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He vuelto nuevamente, y sí, nuevamente no terminé mi otra historia :D pero me esfuerzo en traer nuevo contenido (a pesar de que la facultad me está matando ayudamevoyasuicidar jsjsjd) :'D

Y bueno, los quiero, tomen agua y no se olviden de votar ❤️.

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"¿Has escuchado?"

"Un pueblo fue exterminado por completo"

"Las casas fueron hechas trizas"

"Creen que fue un oso pero ¿Y si no?"

"No son capaces de encontrar al culpable"

"Esto sólo pudo haber sido hecho por un demonio"

"Dicen que se escapó al bosque"

"Dicen que se esfumó"

"Dicen que se murió"

"Dicen que...podría estar por aquí"

Taka escucha atento las conversaciones desde lejos, hasta que es interrumpido por la presencia del jefe tomoji, un anciano que se sostiene con un bastón, pero que sin embargo conserva orgullo y soberbia en su mirada.

Tomoji: necesito que alguno me acompañe

Se escucha la voz imponente de su jefe pero ninguno del grupo quería acompañar al viejo, ya que sabían a donde irían y por temor a los rumores nadie quería arriesgarse, ya que era seguro que irían al bosque, dónde las criaturas salvajes abundaban. Incluso un demonio, aunque creían estar extintos.
El grupo se mira los unos a los otros de manera discreta, esperando que alguno de ellos se ofreciera a hacerlo. Estaban formando una ronda, algunos estaban sentados en unas grandes cajas y otros de pie.

Taka suspira en silencio, a pesar de todo y de que no le agrada la idea, va a acompañarlo.

Ishimaru: yo iré con usted, señor

Dice con una sonrisa mientras se acerca de manera firme, tratando de mostrar seguridad.

Tomoji: bien, vamos

Responde mientras se da la vuelta, la verdad no le importaba quien lo acompañará, tan sólo no quería ir sólo ya que los rumores eran demasiados y todos apuntaban al bosque por el que debían pasar.
Ambos caminan hasta la carroza tirada por caballos, la cual lleva todo tipo de plantas, frutas y vegetales, pero parte de esto era para la medicina.
Nuestro trabajo consiste en recolectar y transportar estos materiales a la aldea.
Teníamos a un equipo que se encargaba de transportar todo pero todos habían renunciado por temor a lo desconocido. Nuestra zona de trabajo estaba apartada de la aldea.

En este caso, su jefe le pidió ayudarlo a cazar un par de peces ya que se les acababa la carne, hace tiempo que los hombres de negaban a ir a pescar al río, pues estaba en el bosque.
El joven pelinegro accede a su plan, por lo que ambos van en la carroza hacia el bosque para conseguir pescados, los cuales solían ser abundantes en tal bosque.

Ambos empiezan el recorrido, tomoji se encarga de guiar al caballo para que cargará con la carroza, quien desde siempre había sido su compañero de viaje, un animal adorado por él. Desde siempre lo había presumido delante de quienes lo conocían y esta no sería una excepción, ya que en el viaje kiyotaka escucharía una vez más sobre las diferentes anécdotas que los rodeaban a tomoji y al caballo.

Kiyotaka por respeto escucha atentamente al hombre, aún si ya se sabe casi de memoria todas sus historias, se le hacen divertidas algunas de ellas y le gusta verlo más animado, pues su jefe es alguien demasiado serio, era notorio que lo ponía de buen humor hablar de sus grandes hazañas.

Van por el buen camino, el que tomoji ya conoce, aunque esta vez siendo más cauteloso por los rumores. Aún siendo de día los altos árboles hacían gran sombra alrededor suyo.
Kiyotaka no puede evitar la sensación de preocupación y alerta ante los singulares ruidos, no solía ir seguido al bosque, sólo a sus alrededores. Aunque la preocupación de taka pronto desaparece ante el bello paisaje, ahí estaba, ambos habían llegado a su destino.

Se trataba de un río completamente hermoso, el cuál era iluminado por los rayos del sol. Las plantas y piedras, cada detalle era espléndido. Les entregaban las mejores de las vibras, unas que lograban calmar sus inquietudes tras el silencioso bosque.

Tomoji detiene la carroza, luego bajando junto a ishimaru, quien decide encargarse de recoger las cañas de pescar mientras su jefe se acerca más al río para revisar que tal estaba.
Entonces taka se acerca a su jefe al tener todo listo, justos empiezan a cazar por un buen tiempo.

Había pasado un buen tiempo desde la última vez que había ido a ese lugar, le recuerda a cuando su padre le enseñó a pescar, era un buen recuerdo que intentaba compensar su perdida. Pues su padre había muerto hace unos años.

Ambos suelen hablar un poco, de cierto modo su jefe le hacía recordar a su padre. Ahora era el único adulto en el cuál confiaba, a pesar de tener una simple relación de jefe y empleado, se llevaban bien a solas.

El tiempo pasa, y con eso la canasta se llena de peces, lo que indicaba que ya tenían la libertad de irse de ahí sin pensar que no habían hecho lo suficiente.
El sol se oculta con rapidez, esa es la razón por la que ambos deciden irse del lugar.

El viaje es algo silencioso, pues estaba oscuro y ambos debían concentrarse en ir en buena dirección.
Se siente algo de presión ante la silenciosa noche, tanto que dejaba escuchar algunos ruidos lejanos que resultan sospechosos.

Pero para suerte de ambos logran llegar a salvo a su destino.
Ambos se bajan de la carroza, se puede escuchar un quejido por parte de tomoji.

Ishimaru: ¿Se encuentra bien?

Pregunta algo preocupado mientras ve al anciano.

Tomoji: oh sí, es sólo que estoy algo cansado

Responde mientras levanta una de las canastas que llevaban los peces. Aunque taka al verlo cansado decide ayudarlo.

Ishimaru: si quiere puedo encargarme de llevar todo a su lugar

Sugiere taka mientras sostiene la canasta.

Tomoji: ¿Seguro?

Dice algo inseguro, ya que siente que no debería dejarle toda la responsabilidad.

Ishimaru: sí, no se preocupe

Tomoji Da un ligero suspiro, deja que taka se ocupe del asunto, dejándole las llaves del lugar. Aunque se va en la carroza tras dejar la canasta de frutas y verduras que llevaba, las cuales debía acomodar adentro del local.

Taka se despide con una sonrisa de su jefe antes de que este se fuera. Él también estaba agotado del trabajo y quería irse a casa pero su buena voluntad no le dejaba que una persona mayor como tomoji se cansará de ese modo.

Se encarga del trabajo, lleva cada cosa a su lugar, encargándose de que todo estuviera en orden. Tarda un rato pero lo logra, lo que lo hace sentir satisfecho, ya pensando que se iría a su casa a descansar.

Aunque un ruido arruinaría esa paz, una puerta es azotada por lo que parece ser el viento. Esto no le sorprende ya que en la noche el viento sopla más fuerte pero ese ruido no venía de la puerta principal. La puerta de atrás había estado abierta sin saber cuánto tiempo.

Taka se dirige a la puerta tracera, aunque algo lo asusta al acercarse, ya que nota que la puerta estaba rota y no era por el viento. Pero no sólo eso, había sangre en el suelo.
Ante esto saca de su bolsillo una pequeña navaja.

Ishimaru: ¿Quien está ahí?

Pregunta en voz alta, tratando de verse imponente. Avanza por el lugar, intentando ver si había alguien más ahí, quizás algún compañero que quería jugarle una broma o tal vez un animal, un perro o un gato.
Se acerca un poco al no tener respuesta, todo lo lleva a doblar por una esquina. Taka contiene la respiración por un segundo ya que lo impacta la imagen que presencia.

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CHAN CHAN CHANNNNNN

Ahre jajjssj espero que les guste la historia uwu

hay un impostor entre nosotros (ishimondo Yandere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora