CAPÍTULO 4

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Will


Recorro con la mirada su cuerpo desnudo, simplemente es hermosa.

—Debes irte ya —le susurro para que despierte mi sexi compañera.

—Mmm... —es todo lo que obtengo de ella.

Me levanto de la cama, junto su ropa regada por el dormitorio y cuando creo que está todo, se lo lanzo logrando asustarla lo suficiente como para despertarla por fin.

—Tienes que irte —le digo poniéndome mi bóxer negro.

—¡¿Podrías tener un poco más de tacto?!

—No. Sal de la cama.

Se acerca a mí y me da un beso, me acorrala a la pared, mi miembro se pone erecto de inmediato. Me enseña el paquete de un condón reluciente y se lo quito de las manos.

—¿De dónde has sacado eso chica traviesa?

—Tengo mis trucos —dice cuando observo el cajón del velador abierto y ahí tengo mi respuesta.

Abro el paquete con mis dientes y me enchufo el condón deprisa, sin pensármelo mucho tiempo tomo su pierna, la pongo en mi cintura y la embisto.

Sus gritos se escuchan dos pisos arriba y abajo, de eso estoy seguro. Nunca debí traerla a casa.

—Más... más... más... —Pide desesperadamente, la tomo del cabello y la obligo a besarme.

Froto su hinchado clítoris logrando hacer flaquear sus piernas. La embisto tan duro y fuerte como me da la gana y ella no se queja, al contrario, parece querer más.

La escucho gemir en mis oídos cuando termina y luego le hago compañía. Miro la hora en el reloj de la pared, la suelto de golpe. Voy al baño, me quito el condón y lo echo al cesto de basura.

—Debes irte —le digo desde la puerta del baño.

—Quiero quedarme un poco más.

Agarra la fotografía de la mesa de noche y la observa unos segundos para luego dejarla donde estaba antes.

—Debes irte, mi mujer llegará pronto.

Amy intenta pronunciar palabra pero de inmediato se arrepiente y empieza a vestirse, su mirada está llena de tristeza y rabia. Ella sabía cómo sería esto, sexo y solo el mejor jodido sexo del año.

"No te enamores de mí, yo solo amo a una persona y esa es Aitana." Se lo dije mil veces pero las mujeres como ella nunca escuchan.

Aitana y yo no éramos la pareja perfecta pero lo que tenemos funciona, yo le proporciono compañía y ella estabilidad. La quería, jodidamente lo hacía pero hay algo que ha estado interfiriendo entre nosotros desde hace tiempo y la verdad no me preocupa. Sé que ella quiere volar y la dejaré pero ella es mía y solo mía. Después de todo, los caprichos se nos pasan rápido a nosotros.

—Ella no te quiere.

—¡Cállate Amy!

—No quiero hacerlo.

—¡Amy! —amenazo pero esta desafiante me mira desde la puerta.

—No te quiere como yo. Nunca lo hará. Eres un idiota Will.

Sus ojos se empiezan a inundar de lágrimas y luego se marcha, escucho la puerta cerrarse de un golpe y entro al baño. Necesito una ducha cuanto antes.

Tomé mi baño habitual luego del sexo y me siento a esperar que llegue ella. La lluvia se escucha fuerte y me empieza a preocupar la desaparición de Aitana. Son las tres de la mañana y aún no llega. Enciendo un cigarrillo y cambio de canal. Escucho un auto estacionarse cerca, apago el televisor y me dirijo a la ventana.

La observo bajar de un Bugatti Veyron negro sonriendo, vistiendo ropa que claramente no es de ella y con una bolsa en mano. ¿Quién mierda es ese? La puerta del conductor se abre de golpe y Aitana se detiene antes de entrar.

Observo al hombre acercarse a ella. No dicen nada, solo se miran, luego intercambian una pequeña conversación y se despiden con un apretón de manos pero este no conforme con eso la jala hasta él y le da un beso en la mejilla. Aitana rápidamente se reincorpora y sin más entra al edificio.

Intento reconocer al hombre, desbloqueo la pantalla de mi móvil y busco en el Instagram de Aitana y ahí está él. Sonriendo entre el grupete ese de amigos que fueron al Royalty con las chicas. La puerta hace clic y ella entra.

El estar a oscuras me permite observar cómo intenta entrar sin hacer ruido.

—Llegas tarde.

Da un pequeño grito seguido de un; —¡Mierda! Me asustaste.

—¿Dónde estuviste? —le pregunto mientras el cigarrillo en mis dedos empieza a quemar mi piel. Lo tiro al suelo y luego lo piso mientras ella enciende la luz.

—Salí a dar un paseo y la lluvia me agarró.

—Eso solo explica una parte de lo que acabo de ver.

—Sí, bueno. No tenía para pagar un taxi y estaba cerca del lugar donde voy a trabajar y mi jefe ofreció a traerme luego de que cerrara el lugar.

—¿Esa es su ropa?

Aitana me mira agitada, trata de salir de esta situación pero no podrá hacerlo esta vez, sabe que no lo hará.

—No... es de uno de sus empleados —titubea, está mintiendo.

«Podré tener miles de mujeres para coger pero ella es mi mujer. »

—Pudiste haber llamado.

—Lo siento, me quedé sin batería.

Es la excusa más patética pero la acepto de todas formas, pronto se cansará de esa mierda con su jefe y volverá a casa conmigo.

Me acerco a ella, la tomo por la cintura y le doy un beso, nuestros dientes chocan y una vez que obtengo todo lo que quiero de ella la suelto y me voy a la cama.

Intento no pensar en toda esta mierda mientras espero por ella. La observo entrar al baño con su pijama en mano y luego salir con ella puesta.

—Amor, asegúrate de apagar la luz cuando termines —le digo y afirma con la cabeza.

Vuelve a salir de la habitación seguramente a encender la lavadora. Pasan unos minutos y la siento entrar a la cama, no me dice nada.

¿La estoy perdiendo? No, eso es imposible. Estamos hechos el uno para el otro.

«Ella me ama, no puede simplemente dejarme. »

Encuentro su cintura y la rodeo. Esta se estremece y toma mi mano.

—Will...

—No digas nada... te necesito conmigo.

Le doy un beso en el hombro y luego me doy la vuelta.

Ella es incapaz de dejarme y menos por alguien como su jefe, ella no es así, él es demasiado para ella. Yo la conozco mejor que nadie, no puede simplemente dejarme, la necesito tanto como ella a mí. ¿Quién más va a quererla con toda su mierda encima?

Cierro mis manos en un puño y le doy un golpe a la almohada con un grito ahogado.

«Ella no me dejará nunca, me ama a mí. »

Nunca es Suficiente, Serie LOCO AMOR 3Where stories live. Discover now