Capítulo Dos: La inesperada destrucción de la mancha.

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—Mi padre siempre me decía que iba a morir en un universo paralelo por culpa de un monstruo lleno de agujeros. Todos pensábamos que era esquizofrénico, pero al final tenía razón. —Deliraba la pobre Flora, tanto tiempo balanceándose de un lado a otro a una velocidad sobre humana la estaba volviendo loca.

—Nadie va a morir. —Intentó tranquilizarla Miles.

—¡Ahí está! —Ella señaló a la chica que estaban persiguiendo, la cual estaba cayendo en picado hacia el suelo por culpa del villano actual.

—¡Gwen! Venimos a ayudar. —Habló el chico lanzando una telaraña para rescatar a su amiga.

—¿Miles? —Preguntó la joven confusa. —¿Me estabas siguiendo? —Volvió a preguntar pero con un tono más serio, cuando los tres se colocaron en el techo de un edificio.

—¡Cuánta gente hay por las calles! Desde aquí parecen hormiguitas. —Flora aprovechó la pausa para sentarse y admirar las vistas. Nunca había estado en la India.

—No, solo vi hacia donde te dirigías y fui sin que me vieras. —El acusado soltó la excusa más lamentable que se le ocurrió.

—Sí, es la definición de seguir a alguien. —Comentó la adulta para ella misma.

—Nunca debí haber ido a verte. —Confesó decepcionada por la actitud de su amigo.

—Eso dolió. —Respondió él llevándose la mano al pecho.

—¡Más le dolió a ese que se acaba de caer de la moto! ¿Lo has visto? —Dijo Flora riéndose y señalando lo ocurrido, aunque después se sintió culpable, el señor parecía herido.

—Uf, sí, pobrecito, espero que no haya muerto. —Apareció en escena...¿otro Spider-man? —¿Quienes son los nuevos? —Preguntó dirigiéndose ha Gwen. 

—Hola Pav. —Le saludó amable. —Él es Miles y ella es su profesora, no estaban invitados. —Les presentó sin más.

—Flora, encantada de conocerles. —Saludó con una sonrisa la nombrada a los dos que no conocía.

—¿No los invitaron y vinieron de todos modos? —Preguntó cómico el nuevo Spider-man.

—¿Verdad? —Le siguió el juego Gwen.

—Quizá lo haya hecho porque está enamorado de ti. —Lanzó una hipótesis al aire.

—¿Qué? No. —Negó al instante Gwen, moviendo sus brazos nerviosa.

—No, no, para nada. —También lo negó Miles, haciendo los mismos gestos.

—Yo soy muy bueno leyendo a la gente. —Se apoyó a si mismo.

—Wow, estoy impresionada, si que se te la bien, acertaste de lleno. —Le dio la razón Flora. —¡Auch! —Exclamó masajeando su brazo, Miles le había dado un leve golpe para que se mantuviera en silencio.

—¿Y tú quién eres? —Miles intentó cambiar de tema a uno menos vergonzoso.

—Pavitr Prabhakar, entré hace seis meses... — Comenzó a presentarse, pero Flora desconectó, dejando de escucharle a él y a los demás.

Vio en el tejado del edificio de enfrente como el monstruo salía de uno de esos agujeros que creaba. 

Se quedó mirando fijamente hacia ella por unos segundos hasta que finalmente la saludó. 

Ella le saludó de vuelta. 

Cuando se quiso dar cuenta lo tenía al lado suya y la estaba arrastrando con él.

—Nos vemos en el colisionador, Spider-man y los otros. —Se despidió la mancha atravesando uno de sus agujeros.

—¡No! —Exclamó Miles lanzándose a perseguirle.

Sweet Love | Miguel O'HaraWhere stories live. Discover now