Straight to you |𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠 ✔

𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑜𝑐𝒉𝑜

                      Taehyung;

Subí las mangas de mi suéter, y cerré la puerta detrás de mi para atravesar el pasillo. Y a medida que me acercaba a la sala, podía sentir un olor delicioso -debía admitirlo-. Bajé las escaleras y al dirigirme a la cocina comedor, encontré a Sunhee frente a la encimera. Adentré mis manos dentro de los bolsillos delanteros de mi pantalón gris y observo como ella prueba un poco del caldo que al parecer preparaba.
Cierra los ojos y sonríe como si le hubiese quedado perfectamente bien.

Ella se gira, y al verme se sorprende.

—¿Lleva mucho tiempo parado ahí? —alza una ceja.

—No —respondí caminando hacia la barra y apartando uno de los taburetes para sentarme en este frente a la barra.

—Ya está listo. Le serviré y, va a ver que le gustará —responde sonriendo y cruzo mis brazos mirando como ella comienza a servir de todo lo preparado. Que por cierto, era mucho.

Puso varios platillos frente a mi. Todos estos organizados en un orden.
—Bibimbam —señaló—, kimchi, bulgogi y por último postre. Salí a comprarlo.

—¿Preparaste todo esto? —alzé una ceja.

—Sí. Y por tanto, su deber es comérselo todo —sonrió ella—. Yo recogeré todo eso que tiene ahí desorganizado –dijo quitandose el delantal que se había puesto y se dirige hacia donde estaban mis cosas de pintura.

Dejo de mirarla y cojo los palillos para mirar los platillos frente a mi y pensar por cual empiezo.
Decidí empezar por el bulgogi llevando un poco a mi boca. El sabor del cerdo, debía reconocerlo. Si estaba exquisito. Cogí un poco del arroz y mastiqué esto.

—¿Y?. ¿Esta bueno cierto? —pregunta ella sonriendo levemente.

—Al menos...se deja comer —me limito a decir.

—Ya —ella niega.

—¿No vas a comer tú? —pregunto luego de tragar y la observo.

—Nop —responde concentrada en recoger mis cosas—. Terminaré de recoger esto y me voy. Ya es tarde. Y no quiero que me coja una hora tardía así que. Termino aquí y lo dejaré descansando.

;;;

—¿No te ibas luego de recoger todo? —alzé una ceja.

—¿Me está intentando botar? —preguntó ella frunciendo su ceño.

—Solo...pregunté —dije mirándola.

—Lavaré los trastes y luego me iré finalmente. No lo volveré a molestar, en serio —respondió y luego de recoger todos los platillos que había usado los llevó al fregadero. Observé como levantó su pelo recogiendolo en una larga coleta que cayó en su espalda y comenzó a hacer la labor.

—¿Está bien todo en la empresa? —le pregunto mirándola por detrás.

—No se preocupe. No voy a dejarlo en la banca rota si es lo que le preocupa —se gira a verme un poco—. Y sí. Todo está perfectamente en la empresa. Pero –se gira totalmente para verme de frente. Alzé una ceja.

—¿Pero?.

—Me está consumiendo viva —respondió.

Solté una leve risita.

—¿Y se ríe? —frunce el ceño confundida—. Dios...

—¿Quién te enseñó a cocinar? —pregunté relajando mi espalda en el respaldo del taburete mientras cruzaba mis brazos y la miraba; ella continuaba lavando los platos y todo lo utilizado.