𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄𝐆𝐀 𝐓𝐔 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍 - eren j.

⚔️ - OO4

—Parece que alguien estuvo aquí hace poco.

—Y eso que está muy cerca de la muralla, probablemente unos bandidos. —Habló Nanaba. —Una señal decía ruinas del castillo Utgard, no tenía idea de qué había un castillo en esta zona.

—Oigan, miren nada más lo que me encontré. —Dijo Gelgar entrando con una botella de licor.

—Oye, ¿acaso eso es licor? —Preguntó Lynne.

—Si, pero.. no entiendo la etiqueta.

—¿No me digas que te lo vas a tomar?

—No, ¿como crees? Al menos, no por ahora.

—Por cierto, ¿quien diría que nos aprovecharíamos de esta comida robada?

—Que ironía, ahora parece que los bandidos somos nosotros.

—Deberian de descansar novatos. —Les dijo Gelgar a los menores quien solo se habían mantenido callados. —Sabemos que los titanes no se mueven a esta hora, pero, nos turnaremos para vigilar, nos iremos cuatro horas antes del amanecer.

—Disculpe, señor. —Habló Christa. —¿Qué tal si la muralla no está rota después de todo? Podría decirnos.. ¿desde donde nos están invadiendo los titanes?

—El encontrar esa respuesta, es el trabajo de mañana. —Respondió yendo hacia las escaleras para irse.

—Si la muralla está bien, tal vez la situación no sea tan grave como lo habíamos imaginado, ¿no? —Volvió a hablar la rubia ganándose las miradas fruncidas de los superiores. Esta solo agachó su mirada. —Discúlpenme, fue solo una idea.

—Es cierto. —Dijo Henning. —De hecho, hemos visto muy pocos titanes, menos de los que pudiera haber si la muralla cayera.

—Los únicos titanes que hemos visto, fueron los de ese primer ataque..

—Connie, ¿qué le pasó a tu aldea? —Cuestionó la morena.

—Quedó devastada, los titanes la destrozaron por completo.

—Comprendo.. que horrible.

—Pero, no devoraron a nadie, creo que todos lograron escapar. Debo estar agradecido por eso.

—¿Dijiste que no fueron devorados? —Ymir lo miró alzando un poco más su voz.

—Solo destrozaron las casas, pero, no hubo signos de que hubo una masacre, no había sangre, ni restos, ninguna señal de las víctimas. La conclusión lógica es.. que todos escaparon antes. —La pecosa aún dudosa le prestaba atención. —Aunque, hay una cosa que me preocupa, hay un titán extraño en mi casa, era incapaz de moverse y estaba tirado boca arriba sobre los escombros.. Y lo más raro, es que por alguna razón me recordaba mucho a mi madre.

—Dios mio, Connie, ¿sigues pensando en eso? —Habló Reiner. —Ya te dije que-

—¡No jodas! —Se escucharon las carcajadas de Ymir. —¿Piensas que tu mamá es un titán? entonces, ¿cómo es que saliste tan enano? ¡Ay, Connie, ya sabía que eras un gran idiota pero esta broma es genial! —Volvió a echarse a reir y todos le quedaron mirando.