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___Luego de que Caliope se desmayó.___

El emperador en todo su camino hacia su habitación sostuvo el pequeño cuerpo de su segunda heredera con sumo cuidado, escuchando atento su respirar.

Una vez dejando su cuerpo en la gran cama, la cubrió con la frazada y se sentó al borde de la cama admirando su rostro durmiente.

Su mirada se suavizó al perderse en sus pensamientos mientras su ser se aliviaba al ver el movimiento sereno de su pecho, haciéndole saber que estaba respirando.

Por qué estaba triste, qué la llevó a deprimirse, cuál era la causa.
Era su temor por lo que ocurra con ella y su hermana?, tanto miedo le tenía como para deprimirse al pensar en su futuro?, qué estaba pasando por la cabeza de esa pequeña?.

Su ceño se frunció cuando vio que algo corrió el flequillo de la rubia, su frente tuvo un ligero destello y la infante hizo una mueca de molestia hasta que esa mueca se convirtió en una de dolor dejándolo sorprendido.

Acercó su mano a su vientre dándole suaves palmadas esperando que eso la calmará.

Por qué ella le estaba mostrando sueños que la hacían temer y sufrir?.

Ignoró el aroma a su alrededor igual que un toque suave y tibio en su mejilla centrándose en la expresión de dolor de su hija, la cual no se relajó ante las caricias de su progenitor y apretó sus pequeños puños empezando a sollozar.

El oji cerúleo se exaltó ante ello inquietandose al escuchar ese débil sonido provenir de la menor, se subió a la cama para recostarse contra el respaldo y sostener con cuidado el cuerpo de la menor para reposarla en su torso, acariciando su espalda sintiendo que sus pequeñas manos sostuvieron con fuerza su ropa soltando ligeros sollozos.

-..basta -susurro frunciendo el ceño al seguir escuchando los quejidos de su princesa, sus orbes brillaron cuando vio que otra vez el flequillo de la infante se movió y su frente brilló dejando que esta vez las lágrimas empiecen a rodar por sus mejillas sonrojadas.

Con enojo miro a su alrededor esperando ver algo, esperando verla y reclamarle por las lágrimas de la infante, pero no había nada.

-papi -volvió a mirar a la menor con sorpresa y desconcierto, notando su expresión de tristeza y su cuerpo tembloroso al sollozar aún dormida.

Lo estaba llamando?, lo llamaba en sueños.

-aquí..aquí estoy -susurro relajando su expresión aún inquieto y con una opresión en su pecho al ver esa expresión en la menor.

Su curiosidad por ella era enorme, tal como por su primogénita, deseaba ver más expresiones en ese rostro infantil que siempre mostraba neutralidad, irritación o frustración, pocas veces la veía sonreír ligeramente pero no era una sonrisa para él, tenía curiosidad por verla sonreír en su dirección, quería ver más expresiones en su rostro..pero no esa, no quería verla llorar y sufrir.

Las palabras del mago peli azabache pasaron por su cabeza dejándolo pensativo, llevó su mano hacia la cabeza de su segunda hija viendo que la punta de sus dedos brillaron color cerúleo.

Sus orbes brillaron viendo el pequeño pentagrama que se formó en la cabeza de la menor, cerró sus ojos moviendo sus dedos y haciendo girar el círculo mágico.

-Xeméní.

Su voz logró que una luz blanca inunde su mente.

Al abrir sus ojos miro su alrededor con atención, era un paisaje completamente blanco, no había nada, estaba solo.

||𝐀𝐑𝐓𝐄𝐌𝐈𝐒𝐀.||² ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora