Capítulo 16

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-Listas- gritó Suni cuando fue colocada en su silla, para luego su madre sentarse a mi lado.

Encendí el motor y  comenzamos el trayecto.

-Pon musica Papitán- demandó, mucho tardó.

Las canciones infantiles resonaron por todo el vehículo.

-No debes estar nerviosa, les agradarás- dije a su madre, esta se encontraba a mi lado moviendo sus dedos como si estuviera envolviendo algo.

-No estoy nerviosa, no me importa si les agrado.

-Si lo hace, ¿porque otra razón horneaste un pastel para mi madre?

-Es de mala educación ir a conocer a alguien sin llevar algo.

-¿Entonces que debería comprar para tu familia?- maldición.

No supe lo que dije hasta que su humor cayó y dedicó nuevamente la vista a la carretera, solo a mi se me ocurre pensar en eso.

...

-Lamentó lo de hace rato- nos encontrábamos sentados en la playa, habíamos llegado a Busan, solo que nos detuvimos para que Suni jugara en la playa.

-Descuide

-También lamento lo de hace años, lo pensé anoche y creo que en verdad fui un poco cruel contigo en ese entonces- asintió aún vigilando la pequeña huir de las olas.

-Lamentó lo que vio

-¿Lamentas que lo vi o que haya pasado?

-Ambos- asentí -También lamento ser tan hostil, no quiero acostumbrarme a algo como esto.

-No te entiendo

-A nosotros como familia- asentí comprendiendo.

-Cuéntame del parto- quería cambiar el tema, sonrió -¿Estuvo tan bien?- negó

-Fue uno de los peores días de mi vida. Estaba sola en la casa, mi teléfono se quedó sin batería y tuve que conducir el viejo coche que tenía en ese entonces en medio de las contracciones, cuando llegué al hospital pasé por demasiadas horas de parto, al menos para mi así fue. Me metieron a una sala común, habían unas tres o cuatro mujeres a parte de mí en la misma situación, sus esposos estaban ahí, le daban agua, apoyo o recibían halones de cabello, - hizo una pausa tan larga que pensé no hablaría más -Lloré mucho ese día, las enfermeras creían que era por el dolor pero no era así, quería llamar a SeokJin, tenía mucho miedo de morir y que nadie fuera por ella.- desvió unos momentos su mirada hacia el costado y luego volvió la vista a Suni, -Luego ella nació, casi me desgarra,- eso la hizo reír -Cuando me pidieron el nombre del padre para declararla les dije que había muerto y los días siguientes a ese me miraban con pena en el hospital, odio eso, luego me fui a casa, y aquí estamos.

-Lamento todo esto

-No es su culpa

-Yo.. he querido preguntarte algo desde el primer día, pero no se si te incomoda- hablaba con cautela, porque no quería que me malinterpretara.

-¿si?

-Eras muy reglamentaria con tus pastillas y no se..- me interrumpió.

-¿Recuerda la vez que me golpeé con la escopeta?- claro que lo recordaba, estuvo tres días en enfermería con el hombro lastimado. -¿Y recuerda que fue a verme en el almuerzo de la doctora?- asentí -Resulta que según el médico que me trató los primeros meses del embarazo, los anticonceptivos y los antibióticos no se llevan.

-Lo siento- reí, la verdad es que no lo hacía, lo había disfrutado bastante, la adrenalina de hacerlo a puertas abiertas con las posibilidades de ser descubiertos fue bastante estimulante, además que por eso estaba Suni junto a nosotros.

-Se nota, noto lo arrepentido que está- está también rió.

-La haz criado muy bien- halagué -Es igual a ti pero nadie es Perfecto- me miró mal.

-Tiene más cosas suyas que mías, rostro, sonrisa, gestos, carácter, supongo que por eso no pidió ADN.

-Así es- mi teléfono comenzó a sonar, era mi madre.

Llamó porque según sus cálculos debíamos haber llegado hace media hora.

Volvimos a retomar la carretera y luego de 10 minutos estacioné frente a la que fue mi casa.

Tomé a la pequeña y su madre el pastel para bajarnos del coche, luego nos acercamos a la puerta y cuando iba a acercar mi dedo al timbre las puertas fueron abiertas.

El torbellino que se hace llamar mi madre arrebató a Suni de mis brazos para abrazarla y apretujarla a su gusto, esta se dejó hacer, nos adentramos a la casa y cuando divisamos a mi padre desde la cocina nos acercamos para saludar.

Suran hizo una reverencia, y cuando mi madre reaccionó sobre que habían más personas aparte de su nieta en la habitación nos saludó.

-Es para usted- está le tendió el pastel, quizás ahora sería capaz de probarlo. Mi madre agradeció y lo colocó en la nevera, ¿acaso lo guardara?

..

-¿No se como pude criar a tan mal hijo?, mira que casarse y tener una hija y no avisarnos sino hasta que regresó de la frontera.- mi madre me regañaba por décimas vez. -Seguro fue muy difícil para ti vivir sin tu esposo estos años, debiste quedarte con nosotros, pero como él cabeza dura este no nos avisó que se había casado, no teníamos como saber por lo qué pasabas.

-Mi amor, dile a la abuela que quieres pastel- dije en el oído a Suni para no ser escuchado.

-Yo no quiero, quiero jugo.

-Dile que quieres jugo con pastel y me das el pastel a mi- asintió.

-Abuela- la llamó -Quiero jugo y Papitán quiere pastel.

Nota mental: Suni no sabe mentir.

Su madre me miró ensanchando su mirada mientras yo me encogía de hombros en mi lugar.

Mi madre rió y se puso de pie para servirnos.

Choqué cinco con mi pequeña cómplice porque a pesar de que no fue como esperaba si obtuve los mismos resultados.

Por fin pude probarlo.

Y lo bien que se veía no le hacía justicia, estaba aún más bueno.
Esponjoso, jugoso, dulce, la masa, el relleno, la decoración, todo de él estaba riquísimo.

Luego de hablar y hablar llegó la hora de la comida, Suni quien se había acostumbrado demasiado rápido a mis padres se sentó en medio de estos recibiendo halagos de lo buena niña que era.

-Debemos ir a la tienda, nos gustaría llevar a Suni, es aquí a la vuelta de la esquina- pedía mi madre, pero se que no necesitaba nada de la tienda, quería mostrar a su nieta en el vecindario.

Accedimos y estos tomaron camino.

Saqué las cosas del carro y subí las escaleras seguido de Suran.



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Dí Gracias (2ª)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora