🔆Capítulo 19| Te lo advertí idiota🔆

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POV CHRISTIAN

No te voy a mentir, estoy esperando las cinco de la tarde más ansioso que un inglés la hora del té. Así que, cuando veo que sólo faltan unos minutos, me quito la chaqueta, para sentirme más cómodo, y la cuelgo en el respaldo de mi silla.

Me sudan las manos. He pensado en diversas maneras de encarar a ese cretino, pero, la verdad, todas las formas que se me han ocurrido sé que van a terminar con mi esposa cabreada conmigo. Ya decía yo que ese idiota me daba mala espina, y que se quería meter entre las piernas de mi mujer.

Si mi Ana no ha querido continuar gestionando este trato, es obvio que el idiota ese se excedió demasiado el otro día... y no como ella me ha querido hacer creer. Así que lo que claramente necesita el tipo es que le indique dónde están los límites que al parecer desconoce. Y, por supuesto, eso es lo que voy a hacer. Mi intercomunicador suena y levanto el telefonillo para saber de qué se trata.

 Mi intercomunicador suena y levanto el telefonillo para saber de qué se trata

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—Señor Grey, el señor Paul Clayton ha llegado.

—Muy bien, hazlo pasar.

Me acerco a la puerta para recibirlo y, en cuanto entra, me dice:

—Creo que hay un error, tengo concertada una cita con Anastasia.

—No hay ningún error, no tienes ninguna cita con mi mujer y, además, acabas de perder la ínfima oportunidad que tenías de que te perdone, porque tus modales, definitivamente, apestan. —Cuando uno entra en cualquier sitio, lo primero que hace es saludar, y tú me has ignorado, así que, ¿sabes qué?, me paso tus hoteluchos por las pelotas. —No habrá ningún trato, olvida nuestra
propuesta.

Estoy tratando de no cagarla del todo, y les juro que el esfuerzo que estoy haciendo es inmenso, demasiado... por eso, cuando ha entrado, me he metido
las manos en los bolsillos... Aaay, pero qué ganas que tengo de romperle los huesos al ricachón con cara de bebé y cuerpo de gladiador.

—¿Qué pasa?, ¿tanto miedo tienes de que Anastasia tenga tentaciones conmigo y me la vuelva a follar?

Bueno, te acabo de decir que no quería cagarla del todo, pero, al parecer, eso no va a poder ser. Mi puño sale disparado, y el ruido que hace su nariz cuando se la rompo suena fantástico. El idiota empieza a gritar como un cerdo, así que llamo a Olivia y le indico que pida una ambulancia y que llame al abogado de la empresa, porque seguramente que esto va a traer consecuencias.

A los pocos minutos, la puerta de mi despacho se abre y mi esposa entra con la fuerza de un huracán.

—¿Qué has hecho?

—Lo que había que hacer.

—Antes me has dicho que te encargarías.

—Y eso he hecho. ¿No lo estás viendo?

—¿Estás bien, Paul?

El idiota está sentado en mi sofá, lo he ayudado a hacerlo, y luego le he entregado una caja con pañuelos desechables para que contuviera la sangre.

Asistente de Compras - Amor 《Christian y Ana》Libro 3Where stories live. Discover now