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Le estaba costando concentrarse, los murmullos lo estaban poniendo nervioso, estaba a nada de gritarles que se callaran de una buena vez pero eso atraería la atención de Snape y de todos en el salón de pociones, así que lo aguanto, al único que escucho fue Harold, un Hufflepuff de quince años, tenía una habilidad natural con las pociones lastima que la soga y la marca morada en su cuello corto todo potencial en su futuro, el pobre chico había acabado con su vida al no soportar el abuso tanto de los estudiantes como el de sus propios padres, la única razón por la cual su fantasma no se ve proyectado en Hogwarts es porque no murió dentro de los muros del castillo como Myrtle, Harold se suicidó en su habitación pero su alma regresó a Hogwarts ya que era el único lugar que consideraba su hogar.

- eso es harry ya casi lo tienes- elogio Harold mirando el caldero.

Harry terminó por embotellar la poción a tiempo cuando se acabó la clase, todos se estaban retirando.

- nos vemos en la siguiente clase harry- se despidió Harold.

- nos vemos Harold- susurró con la intención que nadie lo escuchara claro que el destino tenía otros planes.

- ¿con quién hablas potter?- pregunto Draco mirando al pelinegro.

Harry solo huyó rápido sin siquiera mirar atrás, paso por un viejo salón asegurándose que nadie lo siguiera entro estornudando por la cantidad de polvo que había en la habitación.

- ¿Rose?- miro a todos lados hasta que una niña apareció en su rango de visión- hola Rose- saludo aliviado.

- hola harry- saludo de vuelta- ¿jugamos?- pregunto inocentemente.

- me gustaría pero tengo tarea- sonrió al  ver el puchero de la menor- lo se, se que no te gusta y que estas aburrida pero si logro acabarla hoy jugaremos mañana todo el dia-

- ¿de veras?- pregunto emocionado a lo que harry asintió sonriendo.

Rose apenas tenía once años cuando su vida fue arrebatada cruelmente, la pequeña niña de cabello rubio y ojos verdes apenas había iniciado en Hogwarts, había entrado en Ravenclaw, a muchos no le agradó la mente aún infantil de la niña pero ella era feliz, pero un Griffindor de séptimo año acabo por violarla en el bosque prohibido, no pudo resistir sus heridas y murio llena de sufrimientos, el anterior director logró evitar que los demás alumnos se enteraran al igual que la prensa, mintieron hicieron que aquel chico fue expulsado por una gran falta cuando en realidad lo encerraron en una prisión juvenil y al cumplir la mayoría de edad fue enviado a askaban, el alma de Rose quedo atrapada en ese salón de clases que era su refugio personal para leer y jugar con su imaginación y debido a los diferentes sucesos paranormales el salón fue abandonado por completo hasta la fecha.

- ¿podríamos leer otra vez la historia del patito feo?- sin poder evitarlo sonrió con ternura.

- por supuesto- respondió.

-¿por supuesto que... - salto del susto y volteo a ver a Snape parado en la puesta detrás de él- Potter?... - el pocionista mira a todos lados en la habitación- ¿con quién hablabas?-

- con nadie profesor- respondió rápidamente evitando mostrar su nerviosismo.

Severus no dijo nada y solo envió a harry a su sala común quien rápidamente se fue dejando solo al azabache.

Desde muy pequeño harry fue consciente del mundo espiritual que lo rodeaba, debido a su vida evitó mencionarlo y cuando era descubierto por sus tíos el solo respondió que estaba hablando consigo mismo, cosa que su tía creyó, sin embargo no fue del todo bonito ver fantasmas con heridas, falta de alguna extremidad o con las viseras afuera, muchos de ellos quedan con las heridas ya sean viejas o las que se generaron antes de su muerte. Cuando entro a Hogwarts se sorprendió al ver la gran  cantidad de almas rondando, especialmente a los la mayoría podía ver pero aún así se le hizo extraño que no viéramos a los demás, a los doce años fue cuando conoció a Myrtle así que decidió preguntarle.

- bueno... la mayoría me puede ver porque mori aquí en el castillo... pero no pude descansar por mi repentina muerte...- dijo sollozando- la única razón por la cual tu puedes ver a los demás espíritus es porque la mayoría aún no se había ligado a Hogwarts o que murieron fuera del castigo- volvió sollozar- tienes una vista muy especial.-

Desde entonces a evitando que los demás sepan su don, a pesar de eso nunca pudo ver a sus padres, supuso que ellos habían aceptado su destino, aceptaron sus muertes y prefirieron cuidar de su hijo desde otro lado. Sinceramente le hubiera gustado conocerlos y despedirse de ellos adecuadamente.

- harry, ¿dónde estabas?- pregunto hermonie.

- solo estaba dando una vuelta para despejarme un poco- aquella respuesta convenció a la castaña.

Ambos se pusieron hacer su tarea sin titubear, mientras tanto, severus estaba callado mirando a la nada, Draco le había informado  de un extraño comportamiento en potter así que lo siguió hasta aquella habitación escuchando cada palabra sim embargo no había nadie con él, la conversación era tan sólida que no parecía que estuviera hablando solo o alucinando.

- ¿qué ocultas Potter?-

Había notado la obvia distracción del pelinegro desde el primer año, mirando a todas direcciones con clara confusión, con el paso de los días noto que aveces potter se quedaba quieto mirando a un punto fijo, aveces murmurando, aquel comportamiento era igual al de...

- lily- susurro el nombre sintiendo un escalofrío por su cuerpo- debe de haber alguna enfermedad psicológica genética-

Recordaba que lily tenía el mismo comportamiento, ella solo le dijo que era de familia aún que muy pocas veces se veía en las siguientes generaciones, debía de investigar bien al menor si quería saber si era grave, lily siempre estaba agotada emocionalmente por eso.

Visión espeluznante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora