La primera vez que lo vio fue en aquel gimnasio, el dueño era amigo de su hermano, así que iba regularmente a ejercitarse y a aprender algo de defensa personal. Cuando vio a aquel peliblanco derribar a alguien de una sola patada algo cambió dentro de ella, había sido genial, lo había hecho parecer tan fácil que quedó más que impresionada, y desde ese momento comenzó a desarrollar un pequeño crush con aquel muchacho.
Lo veía de lejos, casi siempre llegaba tarde, justo cuando su entrenamiento acababa, pero eso no impidió que lo observara. De vez en cuando cruzaban miradas, y le sonreía como si nada, dejándola con el corazón en la boca.
En serio era el chico más atractivo que había conocido.
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Sin darse cuenta había formado una pequeña amistad con Senju, el chico de sus sueños; no hablaban, pero se ayudaban entre ellos cuando se topaban. Se sentía irreal, pues para ella Senju era como un idol intocable, siempre tranquilo bajo aquella capucha y mascarilla.
-Enfréntate a Senju.
-¿A-Ah?
-Sí, supongo que puede servirte, y a Senju como entrenamiento.- El de cabello bicolor solo la vio de reojo, una suave carcajada escapando de entre sus labios al notar la cara nerviosa de la más baja-. ¿No quieres?
-Q-Quiero, uh, claro que quiero pero...
-Vamos, Senju sube al ring.
Cuando menos lo supo ya estaba en el ring, había aceptado todo sin pensarlo, y es que enfrentarse a Senju era algo que nunca imaginó. Wakasa estaba loco, definitivamente.
Ya había subido, así que no podía echarse para atrás. Con un suspiro pesado se puso en posición de pelea, comenzando aquel enfrentamiento amistoso; Senju se veía bastante serio en aquel momento. Pudo con el primer minuto de pelea, pero de ahí en adelante fue más que difícil; con mucha suerte y evadía sus golpes.
Notó que Senju paró toda acción en su cuerpo, caminando hacia ella más que preocupado, tomándola del rostro ¿qué ocurría?
-¡¿Te lastimé?! Disculpa, ah, Waka, creo que yo, uh-
-O-Oh Dios.- Tuvo que cubrir su nariz, pues había comenzado a sangrar. Iba a decirle que estaba bien, pero se quedó muda al notar al peliblanco más que preocupado, acercándose a ella directamente-. S-Senju, no pasa nada, fue mi descuido.
-Waka, ayuda.- Aquella suave voz la dejó encantada, tal vez era la primera vez que lo escuchaba, y se sintió genial. Hasta había olvidado que su nariz seguía goteando-. ¡L-La lastimé!
-Calma, calma.- El de cabello bicolor se sorprendió al notar como Senju la cargaba sin ningún problema, sacándola del ring hacia él-. Llévala atrás, iré por el botiquin para ayudarla.
-Bien.- La muchacha estaba que se desmayaba de la emoción, el dolor había durado apenas unos segundos, pero la hermosa vista que tenía del rostro del peliblanco duraría en su memoria para siempre-. Ah, deja ver... Ya sé.
Senju la dejó en la silla, tomando una toalla para ayudarla a detener aquel sangrado. Se notaba en su cara la preocupación que sentía.
-Tranquila, ya viene Waka a curarte.
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