14

102 11 0
                                    

Al día siguiente ya me encuentro en mi lugar de trabajo parece que Julián aún no ha llegado así que enciendo la computadora y espero a que cargue, reviso mi celular pero no hay nada que ver, creo que mi vida se ha vuelto demasiado aburrida. Aún tengo la venda en mi mano, había dejado de doler pero mis dedos están un poco inflamado, me pregunto como se verá la cara de Dan, espero que este mucho peor que mi mano, lo tiene merecido.

Escucho el elevador abrirse así que me levanto para saludar a Julián pero no viene solo, la chica rubia cuyo nombre recuerdo es Sara viene a su lado, parece estar contándole algo pero el solo mira su celular sin prestarle atención, cuando esta a solo unos pasos de mi alza la mirada, nuestros ojos se encuentran y sonrió un poco aunque solo lo hago por amabilidad.

- Buenos días Sr. Dasch. - Le digo.

- Sofía. - Dice pero no deja de mirarme, me pone nerviosa.

Me aclaro la garganta y miro a Sara pero esta viendo su celular así que solo sigue a Julián dentro de su oficina, la puerta esta abierta así que me dispongo a cerrarla.

- Traeme un Capuccino. - Escucho la voz de Sara, dudo un poco a quien le esta hablando así que la miro y si, esta mirándome.

-Ah yo...

- Sofía es mi asistente, si quieres un café ve a conseguirlo tu. - Le dice Julián ella abre la boca en forma de sorpresa.

-No hay ningún problema, puedo traerlo en seguida. - le digo porque no quiero ser grosera.

- Ire yo misma. - Dice Sara no sin antes fulminar con la mirada a Julián y salir de su oficina, sus tacones retumban por todo el pasillo hasta que desaparece en el elevador.

- Deberías de ser más amable con tu novia. - le digo pero me arrepiento en seguida, estoy en hora de trabajo y decir esas cosas no es educado.

Julián me mira y alza la comisura de sus labios, solo un poco, apenas puedo notarlo. Se levanta de su escritorio y camina hasta quedar frente a mi.

- Te he dicho que no es mi novia. - pone su mano en mi hombro y después recorre mi brazo hasta llegar a mi mano. - ¿Aún te duele?

- Solo un poco. - Le digo aunque salió más como un susurro, lo siento muy cerca de mi, él asiente.

- Tendré una junta más tarde, vendrás conmigo.

Oh, había olvidado por completo que tendré que acompañarlo algunas veces, no tenía idea de que tendría que hacer y mucho menos que decir pero iría aprendiendo con el tiempo.
Julián no se ha movido ni un poco, hasta puedo decir que se ha acercado un poco más, miro su pecho, trae puesto un traje color gris, camisa blanca y corbata a juego con el traje. Unos segundos después levanto la mirada, él me mira también y da un paso más a mi, yo me alejo un poco pero vuelve a dar otro paso hasta que mi espalda toca la pared.

- Sr...no creo que esto sea buena idea. - Logró decir, él solo sonríe.

- A mi me parece la mejor idea de todas. - Alza una mano, toca mi barbilla y hace que lo mire. - Quisiera besarte.

También me gustaría que lo hiciera pero no se lo digo, solo miro su rostro, sus ojos, su nariz y después sus labios. Es demasiado atractivo, lo había notado desde que lo vi por primera vez en el casino pero fue demasiado orgullosa para admitirlo, además de que pensé que sería un cliente más y ahora estoy trabajando para él.
Por instinto acerco mi rostro un poco más, nuestras narices rozan, solo un poco más cerca.
El sonido del elevador me hace volver a la realidad, me alejo de Julián y salgo de su oficina, Sara me mira un momento pero no dice nada y entra esta vez cerrando la puerta detrás de ella.

Juegos De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora