Día dieciséis.

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Hoy tuvo una recaída. Él la observó, horrorizado, implorando por oxígeno a la vez que su pecho hacía movimientos bruscos. Una lágrima rodó por su mejilla, y un millón de ellas lo hicieron por las del chico. Él... creyó que la perdería, y recriminó al cielo por prestársela tan poco tiempo.

Entonces, mientras enfermeras y doctores entraban y salían de la habitación cada par de segundos, Jason pensó en el amor. Recordó cuando la conoció, hace aproximadamente dos semanas, y se dijo a sí mismo que era demasiado pronto como para llegar a enamorarse de un caso perdido, sin embargo, ella lo valía. Además, para el muchacho, el amor era la incoherencia más hermosa, aquella que siempre ganaría sin importar que fuese en contra de la corriente. Algo sin sentido.

Y no la comparó, permitiendo a la preocupación empañar sus ideas.

Mariposas de PapelWhere stories live. Discover now