TIRANA ✅

Capitulo Ocho

Diana

Había pasado una semana desde todo el caos en el castillo, mi madre y Akil no me dirigían la palabra, la primera según diciendo que no pienso en mi futuro al no casarme con su candidato y el segundo porque soy una víbora que planto la semilla de la desconfianza en mi padre hacia él.

Todo eso no podía ser más patético.

Era tarde, me fui hacia los calabozos para ver a mi criada. Respecto al pequeño príncipe está a salvo en su habitación, todo era un plan mediático para encontrar a los traidores.

Al entrar los guardias hicieron una reverencia como es debido, el olor a humedad me asqueaba por lo que quería salir rápidamente de aquí.

—María— La llame ya parada frente a ella que estaba en un estado miserable.

No me respondió más sin embargo no me importo sabía lo difícil que era aguantar en este calabozo.

—Lo hiciste bien, hoy puedes salir ¿Sigues enojada conmigo? Te recomiendo que lo superes, lo escuchaste tu misma María, ella te iba a matar una vez fuera de la seguridad del palacio.

Saque la llave que tenía escondida en mis senos y abrí la puerta, solo así alzó la cabeza y me miro a la cara.

—Sé que la querías ayudar de todo corazón, que no está en ti traicionar a una amiga pero tienes que entender que serle leal a una amante como lo era esa mujer nunca te traería beneficio. Me encargaré de recompensar todo lo que has hecho —Me acerca lentamente, incluso me puse de cuclillas para agarrar sus manos— Siento que tuvieras que pasar por esto.

No lo sentía ni un poco, ella lo sabía pero no tenía el descaro para decírmelo a la cara pero aun así no podría jugar a perder María era la única persona en la que podía confiar dentro de este palacio si cae, yo caigo con ella y no era algo por lo que estaría dispuesta a pasar.

—Vamos, te daré un buen banquete.

Luego de darle una buena alimentación y un chequeo por el sacerdote, le regale a María los mejores vestidos que una dama de compañía podría tener, después de elevar todos su beneficios las otras criadas también querían servirme, estaban celosas de todo lo que estaba obteniendo ella.

Corto, lo sé, pronto saldre de la escuela y pobre escribir sin tanta presión.