¿Acaso el mundo es justo?

Untitled Part 1

Supongo que me iré. Yo no quería, no me gustaba para nada. Nunca me ha gustado retirarme. Los cambios, la despedida, todo era fatal. El problema no era a dónde ir, sino, empezar de nuevo una vez más. ¿Qué tan absurdo puede ser? ¿Por qué todo debía ser así? Yo solo quería estar tranquilo. No quiero agradarle a nadie, no quiero gustarle a nadie, no busco la aprobación de los demás. Solo quiero que alguien me quiera de verdad, quiero apoyarme en un pecho y acurrucarme en él, sentir que sus brazos me protegerán del mundo, que acaricien mis cabellos y quedarme así, sin decir nada, sin pensar en nada, sentir la paz, la tranquilidad, la extinción del tiempo y todos mis problemas. Solo quería estar en un lugar donde puedan amarme.

Me iré, tengo que marchar. Ya no sé qué sentir, es frustrante pensar que nada ha funcionado. Es terrible cuando mis pensamientos atacan. No sé si esta es la realidad, las personas me asustan y no me agradan, probablemente porque no las conozca bien, pero no las entiendo, siempre se contradicen y me preocupan las cosas que son capaces de hacer.

Quisiera encontrar a alguien. Quiero escuchar mi nombre con dulzura, ver la alegría en sus ojos y saber que se reflejan en los míos.

¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? Está bien que no todo sea fácil, de algún u otro modo nada tendría sentido, pero estoy llegando al otro extremo, al punto del absurdo. Yo solo quiero relajar mis penas, no aspiro a ser realmente feliz, pero sería afortunado si pudiera sentir tranquilidad.

Odio los problemas, no me gustan, los repudio, es un miedo terrible que siento cuando se acercan. Los recuerdos me atacan y empiezo a derrumbarme por dentro, todo el exterior parece atacarme y nunca ando de ganas para enfrentarlos. En el fondo me da miedo caer en cuentas que el mundo tiene la razón. No, no puede ser tan malo, debe de haber alguna esperanza. No la tengo, pero mientras viva en mi mente como posibilidad, seguiré viviendo hasta encontrarla.

Ella no dijo nada. No podía decir nada. Yo la vi. Todas las palabras y promesas que algún día escuché, desaparecieron. Sentí que se burlaba de mí, sentí que nada era real, me sentí engañado, humillado y violado. Sentí que habían violado mi confianza y ultrajado mis sentimientos. No quería verlo. Entonces mis ojos se nublaron y sentí humedad en mis mejillas. Mis manos temblaban, no solo mis manos, mis piernas, mis brazos, mi cuerpo entero. Después de un rato ella dejó de besarlo y me miró. Yo seguía de pie sin decir nada, el viento me pegaba en el rostro y se llevaba mis lágrimas, mis deseos, mis sentimientos, mi fortaleza entera. Su rostro cambió. Pude ver el miedo en sus gestos. Al chico parecía no importarle; era alto, delgado y algo en su rostro pedía que lo agarrara a golpes. No me gustaba, no me gustaba nada de él, era el tipo de personas a la cual detestaba, y a la cual temía como toda persona.

Todo se derrumbó, ella se acercó a tratar de reparar mis ruinas, pero no la dejé. Me di media vuelta y caminé intranquilo. Sentí sus pasos atrás míos, luego su voz y luego sus gritos. Me agarró del brazo y vi sus lágrimas. Tocó mi rostro y acercó su rostro al mío. Me sentí sucio y aparté sus manos de mi camino. No escuche nada más, ya no había pasos detrás míos, ni llantos; solo voces, muchas voces, gritaban y hablaban muy rápido, se exaltaban, me juzgaban, me comparaban, me repetían frases de amor, me engañaban; pero yo estaba solo, las calles estaban vacías y alrededor mío no había nada más que soledad, solo era mi cabeza.

No sé cuánto tiempo más estuve andando. Me detuve, respiré hondo y tratar de calmar mi respiración. No podía, todo el mundo se me venía abajo, no entendía por qué, ¿Qué demonios se supone que está mal en mí? ¿Por qué mi amor no puede ser suficiente para una persona? ¿Es que soy muy tonto? ¿Muy ingenuo quizás? ¿Qué es lo que las chicas quieren? ¿Por qué soy así, así de torpe? Qué idiota fui al abrirme a alguien que terminaría destrozándome de ese modo, ¿Es culpa mía acaso? ¿Cómo pude yo saber que acabaría así? ¿Qué culpa tengo yo...? Qué es lo que haré ahora... no tengo a otro lugar a donde ir... yo solo quería ser amado, jugaba limpio y quería que se me respetase así.

Quería verla, quería que me dijera que nada era verdad, que todo seguía igual, que ella era mía y yo era suyo. Quería que me mintiera. Di marcha atrás tratando de buscarla. Nada, no había nada ni nadie. No sabía qué hacer, no quería pensar, quería estar en sus brazos. Todos era jodidamente malos y yo me sentía como un imbécil.

Caminé por las calles de la ciudad y entonces me vi rodeado de multitud de gente. Me preguntaba si acaso mi sufrimiento le importaba a alguien. La verdad era que no, todas esas personas eran indiferentes entre sí. Pereciera que a nadie le importaba nada en absoluto. Me deprimió más saber que, entre tantas personas, uno se puede sentir tan solo, ¿Qué era lo que ocultaban esas caras? ¿Por qué todos se veían felices? Debía haber un desgraciado entre toda esa multitud. Me repetía que no debía ser el único, pero al no encontrar a nadie, cogí mis sentimientos y los guardé en el mismo bolsillo donde estaban mis pensamientos. Era el fin.

No me costó mucho llegar a casa. Abrí la puerta y encontré un sobre bajo la puerta.

Perdóname, de verdad lo lamento, si tan solo pudiéramos hablarlo... No sabes lo tonta que me siento, sigues siendo el mejor, mi corazón sigue siendo tuyo. Por favor perdóname, sé que podemos solucionarlo. Te necesito a mi lado, tú eres la única persona que me hace sentir feliz y plena. Te amo con toda mi alma, por favor perdóname.

Quise leer la carta por segunda vez, pero era inútil, nada de lo que estaba escrito ahí tenía sentido. Ya no podía creerle, tenía miedo.

Pasé la noche consumido por mis pensamientos. Para cuando llegó el sol yo seguía despierto. Los primeros rayos del sol besaron mi rostro, la fría brisa mañanera secó mis lágrimas. ¿Se atrevería a venir? Yo no estaba preparado. Me levanté del asiento y salí del comedor. Me tumbé en mi cama y dejé que mis pensamientos me consumieran. Me lo merecía, todo este tiempo me lo estuvieron diciendo.