El famoso fotógrafo Min Yoongi, recibe una invitación para la boda de su mejor amiga en la ciudad de Seúl. Al arribar, se da con la sorpresa de que ella lo ha escogido como su dama de honor principal. Min Yoongi no solo tendrá que aprender a ser una...
JiMin le dió un pequeño sorbo a su chocolate caliente sin quitar la vista de la libreta, donde se encontraba un dibujo a medio terminar. Dejando la tasita de lado, continuó los trazos sobre el papel. Le dedicó sumo detalle al sombreado, encargándose de crear volumen y perspectiva. No era su estilo ser tan realista con su arte, le gustaba lo abstracto, sin embargo, quería procurar captar la escencia de su Hyung en el papel y es que para él, no existía persona más bella desde que lo conoció.
—El detalle de los ojos te quedó muy bien.
La voz de su jefe kim Hwan, el padre de Dahyung, lo exaltó un poco. Giró su cabeza hacia atrás, para ver como el Sr. Kim apreciaba su bosquejo por sobre su hombro. El señor le mostró una cálida sonrisa al notar la mirada nerviosa del menor.
—¿Puedo?—Dijo señalando la silla vacía al otro extremo de la mesa.
—Adelante.
No habían muchas personas en la cafetería de la empresa, la mayoría había salido a almorzar afuera como era de costumbre, incentivando a JiMin a ocupar una de las mesas del fondo para más privacidad. No esperando que su jefe lo encontrara.
—Veo que así pasas la hora de tu refrigerio Jimin-ssi.
JiMin sonrió tenso, intentando cubrir disimuladamente el dibujo de YoonGi con una mano. Esperaba que no le inquiriera el porque estaba dibujando a Min YoonGi con tanto afán.
—Bueno...eh- no todo el tiempo puedo estar bosquejeando estructuras, sería monótono.
—Te comprendo, yo tampoco podría —El señor Kim asintió pensativo—Detrás de cada arquitecto hay un artista, y perdón por sonar tan cursi, es que yo también solía pintar con óleos, pero he dejado ese pasatiempo por lo mucho que el trabajo me consume.
—Debería retomarlo—Dijo JiMin analizando a su futuro suegro—hacer que su mano se acostumbre a los trazos nuevamente.
—Lo mismo pienso JiMin—El señor Kim hizo una pausa, señalando a la pequeña libreta a la cual JiMin se aferraba con recelo—¿Me permites?
No
El pelinegro no sabía cómo decirle que no, sin ser grosero. Por lo que sin delatar su duda, deslizó la libreta por la mesa hasta que el Sr. Kim la tomó con sus manos.
A JiMin le comenzaron a sudar las palmas. Debido a que unas cuantas hojas más atrás, su jefe encontraría el horrible autorretrato, mientras que si pasaba a la siguiente, vería el torso desnudo de Min YoonGi. Y es que JiMin, no pudo resistirse de dibujar el increíble cuerpo de su Hyung, la imagen semidesnuda grabándose en su memoria.
—Has sido muy minucioso con los trazos—El señor Kim lo sacó de sus pensamientos con rapidéz—¿Lo hiciste guiándote de una fotografía?
JiMin negó con la cabeza. Si tenía una fotografía del rubio, pero no la utilizó como referencia.
—Me gusta dibujar de memoria—Respondió.
El Sr. Kim asintió sin despegar la mirada de la libreta.
—No cualquiera logra grabarse las facciones de alguien tan bien como tu lo has hecho, debes de haberlo observado por mucho tiempo para memorizarte su rostro.
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