Capítulo 20

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En un movimiento ágil y a la velocidad de la luz, regresé mi mano que había abierto la puerta a sostener el bate nuevamente, estaba a punto de soltar el primer golpe con él, pero entonces reparé en quien se trataba.

En ese momento, todo mi ser se relajó y sentí que otra vez podía respirar, además sentí un inmenso alivio al ver quien estaba parado en la entrada.

—Lexie, ¿estás bien? Estás demasiado pálida. — me miró sumamente preocupado.

Era Will, inmediatamente en cuanto procesé que se trataba de él, lo tomé de la muñeca jalándolo para que entrara al departamento lo más rápido que pude, después lo solté una vez estuvimos dentro de nuevo y finalmente volví a cerrar la puerta con llave.

Cuando me giré para verlo no pude contenerme más, dejé caer el bate en el suelo provocando un fuerte ruido y me abalancé sobre él, lo abracé y comencé a llorar desenfrenadamente, solté todas las lágrimas que me quedaban por sacar y que había estado aguantando desde que esta pesadilla había empezado, él como respuesta me devolvió el abrazo, me apretó con fuerza y comenzó acariciarme el cabello para que yo lograra calmarme.

—Shhh, tranquila. — pronunció con voz suave mientras continuamos abrazados y el seguía acariciándome el cabello con tanta delicadeza como si se tratara de un cristal frágil.

— ¿Por qué tardaste tanto? —logré articular entre mi llanto pues mi voz sonaba muy rota.

—Solo tardé 8 minutos. —respondió manteniendo el tono suave.

— ¿En serio? Lo sentí como si hubieran sido eternos, como si hubieras tardado 1 hora.

—Sí, solo fueron 8 minutos, conduje lo más rápido que pude hasta acá, deberían reclutarme para rápidos y furiosos.

Me separé un poco sin dejar de abrazarlo para poder verlo a la cara ya que me pareció irónico que hiciera un comentario de ese tipo en un momento como este, sin embargo, por ese simple hecho me hizo sonreír muy ligeramente, no porque me pareciera gracioso lo que dijo, al contrario de cierta forma me pareció algo tonto, sino porque sabía que él lo había dicho con la intención de querer que yo me despejara y buscaba poder hacerme sentir mejor. Y a pesar de que lo que dijo me haya parecido un poco tonto no me molestaba ni lo rechazaba e absoluto, tampoco lo juzgaba ni le menos preciaba al contrario, era algo que me gustaba sobre de Will. Sus comentarios.

Segundos después la sonrisa en mi rostro se transformó en una mueca al caer a la realidad de nuevo e inmediatamente el llanto comenzó otra vez a lo que él me volvió a juntar a él y abrazarme con fuerza.

— Ya pasó, tranquila, ya no hay nadie afuera. — mencionó suavemente mientras seguía acariciándome el cabello, mientras él realizaba esta acción, inconscientemente sentí un cosquilleo debido a que el sentir su tacto contra mi cabello me estaba agradando demasiado, lo hacía de una manera tan suave y con tanta delicadeza que quise que duraramos así por mucho más tiempo, por lo que me di la libertad de aumentar la cercanía y recargarme más en él, dejé caer mi cabeza sobre su pecho provocando que el abrazo se prolongara aún más, entonces sentí que esto me estaba ayudando poco a poco porque estaba logrando recuperar la compostura y que el llanto desapareciera, hasta que finalmente logré calmarme y las lágrimas cesaron.

—Gracias por haber venido. — dije mientras me separaba de Will, que para mi sorpresa, me arrepentí de haber tomado distancia ya que sentí frío e involuntariamente deseé que sus brazos volvieran a envolverme y sentir sus cálidas caricias sobre mi cabello, las cuales habían logrado tranquilizarme.

—No tienes que agradecer, Lexie. —respondió, pudo notar como levantó su mano lentamente acercándola a mi rostro hasta que comenzó a acariciar mi mejilla en un gesto suave y tierno, su tacto era tan reconfortante que cerré mis ojos y me di la libertad de recargar más mi rostro sobre su palma de su mano. —Estaba muy angustiado por ti, en cuanto escuché tu voz me preocupé al instante y para cuando terminamos la llamada yo ya estaba en mi auto encendiéndolo.

DESCONOCIDO Where stories live. Discover now