Eras tú

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En mi ceguera por la oscuridad,

en el momento exacto en el que abrí los ojos,

parecía que allí estabas.


Lo más probable es que fuera mi imaginación,

¿Recuerdas esas historias que inventaba?

Parte de mi elocuencia

pero eso no viene al caso.


Esa sombra gris,

formaba la estructura de una mujer,

eras tú.

Eras tú, mamá.


Cuidando, protegiendo.

Percatándote que estuviera durmiendo,

lamento haberte fallado en eso.

No puedo dormir.


Apuesto, y sé que ganaría,

a que estabas ahí pero no solo por eso.

¿A quién buscas, mamá?


Lo sé, lo sé.

Él se comportó mal, y así sigue.

Lo sé, comprendo.

Ya lo hemos pasado antes.


¿Le darás su merecido?

Pues parece ser que eso buscas.

¿No vienes por mí?

Te extraño aquí abajo.


Pagaría por escucharte hablar,

por tus consejos,

por tenerte.


Pero no, ya no.

Tristemente debo visitarte

pero no en la habitación bordó,

ni en la cocina color durazno.


Debo ir, hasta allí,

donde tú, la abuela y la bisabuela descansan...

Allí debo ir.


Ya lo sé, es triste.

Pero así es.

Pero apuesto, y ganaría, seguro,

que pronto, no sé cuando,

estaremos juntas.


Llegaré y me recibirás con un abrazo,

un dulce beso,

y seguro, y probable, algún reto por mis errores.


Pero dará igual, no importará,

con tal de que estés ahí

y que yo esté allí, contigo,

todo habrá valido la pena.

Antología de PoemasWhere stories live. Discover now