Capítulo 1

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Cinco grandes extinciones. La Tierra ha vivido de cambios a lo largo de su historia, para mejor y para peor. Desde la extinción ORDOVÍCICA-SILÚRICA hasta la CRETÁCICA-TERCIARIA, el planeta Tierra ha vivido constantes cambios en su ecosistema, contando con seres vivos que evolucionaban con cada uno de los cambios acontecidos, mejorando y creciendo a lo largo de los años hasta la aparición del primer hombre, el ser pensante que gobernó desde su aparición todo el planeta con sus constantes cambios, quedando ajeno a lo que sucedía por encima suya.

Dioses. Seres superiores que han sido los marionetistas de la humanidad durante siglos completos. Ellos, en su afán por ver como el mundo cambiaba, fueron los causantes de la aparición del primer humano, de la destrucción y extinción de los seres conocidos como dinosaurios, de los cambios en el planeta. Las eras de la extinción fueron marcadas por los dioses bajo una votación unánime. Deseosos por entretenimiento en sus aposentos dorados, aburridos de la vida silvestre y animal de los dinosaurios, se encargaron por cambiar eso para su propia diversión. Los grandes reptiles fueron borrados y los sobrevivientes dieron el paso a una forma evolutiva compleja, egoísta y extrañamente demasiado parecida a los mismos dioses que los observaban. Humanos aparecieron por todos los rincones del planeta e hicieron suya la tierra que pisaban. Ciudades se erigieron y sociedades se extendieron por todo el globo terráqueo. En miles de años, el ser humano ocupó el puesto de lo que una vez fueron gigantescos reptiles y veneraron a aquellos dioses que les dieron forma, que los forjaron a su semejanza para que fueran una herramienta que les proporcionara cierta diversión, cierto placer enfermizo.

Pero ninguna creación es perfecta y los humanos no fueron la excepción. Creados a la imagen de los dioses, los humanos tomaron los aspectos negativos de sus creadores, dando forma así a los sentimientos negativos que los mismos dioses negaban poseer. Egoístas, lujuriosos, envidiosos...los humanos trajeron más mal que bien al mundo en el que vivían, obligando a sus mismos creadores a desear eliminarlos, borrarlos del mundo como hicieron anteriormente con las vidas prehistóricas.

Cada mil años los dioses se reunían en el consejo del Valhalla presidido por el dios griego Zeus. En dicha reunión los dioses decidían la supervivencia de los mismos humanos. Realizando una votación, las deidades sopesaban sobre la existencia de los humanos. Estos sobrevivieron a diferentes desastres causados por los dioses a lo largo de los siglos, siendo uno de ellos el Gran Diluvio que inundó la Tierra por completo y que casi extinguió a la vida del planeta entero.

Hacía mil años los dioses realizaron su última votación y siendo salvados por uno de los hijos medio mortales de Zeus: Hércules. El semidios dios su propia existencia pasando al mundo divino y tomando la inmortalidad para darles una nueva oportunidad a los humanos. Uniendo al lado de los dioses, Hércules logró darles a los mortales mil años para mejorar en los aspectos que los dioses detestaban de ellos y que podían llevarlos a la extinción por el simple capricho de un ser divino.

Y los mil años habían pasado, dejando a la humanidad al ojo divino.

El consejo, como cada mil años, se reunió al completo con Zeus a la cabeza del Valhalla. Con un aspecto anciano, escuálido y arrugado, el pequeño dios griego presidió la reunión de los dioses nuevamente y con el tema de cada mil años a discutir: Dejar vivir o exterminar a la humanidad al completo.

El estudio sobre la humanidad había sido llevado por todos los dioses a lo largo de aquellos mil años. Habiendo sido apartados de la humanidad tras el pacto con Hércules (el cual incluía que los dioses no intervendrían en los asuntos humanos), los dioses solamente fueron espectadores de la vida cotidiana y de las acciones realizadas por el ser humano hasta la actualidad, tomando nota de los fallos y aciertos de los mismos humanos, los cuales no serían realmente tomados en serio por los dioses. Eran dioses, los creadores de la humanidad misma y como sus creadores tenían el derecho de destruirlos, de desecharlos.

The RagnarokWhere stories live. Discover now