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Tal como fue pedido, Eita buscó a cada uno del grupo y los reunió en la habitación de los alfas del grupo mientras Shirabu esperaba en la habitación de Tobio y Shoyo

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Tal como fue pedido, Eita buscó a cada uno del grupo y los reunió en la habitación de los alfas del grupo mientras Shirabu esperaba en la habitación de Tobio y Shoyo.

Todos miraban a Atsumu quien extrañamente permanecía con ellos envés de irse con Kenjiro como lo pidió.

– ¿Atsumu-kun, no irás con Shirabu-kun?

– Estoy mentalizandome para ello.

– No me digas que te vas a declarar.

– ¿Qué comes que adivinas?

Todos soltaron un "Qué" al unisono, llamando la atención del guardia afuera.

– ¿De verdad lo harás?

– ¿Estás preparado para lo que diga?

– Sí lo haré pero realmente no estoy preparado, aún así, quiero librarme de esto ya, quiero dejarle claro lo que siento y que es en serio, si él no quiere estar conmigo o no siente lo mismo que yo está bien, pero quiero quitarme la duda.

– ¿Qué duda? ¿No has visto como te trata?

– Nunca se sabe qué hay detrás del comportamiento de una persona.

Tooru al escuchar la respuesta de Keiji asintió dándole la razón.

– ¡Entonces ve por ello, Atsu-chan!

– ¡Te quiero mucho mi pana!

– ¡Yo también, pana!

Kageyama les miró con repulsión y Kenma simplemente ignoró aquello, ya estaba acostumbrado a la relación amor-odio de sus compañeros.

Entonces el mayor de los Miya salió y se acercó a la habitación vecina, viendo allí al chico que le gustaba dibujando figuras en el suelo.

– Kenjiro~

– Hasta que por fin apareces, ¿De qué se trata todo esto?

– Esa es una muy buena pregunta, Jirou.

– Deja de jugar.

El rubio se sentó frente a su amigo y suspiró recargando su cuerpo en sus brazos y echándose para atrás.

– Sólo venía a decirte que estoy enamorado de tí, sé que palabras vacías no funcionan contigo así que no le voy a dar mucho rollo. Me gustas de forma romántica y me gustaría tener una relación contigo, no busco una respuesta afirmativa, puedes rechazarme si quieres.

La mirada fija de Atsumu sobre él lo hizo sentirse incómodo así que miró hacia otro lado.

– ¿No estás bromeando sobre esto, cierto?

– Me ofende que pienses eso.

– Sí, lo siento.

Estuvieron callados un rato hasta que el pelicastaño decidió hablar.

– Sabes que realmente te aprecio como mi amigo a pesar de tratarte mal y toda la cosa, y siendo sincero jamás he pensado en tí como un interés romántico.

– Lo supuse.

– Pero últimamente realmente me ha llamado la atención todo el tema de que te gusto, Tooru me lo dijo y no creía que fuera cierto, pensé que lo creería si me lo dijeras tú personalmente pero pienso que es tan irreal.

– ¿Tanto te cuesta creerlo?

– Así es. Simplemente... ¿Tú gustando de alguien? ¿Y que ese alguien sea yo? Te conozco, Atsu, sé que no te haz enfocado en el amor jamás y al final de todo aquí estás pero ¿Yo? Te trato realmente mal y... No, espera ¿Eres masoquista?

El rubio al escuchar aquello rió a carcajada suelta contagiandole la risa a su acompañante.

– ¿Por qué esa conclusión de repente?

– Se me vino a la cabeza y lo dije.

Ambos siguieron riendo hasta que por fin se calmaron.

– Realmente eres una cosa seria eh ¿Por qué sólo te enfocas en que me tratas mal? Recuerdo perfectamente que cuando recién entré en su grupo tú fuiste quien más buscó integrarme, me trataste realmente bien, y sigues haciéndolo, pero sólo te das cuenta de cuando me tratas mal, yo sé que es parte de tí todo eso y no tengo problemas con ello, no me hace masoquista ojo piojo —Shirabu rió un poco ante esto— y realmente me gustas así, si lo que te preocupa es eso supongo que tú buscarías el cambiarlo.

– Bueno sí, eso es cierto, pero ¿Y si en algún momento ya no puedes con eso?

– Pues será irremediable, no voy a prometerte que te amaré y adoraré a pesar de todo y que estaremos juntos por siempre, no te daré una falsa promesa, si tú no buscas cambiar y yo no lo puedo soportar hasta ahí llegamos pero mientras trataré de apoyarte con eso.

– Me gusta tu sinceridad.

– A mí me gustas tú.

– Muy sincero, muy sincero.

– ¡Aborta, aborta!

Ambos volvieron a reír.

– Te daré una oportunidad, pero sabes que yo también puedo cansarme de tu insistencia ¿No?

– Lo tengo claro.

– Eso es bueno.

Entonces la campana que indicaba la hora de la cena sonó.

– ¿Nos escapamos de los demás y comemos juntos?

– Me parece buena idea.

Hubo cambio de separadores porque don pendejo cambió de celular y perdió sus separadores y no los encontré en Pinterest y ni modo, tocó

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Hubo cambio de separadores porque don pendejo cambió de celular y perdió sus separadores y no los encontré en Pinterest y ni modo, tocó.

De Kenmita porque lo quiero burda.

Kairosclerosis || Pretty Setters TeamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora