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i. will byers
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HAWKINS ERA UN pueblito muy tranquilo en Indiana, en general nunca pasaban cosas muy interesantes ahí. Era un ambiente familiar, perfecto para sentar cabeza, tener hijos, un trabajo y, probablemente, morir ahí. Todos parecían conocerse entre todos, y nunca faltaba quien se quisiera meter en los asuntos ajenos solo por el placer de saber.
Connor nació en una familia que había pasado gran parte de su vida en el pueblo, los Wheeler. Hijo de Ted y Karen, hermano gemelo -aunque menor por unos minutos- de Nancy y hermano mayor de Mike y Holly. Connor adoraba a sus hermanos menores, y a los amigos de Mike también les tenía mucho cariño, pasar tiempo con los chicos siempre había sido algo que Nancy le criticaba, pero él no veía el problema, le gustaba de verdad estar con esos niños, aunque no siempre lograba entender de lo que estos hablaban.
La noche del 6 de noviembre del 83 había sido como cualquier otro domimgo, Connor se había quedado todo el día en casa terminando tareas de la escuela y tomando fotografías con la vieja cámara que su padre le había regalado en su decimo cuarto cumpleaños. Por la tarde los amigos de su hermano, Mike, habían llegado a la casa y después de comer toda la pizza que les lleno sus estomagos comenzarón con su juego de rol. Connor no jugaba, porque no entendía eso de estrategias y demas, pero mientras ellos jugaban en el sótano él tomaba fotografías espontaneas o se entretenía viendolos gritar e imitar ruidos de criaturas inexistentes.
