Viviendo bien

Capitulo 3

Era un día como cualquier otro día cuando lo agarraron.

Harry había llegado a casa y colgado su capa empapada por la lluvia, y se quedó allí desperezándose, sintiendo el zumbido de placer de un buen duelo en sus músculos. Estaba estudiando para sus EXTASIS, pero estaba recibiendo entrenamiento para poder ingresar honestamente a los Aurores también. No quería que nadie dijera que se lo habían llevado solo porque era famoso.

Una serie de fuertes golpes cayeron sobre la puerta. Harry frunció el ceño y lo abrió rápidamente. Sonaba tan urgente que lo único que podía imaginar era que era Ron o Hermione, y el otro estaba enfermo.

En cambio, un Auror que no conocía, con una capucha cubriendo su rostro para tratar de protegerse de las gotas de lluvia, lo miró. "¿Harry Potter?"

Harry asintió y comenzó a responder, preguntándose si el que estaba enfermo era Kingsley, o habían encontrado otro Horrocrux o algo así. Pero entonces un Stunner se estrelló contra él, y se dio cuenta de que su visión se llenaba de motas negras y se desvanecía.

Cuando volvió en sí, estaba en el piso del Atrio del Ministerio. Los aurores estaban de pie a su alrededor, y alguien con una capucha gris que podría ser un Innombrable. Había voces que charlaban en voz alta de un lado a otro, pero se detuvieron en el instante en que Harry se movió, gimió y comenzó a sentarse.

Vislumbró un rostro familiar en la distancia y preguntó: "¿Kingsley?", De forma borrosa.

"Harry Potter, estás bajo arresto por violar las restricciones del Ministerio sobre la práctica de las Artes Oscuras", dijo una voz fuerte. "Hasta el punto: no registrar tu verdadera varita y nivel de poder con el Ministerio, no informar la verdad al Departamento de Misterios sobre cómo mataste al Señor Oscuro conocido como Ya-Sabes-Quién..."

"Su nombre era Voldemort ", interrumpió Harry en voz alta, tan desconcertado que no se dio cuenta de las otras palabras. "¿Por qué tienes tantos problemas para decirlo, incluso ahora?"

Alguien le pisoteó la muñeca, haciéndolo gritar de dolor, y luego alguien más lo ató con Incarcerous y lo registró, rápida y eficientemente. Lo que sea que esperaban encontrar, no estaba allí. Harry podría haberles dicho que lo habían secuestrado demasiado rápido para dejarlo tomar su varita, pero no es como si les hubiera importado.

"No está aquí", dijo el buscador.

"Tiene que ser." Esa era la voz de Kingsley.

"Bueno, no lo es. ¿A menos que lo haya transfigurado en otra cosa?

Intentaron que Harry hablara, pero ya estaba medio aturdido por el Stunner y enojado por el dolor en sus brazos, y era fácil fingir que no podía decir nada. Al final, lo arrastraron a la celda y lo tiraron al suelo, uno de ellos empuñó su varita para disipar las cuerdas antes de irse.

Harry se levantó, jadeando y mirando alrededor en los breves momentos antes de que las luces se apagaran. Vio la naturaleza desnuda de la celda, la absoluta falta de mantas, camas o sillas, y una sensación de frío se instaló en lo profundo de la boca del estómago.

Sin embargo, no todo era ira o miedo. También había una sensación de resignación al respecto, como si debería haber sabido que eso sucedería.

Harry trató de no desesperarse, pero a medida que pasaban las horas y nadie venía por él, se acercaba más y más.

*

Harry se da la vuelta y jadea cuando emerge de la pesadilla. Luego suspira y se acomoda. No es de extrañar que soñara con ese día. Está acostado sobre ladrillo y piedra con solo un encantamiento de amortiguación para que sea cómodo, una buena manera de recordarse a sí mismo de la celda.