𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐲𝐨 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐛𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐨𝐥𝐚𝐬༄

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Omniscient

Hace unos cuantos años atrás, cuando una pequeña vida se encontraba en el vientre de aquella señorita, quien feliz y preocupada a la vez buscaba la manera de dar la noticia que impactaría y cambiaría el resto de su vida.

Un suspiro salió de ella. Caminó hasta la playa que quedaba cerca de la casa de su abuela, quien ahora preocupada por su muchacha, pues aunque no le decía que era lo que pasaba, ella lo presentía.

Se sentó cerca de la orilla del agua, puso sus pies cerca de esta y respiró profundamente.

Solo esperaba a que su amado novio llegara con ella y le diera aquella esperada noticia.

—Hola, perdón por llegar tarde—dijo su pareja besando su mejilla levemente.

Aquella señorita respiró profundamente una vez más. Antes de soltar las palabras correctas que podrían cambiar el rumbo de las cosas.

—No te preocupes, llegas a tiempo—contradijo ella ahora sentándose frente a él.

Tomó sus manos con cautela. Lo miró a los ojos y abrió la boca tomando otra bocada de aire.

—Sabes, que a lo largo de nuestra relación siempre te he pedido un cachito de nuestro amor. Y se tus respuestas, pero creo que ahora estamos listos—

El silencio llenó aquella playa. Sus ojos verdes la miraban con incredulidad. Era cierto lo que acababa de decir?

—Apenas tenemos 20... No podemos hacer eso, no estamos listos—contradijo él.

Ella soltó una pequeña lágrima. Literalmente había quedado claro que pensaría si le decía la verdad.

—A que se debe la pregunta?—comentó intrigado. Después de unos momentos.

Simplemente nada podía ser oculto ahora, era el momento de decir la verdad.

—Estoy embarazada—

Y como si el mundo se hubiera detenido. Puesto que nadie decía ni una sola palabra, parecía que el mundo se había puesto de acuerdo para mantenerse en completo silencio por tan solo unos minutos.

Él no dijo nada. No quería decir nada, empeoraría las cosas, o no?

Se levantó, y con su mano derecha tiró aquel anillo de promesa al mar. Ese el cual habían conservado por tanto tiempo.

Ella no dijo nada. Solo veía el anillo en la arena que era mojado por las olas que muy apenas y lo alcanzaban a tocar.

Y así el tiempo siguió su camino. Tal como aquel joven de tes blanca quien ahora se marchaba sin decir nada.

—Estas bien mi niña?—habló la anciana tomando el hombro de la chica.

Ella simplemente no reaccionó. Cómo se suponía que lo haría después de que la persona que ama la dejara tirada a su suerte con otra vida en camino?.

No había respuesta.

Ella solo suspiró profundamente y salió de aquella playa dejando con la palabra en la boca a la anciana.

Esta confundida de la situación. Observó aquel anillo de promesa en la arena. Lo recogió y miró a través de él.

Dónde tenía una pequeña frase grabada

"A dónde vayas, yo iré, no importa dónde estés, siempre te encontraré"

La anciana guardó el anillo y se fue hacia su casa. No pensaba interponerse entre la decisión de aquellos jóvenes. No por ahora.

Ambos ahora habían tomado caminos separados. No pensaban reencontrarse, no por ahora.

Mientras tanto aquel ojiverde entró a su pequeño departamento. Dónde una grata compañía lo esperaba con ansias.

—Hola corazón —saludó la rubia con entusiasmo.

Él simplemente no respondió.

—Todo en orden?—volvió a preguntar.

De nuevo no respondió.

La rubia lo tomo de la cara y lo obligó a mirarla.

—Hey que pasa? A caso no quieres verme?—preguntó con un puchero en los labios.

—Sandy ahora no, por favor—dijo intentando quitársela de encima mientras se acercaba a su cuarto.

Ella indignada de que él la estuviera esquivando. Tomó el nudo de su vaya azul y la tiró al piso.

—Seguro que no quieres verme?—dijo antes de que tocara la perilla de la puerta.

Aidan se quedó estático. Estaba durante mucho estrés. Pero estaba seguro de tomar la decisión correcta?

Claro estaba, que llevaba meses engañando a su novia. Pero solo era en las noches, él sabía que era a ____ quien amaba de verdad.

Solo era una aventura que acabaría en poco tiempo. Puesto que había ilusionado a Sandy diciéndole que se quedaría con ella en lugar de ____.

Lo haría de verdad? No, no era así.

Sabía que estaba mal lo que hacía, por eso quería terminar pronto todo esto que jamás debió pasar. Después de aquella noche con su novia, nada era igual.

Pero las curvas de Sandy, ese cabello rubio que lo enloquecía junto con esos ojos grisacios que lo ponían como loco a la hora de follar.

—Vamos amor, vienes estresado, déjame consentirte —susurró a su oído mientras pasa sus manos largas y delgadas por su cuello y pecho.

No podía resistirse a la tentación.

Abrió la puerta de su habitación y entró con la rubia en brazos.

Mientras tanto, la azabache se encontraba sentada en la orilla de su parque favorito. Aquel que visitaba desde que tenía memoria.

No podía creer lo que acababa de suceder. Simplemente dejarla? Que poco hombre era.

Pero como bien sus padres siempre le han dicho.

"No necesitas de nada ni de nadie para triunfar en la vida, nunca dejes que nadie te haga sentir que tu vida se acaba, nunca será así a menos que tú lo decidas"

Bien era cierto. Nunca dependió de nadie.

Pero Aidan
Aidan era su pilar, sus ganas de existir, su motivo para sonreír.

Sabía que la situación se había vuelto complicada, pero no podía dejar así las cosas.

Pero no lo iría a buscar. No está vez.

Dió una gran bocada de aire y tomó sus audífonos para comenzar a reproducir su Playlist favorita.

Cerró los ojos y se dejó llevar mientras la canción Everybody Wants To Rule the World  sobaba.

Era hora de comenzar una nueva etapa en su vida. Comenzar a madurar y dejar que esas personas que le hacen mal se vayan completamente de ella.

Un nuevo comienzo para el mundo.

Pᴀ Dᴏɴᴅᴇ Sᴇ Fᴜᴇ?!  A.R.GᴀʟʟɢʜᴇʀWhere stories live. Discover now