0 0

50 6 0
                                    

Hace mucho tiempo que no terminó los libros que leo, por ahora quedarme con la intriga de que pasará al final me da una cosa diferente en que pensar, puede que el final no sea lo que esperé y en realidad termine de forma trágica, y tampoco quiero sufrir por otra cosa.

Cuando creo que estoy listo o ya necesito saber el final es que lo termino. En automático busco otro, ya sea en mi celular, alguna novela en la biblioteca o simplemente releo alguno de mis libros que ya sé en qué terminan.

A pesar de lo que todos piensan de mi, tengo un verdadero interés por la lectura, no, no solo comics o mangas como cree la mayoría. Tampoco digo ser un gran crítico capaz de avalar a la perfección el enfoque de un libro o algo por el estilo, es solo una de mis maneras favoritas para distraerme.

Una de las pocas personas que se a tomado en serio todo esto que acabo de decir es Hitoshi. Sip, el chico que puede ser muy competitivo o cero entusiasta, el que tiene una cara de cansancio o aburrimiento, pero que puede hacer pucheros al perder o reírse por más que intente no hacerlo cuando alguien se tropieza -en varias ocasiones yo- el mismo Hitoshi que ahora me hace gestos a través de la puerta de vidrio de su patio.



—Por favor. Sé que tus padres no están, yo los vi estaban ocupados y te juro que dijeron que vendrían más tarde —movía sus manos tratando de llamar su atención.

Hitoshi había estado alejado de la puerta evitando escuchar las buenas razones para entrar a su casa. Cuando ya no escucho nada miró un poco de reojo a la puerta, ahí estaba Denki, sus ojos relucian más por la luz que le daba directo a esa mirada de chantaje. Rápidamente miró al lado contrario, liberó un suspiro resignado, solo basto ese segundo para ceder a escucharlo.

Vio a Denki dar un par de saltitos, que luego cambiaron por una mirada intensa.

—Solo quiero verte, bueno te estoy viendo, pero sabes a qué me refiero —la ternura y emoción cambiaron a molestia.

No habían podido estar juntos porque ambos estaban muy ocupados con los deberes de la escuela, era su último año de preparatoria, casi a un paso de comenzar la vida adulta y que su tiempo se limitará aún más.

—¿Y si llegan antes?¿Qué les vas a decir?

—Yo me encargo de eso. Lo peor que puede pasar es repetir una materia —habló como si no fuera la gran cosa.

—¿Arruinarías tu promedio solo por entrar diez minutos? —se burló mirandolo directo a los ojos.

Kaminari por su lado no borró su sonrisa, al contrario la lució muy tranquilo con las consecuencias.

—Sip. Yo solo quiero abrazarte, no importa si es solo por un segundo. Apuesto que tú también quieres —se paró de puntitas para verlo más de cerca y volvió a mostrar la misma mirada tierna del principio.

Llevo su mano hasta el seguro de la puerta bajo la atenta mirada de Denki, antes de abrir lo miró una vez más, no pudo resistirse más a la alegría en los bonitos ojos dorados, abrió lentamente y apenas Kaminari tuvo suficiente espacio para entrar se arrojó a sus brazos.

—Toshi —murmuró entre el abrazó, disfrutando del calor y olor de Hitoshi.

—Vamos arriba —se separó para tomarlo de la mano y subir a su habitación.

Ya adentro Denki volvió abrazarlo, está vez correspondió demostrando todo lo que también le había extrañado. Se sentaron en la cama sin separarse y se fueron recostando poco a poco. Denki tenía el plan de ponerse al corriente con la serie que veían juntos, pero Hitoshi no le permitió levantarse por la laptop, quería quedarse como estaban, tal vez una pequeña siesta estaría bien, aunque sabía que por el momento eso no sería posible, de seguro a Denki no se le pararía la boca hasta contarle todo lo que había pasado el tiempo que no estuvieron juntos, más bien dar detalles de lo que habían hablado por mensaje, además de que así también Hitoshi podría responderse algunas dudas, y de verdad le encantaba cuando Denki le hablaba de algo y saca otro tema para después volver al principal. 

Había pasado masó menos una hora cuando el ruido de la puerta principal interrumpió a Kaminari.

"Oh no" Hitoshi miró al rededor, tal vez Denki podría salir por la ventana, o podía esconderse en su armario e irse mientras él distraía a sus padres.

—Hubiéramos tenido más tiempo sino me hubieras dejado afuera —se quejó lleno de nervios. Hace unos momentos dijo que no era nada, no podía repetir su mejor materia pero tampoco quería morir sin haber amado más tiempo a Hitoshi.

El dueño de la casa salió a ver porque no escuchaba las características voces de sus padres. Para su buena suerte solo se trataba de su hermana menor, regresaba de sus clases de dibujo.

—Eri ¿Dónde está Mirio?

—Hola, hoy no se sentía bien así que me trajo Tamaki. —respondió dulcemente a pesar de que su hermano no lo haya recibo con gusto como se suponía que hacía siempre. —¿Estás bien?

—Amm... sí, solo ve a tu habitación, si papá tarda más en volver te prepararé algo para comer —sin la presión de no saber dónde esconder a Kaminari le habló a su hermana con más suavidad.

Sin más que decir, Eri subió las escaleras pasando a lado de su hermano dándose un abrazo de bienvenida y después entro a su habitación.

—Falsa alarma.

No encontró a Denki cuando volvió, así que reviso en su armario, y ahí estaba sentado en el rincón, enrollando sus piernas a su pecho, se estaba quitando la ropa con la que se había cubierto; al menos tenía un escondite efectivo en caso de emergencias.

—Es mejor si ya me voy. No me había dado cuenta de cuanto tiempo pasamos juntos, es lo bonito del amor. —sonrió muy feliz. Aún no creía que Hitoshi fuera su novio, le llenaba el cuerpo de orgullo y hacía más brillante su sonrisa.

—Si, bueno, como solo era Eri...

—Ya sé, me voy por dónde vine. Por la puerta de atrás.

Hitoshi sonrió en una combinación de ternura y burla que le causaba Denki.

—No me das un besito de despedida —se acercó alzando los labios esperando el suave gesto romántico, pero sus labios solo chocaron con la mano de Hitoshi.

—Solo vete, ya no deben de tardar y tu cara de hace rato me confirmo que mi papá te asusta más de lo que admites.

Kaminari hizo un puchero por no recibir su beso, no iba a negar ni aceptar nada sobre Aizawa, pero realmente quería su beso, así que para no hacer escándalo y que Hitoshi se enojara con él por eso, tomó sus cosas y se salió sin decir más.

Su novio le dijo algo pero no lo escucho, simplemente siguió su camino hacia abajo. Si fuera algo importante lo detendría ¿Cierto?

Solo escucho el sonido de la puerta cerrase, suspiró y continúo como si nada pasará aunque en su cabeza fuera todo lo contrario.

—Hola —saludó la pequeña niña.

Kaminari quedó en blanco, luego ambos sonrieron, Eri por amabilidad y Denki sin saber que más hacer.

—Ten cuidado, ya es algo tarde —al contrario de su hermano, ella era más sociable; además de que era muy obvio para ella como se sentía Denki por su expresión y no quería hacerlo sentir incómodo.

Denki volvió a sonreír dándole la razón, avanzó hasta la puerta corrediza y salió cerrandola por completo.

Se despidieron con un movimiento de manos y salió de ahí con pasos casi robóticos, escuchando a sus espaldas las lindas risas de la niña.

Estaba en problemas, pero al menos Eri había sido muy linda con él, ya tenía a un miembro de la familia de su lado.
Ese era su pensamiento más positivo.

Call Me what You Want • Shinkami Where stories live. Discover now