XXII

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-Hay una manera de no involucrarte en esto Sam- no quería decirlo pero tenía que proponerle la posibilidad.

-¿Cuál?

-Borrarte la memoria, solo me olvidarías a mí y todo lo que te he contado. Sería como si jamás hubiésemos coincidido. Y para más seguridad te enviaría a vivir a otro país, te haría pensar que tu sueño ha sido siempre vivir en Nueva Zelanda o Japón. Estarías a salvo.

-¿y me olvidaría de ti para siempre?

-Sí. Si no quieres involucrarte es la mejor solución, y estarías a salvo- repitió para convencerse a sí mismo de aquello y Sam accedía al obliviate.

La pelirroja lo miró durante un rato eterno, sopesando y digiriendo todo lo que le acababan de contar, hasta que tomó una decisión. Jake vio como los labios de la chica comenzaban a despegarse y miró al suelo. No quería mirarle a los ojos cuando se enfrentara a la verdad.

-Estaría bien olvidar todo lo que ha pasado hoy y visitar Japón sería genial para que nos vamos a engañar.

-Entonces no se hable más- dijo un abatido Jake mientras levantaba la varita.

-Pero- le interrumpió ella- no quiero olvidarme de ti, y tampoco quiero alejarme de aquí.

Jake tardó dos segundos en procesar lo que ella le había dicho y luego posó sus ojos azules en los ambar de ella que le miraban con vergüenza, timidez y algo de miedo. Lo supo, supo que era ella. Era la chica con la que quería pasar su vejez y ningún mortifago lo impediría.

Asique reuniendo toda su valentía como buen Gryffindor que fue, se acercó a ella eliminando la distancia que los separaba y le dio un beso en los labios. Sam que no se esperaba esa reacción se quedó quieta durante una milésima de segundo, hasta que su cuerpo comenzó a responder. Sin embargo su cerebro que iba a mil desde hacía horas le recordó un nombre que había salido una y otra vez de la boca de Jake desde que le conocía: Halley. Le habían dicho que era una amiga pero ella no estaba tan segura. Inconscientemente se puso rígida y Jake lo notó.

-Lo siento Sam, no debí besarte pero...

-No debiste hacerlo, pero tranquilo que no le diré nada a tu novia- murmuró ella sin mirarle a la cara.

-¿Novia? ¿De qué me estás hablando, de donde has sacado tú que tengo novia?

- Emm bueno, no has hecho más que mencionar a Halley una y otra vez. Incluso en nochevieja cuando te encontré como una cuba la mencionaste.

-¿Halley y yo? ¿Pareja?- en ese momento la carcajada que echo Jake se pudo oír en todos los rincones de Londres y alrededores.

- ¿No lo sois?- preguntó Sam

-Halley y su novio Oliver- recalcó- son mis mejores amigos, no podría vivir sin ellos. Pero jamás he mirado a Halley como si fuera una chica. Ni una sola vez desde que la conozco. Ella es mi amiga y punto.- le dijo mirándola serio a los ojos.

Sam le miró durante un rato, todavía no sabe como pero supo que Jake le estaba siendo sincero. Asique decidió que en ese momento no importaba nada, ni su pasado, ni sus inseguridades y tampoco sus dudas acerca de porque alguien como Jake se fijaría en una chica como ella. Esta vez fue ella quien rompió la distancia que les separaba y beso a Jake.

El rubio feliz, le devolvió el beso mientras levantaba una mano para posarla en la nuca de la chica y así profundizar más el beso. No fue un beso suave ni delicado, fue un beso donde los sentimientos encarcelados durante meses salieron de golpe. Sam estaba desconcertada, nunca jamás nadie le había dado un beso semejante, lleno de pasión. Pero se dejó llevar y respondía con la misma pasión con la que le besaba Jake. Explorándose primero rápido, luego lento, labio con labio, lengua con lengua, beso, lamida, mordida. Haciendo caso a su cuerpo, Sam se movió sin dejar de besar a Jake y se colocó a horcajadas encima del chico, notando perfectamente su excitación. Ambos soltaron un sonoro gemido por la acción de la muchacha.

Jake decidió dejar los labios de Sam para pasar a explorar su niveo cuello. Había besado a muchas chicas, algunas más guapas, otras exóticas y otras cuantas con más lujuria que otra cosa. Pero besar a Sam se estaba convirtiendo en algo totalmente nuevo y le daba la sensación de que iba a explotar en cualquier momento. La boca de Jake se movió a lo largo de todo el cuello de la chica, dando pequeños besos, sin embargo cuando llegó al lóbulo de la oreja, lo tomó con la lengua y se lo introdujo en la boca dando un pequeño mordisco que hizo que Sam soltara un gran gemido. Aquello fue demasiado para Jake y sus manos que habían estado acariciando la cintura de la chica tomaron vida propia y fueron a parar al culo de la pelirroja y ahí apretó con fuerza escuchando otro gemido para su deleite.

Las caderas de la chica comenzaron a moverse de manera provocativa y Jake se sintió morir una vez más. Sus manos no tenían tiempo para tocar el cuerpo de la chica pero las de ella tampoco se quedaban atrás. Con manos temblorosas Sam se atrevió a quitarle la camiseta para descubrir aquel torso que desde que lo vio en nochevieja se le venía a la mente cada noche. Suspiró y Jake soltó una risita al ver la reacción de su acompañante.

-Creo que lo más justo es que yo también te quite la blusa ¿no crees?- susurró con una sensual voz ronca. Sam se puso colorada pero asintió.

Hábilmente Jake se deshizo de la blusa de su acompañante para encontrarse unos deliciosos pechos cubiertos de un diminuto sujetador de encaje que le pedían a gritos que se los llevara a la boca. Sin embargo, la razón le invadió por un segundo y supo que no quería que su primera vez con Sam fuera en el sofá, ya habría tiempo para hacerlo en todos los rincones de la casa, pero aquella vez quería que fuera en la cama. Asique sujetó bien a su chica por las nalgas y se levantó para ir corriendo a su habitación donde pasaron muchas horas disfrutando del que posiblemente fuera el mejor sexo que habían tenido hasta la fecha.

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Al dia siguiente, Halley se despertaba tras un reparador sueño. Extrañada por no notar a Oliver a su lado, se levantó. Era extraño no verle, no recordaba que aquella mañana tuviera entrenamiento o partido. Algo nerviosa empezó a buscar indicios de su paradero hasta que encontró un papel en la mesa de la cocina.

Haly:

Necesito que vengas a esta dirección sobre las 11 de la mañana, no te apures, no ocurre nada malo.

Te espero

Oliver

Extrañada Halley miró el reloj de la cocina, quedaban quince minutos para las once de la mañana. Sin demora, se vistió con lo primero que encontró y se desapareció en la dirección que le había escrito Oliver.

Apareció en un claro rodeada de montañas y de aire puro, y justo delante de ella había una casa. Estaba hecha de piedras grises y tenía grandes ventanales donde seguramente los dueños observaban aquel paisaje a diario. Tenía varios pisos y un gran porche que rodeaba toda la casa.

-Buenos días, dormilona- le susurró una voz en el oído.

-Oliver, ¿Por qué me has dicho que viniera aquí?- preguntó ella directamente.

-¿No te gusta?- se asombró el frunciendo el ceño.

-Claro que me gusta. Ya sabes que vivir en un sitio como este sería mi sueño. Pero esta finca pertenecerá a alguien, estamos cometiendo allanamiento de morada ¿lo sabias?

-Tranquila que los dueños de la casa no van a poner pegas. ¿Quieres ver la casa por dentro?

-Claro pero Oliver- Halley no entendía nada, y no se movió del sitio aunque Oliver tiraba de su mano.

-Halley- comenzó a explicar el moreno con una sonrisa- los dueños de la casa no van a poner pegas, porque los dueños somos nosotros.

-¡¿QUE?!

-Si tu quieres claro.

Holaaaaa ¿Qué tal todxs? ¿Bueno que os ha parecido el capítulo? Por fin tenemos nueva pareja en la historia, y además Oliver ha dado un paso de gigante en su relación con Halley ¿no creéis? ¿Opiniones? ¿Estrellas? ¿tomates? ¿Algo?

Por aquí nada más, me despido de momento y espero que os haya gustado el capítulo.

Un besazo

Andrea

Mi verdadera obsesión.Where stories live. Discover now