DESPUÉS DE SAM | ROBBY KEENE ✔️

LIES

vi. Chloe

La próxima vez que Chloe Sullivan se topa con Robby Keene es fuera del dojo Cobra Kai mientras el rubio llora amargamente con el celular en mano.

— ¿Lloras por una chica? — se anima a preguntar ella, sentándose a lado de su ex alumno.

— Es Sam — Robby la mira como si esperara que ella comprendiera quién era Sam. Chloe vagamente recuerda a una chica ojiazul que salió en las noticias hace unos meses —. Ella ahora está con un tal Clark Kent.

Chloe se pregunta cómo es tener tanto poder sobre un chico. Ella no cree que lo quiera; es mucha responsabilidad tener el corazón de una persona en tus manos.

Por su lado, Robby borra la foto de Sam de su teléfono; borra su número. Él cree que si la borra lo suficiente, será como si nada hubiera pasado y no le dolerá tanto el corazón.

— Sólo tienes que mantener la cabeza alta y actuar como si no te importara una mierda — Chloe recuerda cómo era ser adolescente y que te rompan el corazón. Es una mierda.

— Pero, ¿y ahora qué, señorita Sullivan? — susurra el adolescente con la mirada perdida en los recuerdos —.  ¿Qué debo hacer con todos estos sentimientos?

— Cada vez será más fácil, creo. — Chloe se encoge de hombros y se pone de pie —. Eso espero. Sólo tienes que seguir intentándolo.

— Ya no quiero tener miedo — confiesa Robby —. Quiero ser valiente. Quiero... que la vida empiece a suceder. Quiero enamorarme y quiero que una chica se enamore de mí también. — En realidad, Robby desea que Sam lo ame, pero Chloe no quiere romper su burbuja.

— Robby Keene, me gustaste primero. Por derecho, eras mío. — Chloe tiene que hacer un último intento. — Y si hubiera sido yo en el lugar de Sam, te habría amado toda la vida, o, sabes qué, me habría quedado en los momentos importantes. Nunca te habría dejado. Ni en un millón de años, ni por nada.

Robby la mira casi enojado.

— Nunca has pensado en mí de esa manera, nunca — le recuerda de forma cortante —, así que no intentes reinventar la historia ahora que amo a alguien. — Keene suspira y vuelve a mirar su celular, tratando de recuperar las fotos borradas de Sam. — Podría hacerte mía. Pero no te quiero a ti. Quiero a Sam. Resulta extraño haber pasado tanto tiempo deseando algo, a alguien, y luego un día, de repente, dejar de hacerlo.

— Todavía podemos hablar entre nosotros — dice la ojiazul. — Nada ha cambiado.

Esa es la mayor mentira que Chloe le he dicho.