la ciudad hablando con un tipo sobre mi, dijo que te veías preocupada, por eso estoy aquí, apenas me enteré, si te hubiera visto habría ido por ti directamente.

- ¿Por qué no me buscaste luego de lo de Silver?.- cuestionó está vez con un tono más calmado, buscando una explicación a todas sus preguntas.

- Lo hice, fui a tu casa esa noche, me asome por la ventana y vi que ese maldito estaba ahí, supongo que estaba esperando que hiciera eso, y realmente lo último que quiero es causarte problemas o un trauma de por vida, vi como te apuntó con un arma aquel día, si volvía a intentarlo tan si quiera, yo lo eliminaría. - finalizó con un temple serio.- no habrás pensado que te dejaría sola después de todo, ¿verdad?.

- ¿Por qué te fuiste entonces?

Sus orbes por fin se encontraron otra vez, ambos se miraban confundidos, una estaba llena de duda y el otro estaba confundido. - Supuse que luego de eso... tú no me querrías cerca, por eso me sorprendió bastante la noticia de Scourge.

- Pff, jajaja. - comenzó a reírse la eriza mientras él fruncía más el ceño.- Eres muy raro, y tonto, supongo que el erizo perfecto si tiene defectos después de todo.- deberías hablar con Silver jaja, Blaze me contó que él solo deseaba saber sobre tu repentino interés en el tema de Sonic y el papel de Sally en todo eso, supongo que ahora que la verdad salió a la luz ya no será tan complicado y todo se tomará como un mal entendido.

Ahora ambos reían juntos nuevamente, él asintió con la cabeza dándole paz a ella, dibujando una sonrisa en sus ojos, para después verla mirar otra vez por la ventana para divisar nuevamente la cima de todo, dejándolos ahí por un tiempo observando el show de fuegos artificiales, había comenzado ya pero aún no terminaba, permitiendoles ver las miles de formas y colores que estos formaban, creando un escenario mágico para cualquiera que los mirara.

- Te amo. - le dijo en voz alta, lo suficiente para que ella pudiera escucharlo claramente, devolviendo su mirada a el erizo, con sus ojos bien abiertos, sus pupilas dilatadas y unas pequeñas lágrimas rebozando por debajo. - Te amo, Rose. - volvió a decir para verla cerrar sus orbes y esbozar una hermosa sonrisa irradiando felicidad.

- Esperé mucho para escuchar eso, creí que no sería posible. - le respondió con calma intentando buscar su mano.

- Me disculpo por eso, era un idiota en esa época. - añadió tomándola de inmediato.

- Aún te amo. - contestó de inmediato. - las mariposas no se han ido.

Le dijo otra vez haciendo que él imitara su sonrisa, sosteniendo su mano y viendo ese bello paisaje que hace algún tiempo los había unido por primera vez, demostrando que el destino aún estaba de su lado.

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𝔅𝔲𝔱𝔱𝔢𝔯𝔣𝔩𝔦𝔢𝔰  RE-ESCRIBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora