Mi Verano con Adrien

Seattle

Capítulo 2

Esto tiene que ser una broma.
Si, seguramente es eso. Aunque los abuelos no son de hacer bromas.
— Que!
Es lo único que digo.
— A ver Sofía, tus padres te extrañan mucho ellos quieren pasar este verano contigo. Además solo será el verano, pronto te irás a la universidad y no tendrás tiempo de verlos.

Bueno en eso tiene razón. Pero yo quería pasar este verano aquí, con ellos. Soy consciente de que no tengo amigos, pero quería disfrutar del campo, ir de pesca con el abuelo, hornear pasteles con la abuela, y no en una ciudad con mucha gente de aquí para allá. Además en Seattle hay mucho ruido y yo odio de verdad odio el ruido.

Ay niña, estas muy mal. Con razón ni novio tienes.

No te han dicho que calladita te ves más Bonita. Aveces me irrita mi conciencia.

Lá verdad es que no quiero ir a Seattle.

— Lo siento pero no, ya tenia mis planes para este verano y no los voy a cambiar.

El abuelo me mira desconsertado.

— La decisión está tomada ya Sofía, pasado mañana te irás a Seattle, y fin de la discusión.

El abuelo se levanta y se va.
Siento qué hay otra razón por la que ellos quieren que me valla a Seattle.

— Es mejor que te vallas a descansar mi niña, mañana será un día muy especial. Te vas a graduar del instituto. La abuela me dice emocionada.

— Tienes razón abuela.
— Hasta mañana. Le digo.

Entro a mi habitación. Me siento al borde de la cama mirando no sé qué.
No me quiero ir, este lugar me gusta.

— No quiero ir a la ciudad de Seattle. Digo para mi misma.
Rambo entra y se me sube en cima.

— No es Justo rambo. Por lo menos me harás compañía.

Rambo me ladra como respuesta.

Me coloco mi pijama, y me quedo dormida pensando en qué pasaré mi ultimo verano en una ciudad que no me gusta.
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Por fin me he graduado, y estoy muy orgullosa de mi buen desempeño. Me dieron varios diplomas como mejor estudiante. Lo mejor de graduarme es que no tendré que verles la cara de culos a todos mis compañeros.

La felicidad me dura poco por que estoy empacado para irme mañana a Seattle.

La abuela entra a la habitación.
— Todo listo para mañana?
Suspiro pesadamente.
—Desgraciadamente si.
— O vamos Sofía, ânimo no será tan malo. Tal vez conozcas nuevos amigos.
— Ya tengo un amigo. Señaló a rambo.

Y yo que? Dice mi conciencia .

Tu no eres más que una vocesita en mi cabeza.

Eso a sido muy grosero de tu parte. Si no fuera por mi tendrías una vida muy aburrida.

Ignoro la voz de mi cabeza.

— Además no me interesa tener amigos.
— Y si encuentras el amor en ese lugar tan horrible como dices.
— Ay abuela, el único amor que me interesa encontrar están en los libros que leo, y para mi desgracia esos amores no existen en esta realidad.
— Sabes que mejor baja a cenar. La abuela se da por vencida.
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Estamos en el aeropuerto.
No me puedo creer que este dejando el campo, la naturaleza por ir a una estupida ciudad. Esto es el colmo.

Tu si te quejas. Deberías estar emocionada, esto será como una aventura.

Yo quiero una aventura pero no en una tonta ciudad llena de gente que camina por las calles.

—Te vamos a extrañar mi pachi. El abuelo me abraza.
— Yo también los voy a extrañar mucho a ustedes. Digo con los ojos llenos de lagrimas.
— Cuídate mucho mi niña, y no olvides ser siempre tu, ese es la verdadera esencia.

Los abrazo con mucha fuerza.
—Los amo
— También te amamos muñequita.
Ya es hora.

— Cuídate mucho.

Ya estoy en el avión.
Estoy muy nerviosa y a la vez triste. Rambo está en uno de los maleteros del otro lado.

El avión despega y yo inmediatamente me quedo dormida.
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La azafata me despierta y me dice que ya llegamos.

— Bienvenidos a Seattle. Dice la voz de la aerolínea.

Holis

Sigan disfrutando.

Besitos 😘