"𝒩𝑜𝓈 𝓋𝑒𝓂𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝓁𝒶 𝑜𝓉𝓇𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 𝒶𝓂𝑜𝓇" fue lo único que pudo leer Carlisle Cullen ya que el resto del papel estaba manchado de sangre. Aún lado de la nota está el cuerpo sin vida del amor de su vida.
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|CAPÍTULO TRES|
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Daia corría por el frondoso bosque con una sonrisa en su rostro, una risa sale de sus labios cuando unos fuertes brazos la toman por la cintura.
-Eso es trampa- dice la chica entre risas.
-No, no lo es- le susurra Carlisle en el oído haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo de la joven.
-Si lo es, se supone que corrieras como una persona normal- Daia se gira para quedar frente al vampiro- no usando tu velocidad sobrehumana- hace una pequeña mueca con sus labios.
-Adoras que te atrape- el vampiro sonríe al ver como las mejillas de su compañera se sonrojan.
-¡Daia!- la chica abre sus ojos a topes y mira a su novio asustada al escuchar el grito de su madre.
-¡Rayos!- murmura la chica mientras se aleja de Carlisle para comenzar a caminar con pasos apresurados hacia su casa.-¿Te veo en la noche?- le pregunta a Carlisle y se gira para esperar su respuesta.-Bien te dejare la ventana abierta- le dice la chica cuando el vampiro asiente con la cabeza.
Daia acelera el paso cuando su madre grita por tercera vez pero el pesado traje le dificultaba caminar, se maldijo por adentrarse tanto al bosque sabiendo que su madre no tardaría en darse cuenta que ella no estaba haciendo sus tareas.
-Aqui estoy- murmura la chica mientras que sale del frondoso bosque el cual está junto al patio trasero de su casa.
-¡¿En que estabas pensando?!- dice exaltada su madre al ver como el costoso traje estaba manchado de lodo- al parecer el castigo anterior no te bastó- toma con fuerza el brazo de su hija y la adentra a la casa- cámbiate antes que tu padre y hermano lleguen- la chica asiente con la cabeza cabizbaja ya que sabía que era la mejor opción.
Deene abre sus ojos con un poco de dificultad pero los cierra nuevamente debido a la fuerte luz, parpadea varias veces hasta acostumbrarse a la luz de lo que parece ser una habitación. Un quejido sale de sus labios cuando siente su cabeza palpitar, sentía su cuerpo débil y pesado por lo que le costo un poco incorporarse en la cama.
