¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus orbes heterocromaticos miraban aburrido la pantalla iluminada de su celular, soltó un pesado suspiró, sus párpados pesaban cada vez más. Soltó un gran bostezo, estaban por dar las 12 de la noche y él se había desvelado hablando con su amigo José.
Era entretenido hablar con el latino, su jerga era muy graciosa, más aún cuando hacia gestos demasiado exagerados para interpretar una situación.
Era un fiel amigo suyo desde hace tiempo, siempre estando a su lado en los peores y mejores momentos. Lastima que a Conway no le hiciera gracia que se juntara con él. Gustabo era otra historia, él llegaba a contarle historias de su juventud, cuando tenía un grupo de amigos conflictivo y que junto se hacían llamar "la mafia sexy".
Lo cual se le hacía curioso, al parecer su "madre adoptiva" había sido un completo desastre antes, hasta que conoció a Conway, ahí fue peor, con tal de ver al superintendente. Casi quería reír, era una historia curiosa.
Al ver el mensaje de José despidiéndose, apagó el celular dejándolo a un lado en la cama. Una vez más soltó un pesado suspiró, ya era demasiado tarde y sus padres seguramente ya estaban dormidos.
Y él ahí, todavía sin poder conciliar el sueño.
Quedó boca arriba en su cama, mirando hacia el techo, jugo con los dedos de sus manos tratando de contar para ver si podía dormir. Mala idea, su mente empezó a divagar sobre diferentes temas que le habían pasado durante la semana.
El que más resaltaba, Hunter. Suspiró al recordar aquel hombre, abrazo su almohada escondiendo su rostro en está, cómo si fuera una adolescente enamorada. Y no estaba lejos, se sentía cómo la típica adolecente que tenía un gran futuro por delante, el cual se va a la mierda al fijarse en el drogadicto de la clase.
Ese era su problema, prácticamente había conocido a Nick Hunter en una venta de drogas, había acompañado a José a comprar algo de esa sustancia, casualmente Hunt era él que tenía la mercancía. Toni se consideraba alguien que le gustaba joder a Conway, le gustaba verlo enojado y escucharlo decir groserías a reversa e inversa.
Pero, siendo su "padre" un agente policíal era un putada. Tampoco quería que le diera un infarto. Eso pensaba, pero por más que quisiera evitarlo, no podía, siempre lograba encontrarse a Hunter de alguna manera o otra.
¿Casualidad?, tal vez, ¿destino?, ojalá.
Ya había tenido varios encuentros con aquel hombre de tez morena, encuentros tranquilos en los cuales charlaban sobre cosas innecesarias y es que, no necesitaban un tema de conversación. Cualquier cosa de la que hablaran podría hacerlos perder el tiempo.
Un pequeño suspiró salió de sus labios, se acostó de lado, acurrucado su cabeza en la almohada sintiendo la suavidad de está en su nuca. Entrecerro los ojos lentamente dispuesto a dormir por fin, sonrió sadisfecho. No paso ni un mninuto hasta que escuchó un grito raro que lo hizo levantarse de un salto de su cama, miro con miedo a sus alrededores desconcertado. Aquel grito casi le daba un infarto, juraba que había escuchado una vez a Salinas gritar de esa manera cuando estaba emocionado. (un grito mexicano).
Seguido, empezó a sonar una tranquila melodía proveniente de afuera, con cautela camino hacia su balcón. Asomando un poco Su cabeza tratando de ver qué estaba sucediendo.
Escucho unos murmullos, había personas hablando entre ellas.
- Jefe, no era necesario el gritó, va a despertar a toda la cuadra —.
- Yo hago lo que me salga de la polla–.
— Pero esto no es mariachi..—
Toni al reconocer la voz de Hunt, hizo que los nervios se apoderarán de su cuerpo, pego su espalda a la pared colocando sus manos en su pecho. Un gran sonrojo de vergüenza cubrió su rostro, ¿que cojones hacia ahí?.
Tomo aire, volviendo a asomar su rostro por la puerta, apretó los labios al verlo ahí con un ramo de rosas.
— When I'm with you my hope grows —.
Empezó a cantar utilizando una voz suave, cerrando los ojos para meterse en el papel.
Los acompañantes de Hunt se miraron a si mismos, sin dejar de tocar, pero tratando de ver quién sería el valiente en decirle a su jefe que la canción tenía que ser en español y no en inglés.
A Toni estaba a punto de darle un infarto, no podía con tantas emociones, quería detener a Hunt, si llega a despertar a Conway, se liaria parda. Pero también estaba muy emocionado, había ido a cantarle a la puerta de su casa, bueno a su balcón, demasiado cliché pero la sensación de calidez era demasiada.
Una sonrisa temblorosa se formó en sus labios, caminando a pasos torpes a la puerta del balcón dejándose mostrar, embelesado por la voz del hombre de tez morena. Quien diría que aún teniendo una voz grave podría transmitir tal tranquilidad.
Dejo que su cuerpo fuera cubierto por la luz de las farolas, mirandoa bajo, sus ojos se conectaron con los Hunt. Ambos sonrieron al verse, el moreno sintió la emoción recorrer su cuerpo al ver al rubio ahí, que haya salido aunque fuera demasiado tardé.
Coloco una mano su pecho, esta vez cantando de lo más profundo de si mismo, mirando aquellos ojos que lo tenían deleitado, desde la primera vez que los vio. Tal vez no se conocieron de la mejor manera pero aún así, tuvo el honor de conocer una faceta rebelde del menor.
No necesitaba estar drogado como para haber accedido a hacer ésto, al fin y acabo morirá algún día, entre tantas cosas en la que estaba metido, prefería estar unos momentos con aquel chico que había captado su atención.
La canción estuvo a nada de acabar, hasta que vio como el rubio abandono el balcón rápidamente, Hunt apretó los labios inquieto. Al parecer Toni iba bajar, sonrió ante aquella idea.
Una vez había terminado, soltó aire tratando de quitarse de encima aquellas sensaciones de nerviosismo, jamás había experimentado algo asi. Estaba ansioso porque el rubio saliera por aquella puerta para poder estrecharlo entre sus brazos y besar sus tentadores labios hasta que se cansara.
Pero visualizo una silueta más en el balcón, alzo la vista, el aire lo abandonó y su piel se torno pálida.
Conway miraba con detenimiento a aquel grupo de anormales, como los catálogo rápidamente apenas los vio. En ese momento no llevaba las mejores pintas, estaba en pijama, literalmente se había despertado de una placido siesta junto a su amada pareja, sintiendo como su Gustabo le hacía mimos para despejar todas sus pesadillas.
Pero todo se fue a la mierda al escuchar una música y a alguien gritando cómo sí lo estuvieran torturando.
Sus ojos enfocaron a Hunt, gruñó por lo bajo al ver a ese drogadicto con flores y aparentemente una "'serenata", al parecer venía con la intención de cortejar a alguien.
A su mente legó rápidamente su hijo adoptivo, bufó, ése crío como tenía fama entre los criminales. Saco del bolsillo su teléfono, pulsando un contacto en especial, lo coloco en su oreja para empezar a hablar con una voz ronca y serena.
-Freddy, trae un blindado y ven de negro, tenemos un trabajo.. - Murmuró sin quitar su intensa mirada de Hunter.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.