8 • Un paseo por la ciudad

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¿Lo espero?

Ya fue, me estoy cagando de hambre.

Capaz lo secuestraron.

¿Te imaginas y sí? Lo dudo mucho. Debe de haber buena seguridad por las calles... me imagino.

Ugh, perdóname. Tengo mucha hambre.

Acabé agarrando un poco de lo que él había pedido y estaba muy rico. Era un sabor nuevo y agradable para la boca.

—¿Comiendo sin mí?—escuché detrás de mí, dandome un susto que me hizo toser.

—Hijo de... ¡me hiciste asustar!—entrecerré mis ojos—. ¿Porqué la demora?

—Es una larga historia—se sienta al frente mío mirando su comida—. Resumiendo, no me dejaban salir y tuvo que venir seguridad para que me sacaran del quilombo de gente que había.

Wow. Pobrecito...

Vi que estaba llevando algunas bolsas de diferentes tamaños y colores en su mano, que lo dejó en el asiento de su lado.

—¿Y eso?—señalé.

—Regalos. Posiblemente los abra en stream.

Asentí con la cabeza tomando mi bebida.

—No me esperaste para comer.

—Me cagaba de hambre, mis disculpas.

Una sonrisa pequeña se forma en sus labios y mueve su cabeza negando.

—Tranqui, entiendo. Ahora sí podemos empezar a comer.

—Ya era hora, porque si no regresabas me iba a comer tu comida.

***

—Eso fue lo mejor que he comido—exclamé, agarrando mi estómago.

—Acá siempre es rico—se puso de pie y me ofreció su mano—. ¿Nos vamos?

Miré su mano por unos momentos y, antes de darme cuenta, mi mano ya estaba sobre la suya.

Qué.

Qué.

Me llevó hasta la salida de la mano y la soltó cuando llegamos a la puerta. 

Ojalá no nos hayan visto, mucho menos haber tomado una foto...

—Esperame afuera y no te pierdas de nuevo, voy a pagar.

—Sí, señor—me doy mediavuelta para salir al exterior.

Pude escuchar una risa detrás de mí antes de salir.

El aire pegó mi cara cuando llegué afuera. El cielo estaba despejado, revelando que este día iba a ser un buen día, la gente pasaba haciendo su propia vida, algunos niños corrían...

Era un buen día como cualquier otro.

Ahora, pensándolo bien, todo sucedió tan de repente y a mi favor que esto parece irreal.

—¿Qué tal las vistas?

—La concha de mi madre, Iván—di un pequeño salto.

—Perdón, perdón—se ríe—¿sabes que hora es?

Saqué mi teléfono para ver la hora.

—Son las dos de la tarde.

Asiente con su cabeza. Parece que estaba pensando en algo que decir.

—Ya que estamos por acá, ¿te apetece ir a caminar por ahí? 

—¡Sí, claro!

—Te mostraré las calles y los lugares de por acá.

***

El recorrido fue muy largo, pero conocí un poco más de Buenos Aires. Las calles estaban más limpias y ordenadas. La iluminación era perfecta para cuando la noche caía e ir a caminar un rato. 

Ya era tarde, la puesta de sol se notaba en el cielo, por eso decidimos regresar.

Eran las cinco de la tarde y habíamos llegado a su departamento.

—Por fin, mucha caminata...—suspiré echándome en el sofá.

—¿Te cansaste?

—No, no me cansé—puse mis ojos en blanco.

Él se rió, dejando más regalos que le dieron por el camino.

Sí, la gente nos vio.

—Bien, hora de prender.

Vi que subió las escaleras, posiblemente para cambiarse y prender directo.

Tenía mucha curiosidad de estar en uno de sus streams.

¿Me dejará?






◇◇◇◇◇

"Les mostraré a todos sobre ella... para ver su reacción."


Editado: 25/01/2024

De casualidad | Spreen x túWhere stories live. Discover now