Raras son las ocasiones en las que nuestro amor arde en pasión...
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•Los derechos de los personajes le pertenecen a sus respectivos creadores.
•No se permiten copias o reinterpretación del fanfic.
• Inicio: 17/06/22
• Final: 17/06/22
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Raras son las tardes cuando el fulgor del ocaso se torna de color verde esmeralda, en esos momentos y en nuestras costumbres solo significaba una señal.
Una noche llena de luz.
Y aquí en la Ciudad dorada la iluminación hacía que estuviera llena de vida.
Veo a mi gente cantar y bailar, los colores y el sonido hace que todo esté en armonía.
Y mi ser danza por ello.
Veo como todo da vueltas mientras el calor consume mi alma, siento el tacto de su piel como fuego quemandome hasta un nuevo amanecer.
Que importa lo que otros digan, si nuestra elección fue mutua y no solo mía.
Que importa si no quiero más mujeres, para mí ella es la única.
Que importa si ella aún fuera virgen, eso lo hacía más íntimo para nosotros.
Por qué inclusive si yo soy un forastero, fui aceptado como uno más y aunque soy tan solo un don nadie ella me vio con sus peligrosos ojos.
Cómo si fuera un valioso tesoro, un tesoro que ella debía tener a tener a toda costa.
Y mi ser estaba de acuerdo con ello.
A opinión del pueblo ella es mi esposa y yo soy su dueño.
No estoy para nada de acuerdo.
Su piel morena serpentea entre mi abdomen con caricias tan ardientes como las brasas de la fogata a nuestro lado.
Mi ser está completo y mi interior se libera y se une al suyo.
Nos entregamos esta noche de unión eterna.
Y si los dioses intentan separarnos iré tras ella hasta el borde del mundo.
Y si la muerte la reclama iré a su lado pues no importa las adversidades, ella me juro su amor eterno y se lo devolveré cada día que pase con la misma devoción.
Siento nuestra liberación próxima, conectados iniciamos este rito con las estrellas y el fulgor verde como nuestros confidentes.
