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-¡Más rápido, Harls!
-¡Lo intento! ¡Debimos coger el todoterreno!
-¡Ya no hay vuelta atrás! ¡Gira a la izquierda ahí y a la izquierda en la siguiente!

Harley obedeció.

-¡Oye, Harls! ¡Muchas gracias por salvarme, aún no te las di! ¡Me siento mucho mejor desde que atravesaste ese parque lleno de árboles!
-¡No hay de qué! ¡Sentía que te lo debía!
-¡Esta conversación la tendremos luego! ¡Ahora apenas te escucho!
-¡Vale!

Ivy miró hacia atrás buscando algún rastro de los policías pero ya no había nadie. Parecía que realmente les habían despistado.

-¡Hey, Harls! ¡Creo que ya no nos siguen!
-¡Está bien! ¡Dejaremos el coche ahí!

Aparcó junto a un edificio y siguieron corriendo en dirección a casa de Harley.
Ambas riendo y cogidas de la mano disfrutando a más no poder. La adrenalina que les proporcionaba el riesgo de poder ser pilladas las encantaba, por extraño que pareciera.

-Estoy de verdad muy agradecida. -Ivy abrazó a Harley cuando ya pudieron detener su carrera. -Pero no detendré tu vida ahora.
-No lo harás. Me vendrá bien tenerte alrededor. -Harley le sonrió con sinceridad. -¿Quieres subir a la azotea? Podríamos hacer la comida y luego comérnosla allí.
-Me parece una idea fantástica, guisantito. Me pido hacer la comida.
-Bien, yo prepararé la azotea para el acontecimiento.

Ivy se rio al observar lo contenta y emocionada que estaba Harley solo por una simple comida en la azotea. Pero posiblemente era porque para Harley significaba lo que para ella significaba. Después de tanto tiempo, al fin estaban juntas de nuevo.

-Te quiero. -Dijo repentinamente sin poder contener más aquellas palabras.
-Yo también te quiero, plantita. -La correspondió Harley dándola un leve abrazo al pasar por su lado. -Cojo todo y subo, pero tú no puedes mirar.
-Bien. Tú tampoco puedes mirar la comida, es un menú que te va a encantar.
-Uy uy uy, que intriga. Pero prometo no mirar.

Harley desapareció de su campo visual.

-¡No mires la próxima vez que pase por tu lado!
-Eso será difícil con tremendo trasero que tienes, Quinn.
-¿Mi culo te parece grande? -Se asomó con el ceño fruncido. -Yo creo que tiene un tamaño normal.
-Harls, me refería a que tienes un culo muy... -Sintió sus mejillas calientes al tener que explicárselo. -Olvídalo, era solo una broma.
-Oh... En ese caso finge que te he entendido y que me he reído, ¿vale? Que penoso sería si no.
-No tienes remedio. -Se rio. -En fin, que ya tengo claro que la próxima vez que pases por aquí no puedo mirar.
-Genial.

Harley volvió a desaparecer y reapareció minutos después cargando multitud de bolsas.

-¿Y todo eso?
-¡Te dije que no mirases!
-No he visto que hay en las bolsas. ¿Para qué todo eso?
-Ya lo verás luego, tú a lo tuyo.
-Vale vale.

Pasó media hora hasta que Harley volvió a aparecer.
Abrió la puerta del piso con una sonrisa enorme.

-Listo.
-Genial. La comida estará en cinco minutos.
-Menos mal, porque me muero de hambre.
-Exagerada.
-¡Esta mañana no he podido desayunar! Ya sabes lo que me pasa si no desayuno, me pongo de mal humor y me desmayo.
-Bueno pues ya está hecha así que sube arriba que ahora voy.
-¿No necesitas ayuda?
-Que noooo, sube arriba de una vez.

Harley bufó.

-Está bieeen. Pero no tardes mucho y si necesitas ayuda me lo dices.
-Que sí, Harls. vete.
-Bueno bueno, vale.

Ivy la empujó hacia la puerta y cuando estuvo segura de que no estaba, sacó las hamburguesas vegetarianas. La de cinco pisos que le había hecho a Harley y la suya que era una normal. Ambas venían acompañadas de patatas fritas.
Echó mayonesa y ketchup sobre las patatas. Y cogió las botellas de cerveza.

Subió las escaleras con cuidado de que nada se le resbalara y avanzó a trompicones.
Necesitaba ayuda pero si la pedía, estropearía la sorpresa. Estaba segura de que Harley llevaba sin comer algo casero desde que dejaron de verse y Harley adoraba la comida casera, especialmente la suya. Era un detalle que solo Ivy conocía o al menos a la única a la que le había interesado.

-¡Cierra los ojos! -Gritó cuando ya no le quedaban apenas escalones. Unos pasos más y al fin llegaría.
-¡Tú también!
-¡Si lo hago me...! -Se calló al imaginarse a Harley haciéndola un puchero y los ojitos de cachorrito que ponía. -¡Está bien! -Era totalmente una gobernada sin siquiera tenerla delante.
-1... 2... y... ¡3!
Abrieron los ojos al mismo tiempo.

-Wow. -Soltaron a la vez.
-¡Pammie, es mi hamburguesa favorita del mundo y con patatas! ¡Tequierotequierotequierotequiero!

Ivy se rio nerviosamente.

-¿Y tú? Esta decoración es impresionante. ¿De donde has sacado las flores?
-De la floristería de en frente. Sé que te gusta mucho porque respetan las plantas.
-¿Y cuando has subido este sofá? Ni siquiera te he visto.
-Tengo mis trucos, roja. Solo disfruta de todo esto y déjate de tanta pregunta.

Cogió la bolsa con las botellas de cerveza y las sacó dejándolas sobre la mesilla que había colocada justo delante del sofá.

-Ven.

Ivy no lo dudó más y en seguida se sentó junto a Harley en el sofá y dejó las hamburguesas en la mesa.

-Hacemos un buen equipo hasta para organizar una simple comida.
-Tienes razón pero...
-¿Voy a escuchar mucho el rollo ese que te ha dado por decir que tienes qué alejarte de mi?
-Ya te has arriesgado suficiente sacándome de allí, que te van a descubrir. ¿Tú que te crees? ¿Que Batman es gilipollas? Atará cabos en cuantito sepa que alguien me ayudó a escapar.
-¿Y qué? Me importa mucho más estar contigo que seguir con esta mierda de vida que no me va nada. Si hace falta nos largamos de aquí y ya está.
-Te noto mejor, Harley. De verdad te lo digo.
-Déjalo estar. Vamos a comer. -Agarró su hamburguesa con las dos manos y le dio el primer mordisco.-Esto es el cielo, Pammie. Siempre te lo digo pero ¡joder! Esto es mejor que un orgasmo.
-¿Ah sí? -Ivy le sonrió coquetamente y se acercó peligrosamente a ella. -¿Estás segura de eso?

Sus labios estaban a escasos centímetros y se rozaban al hablar.

-¿Ahora no vas a decir nada?

Los ojos de Harley iban de sus ojos a sus labios constantemente.

-Yo... me muero por besarte ahora mismo.
-Pues hazlo, Harls.

Y cerraron a la vez el pequeño espacio que las separaba.

Ivy aprisionó a Harley con su cuerpo, presionándola contra el sofá. Estaba muy excitada.

-Si no paramos acabaré por...
-¿Por?
-Hacerte mía.

Harly tragó saliva y empujó a Ivy fuera de su cuerpo.

-La comida se nos queda fría y sería todo un desperdicio.
-Claro.

Ivy suspiró decepcionada.
Pensaba que al soltar aquello, Harley se sentiría más segura y acabarían haciéndolo allí, en la azotea.
Solo la idea la había encendido aún más.

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